Poema Don Belianís De Grecia A Don Quijote De La Mancha de Miguel De Cervantes Y Saavedra



Rompí, corté, abollé, y dije e hice
más que en el orbe caballero andante;
fui diestro, fui valiente y arrogante,
mil agravios vengué, cien mil deshice.

Hazañas di a la fama que eternice;
fui comedido y regalado amante;
fue enano para mí todo gigante,
y al duelo en cualquier punto satisfice.

Tuve a mis pies postrada la Fortuna
y trajo del copete mi cordura
a la calva ocasión al estricote.

Mas, aunque sobre el cuerno de la luna
siempre se vio encumbrada mi ventura,
tus proezas envidio, ¡oh, gran Quijote!



Poema Rosa, Pompa, Risa de Juan Ramon Jimenez



Con la primavera
mis sueños se llenan
de rosas, lo mismo
que las escaleras
orilla del río.

Con la primavera
mis rosas se llenan
de pompas, lo mismo
que las torrenteras
orilla del río.

Con la primavera
mis pompas se llenan
de risas, lo mismo
que las ventoleras
orilla del río.



Poema Cien Sonetos De Amor de Pablo Neruda



Soneto LXIX

Tal vez no ser es ser sin que tú seas,
sin que vayas cortando el mediodía
como una flor azul, sin que camines
más tarde por la niebla y los ladrillos,
sin esa luz que llevas en la mano
que tal vez otros no verán dorada,
que tal vez nadie supo que crecía
como el origen rojo de la rosa,
sin que seas, en fin, sin que vinieras
brusca, incitante, a conocer mi vida,
ráfaga de rosal, trigo del viento,
y desde entonces soy porque tú eres,
y desde entonces eres, soy y somos,
y por amor seré, serás, seremos.



Poema Epístola A Manuel Felipe Rugeles de Pablo Mora



I

Manuel Felipe, hermano de la harina,

permanente juglar de nuestra aldea,

testigo fiel de toda la odisea

de esta sufrida tierra campesina.

Manuel Felipe, acaso la neblina

?tu dulce amante? solamente sea

tenue sombra que apenas señorea

en este valle de tristeza andina.

Manuel Felipe, en lumbres jornalero,

apenas si se ven las mariposas,

apenas si se siente el ventisquero.

El oculto presagio de las rosas

nos recuerda tu claro derrotero

hacia la luz total de nuestras cosas.

II

La paz que tú soñaste ya no cuenta.

Los niños hacen guerra apenas nacen.

Las crónicas son todas policiales.

Ya no es nuestro el sabor de nuestra música.

El último poema para niños

ellos lo escriben con sus propios sueños:

es sólo una parábola a la guerra

con todas las metáforas en gris.

Andrés Eloy ya no anda por aquí,

el pobre Aquiles tuvo un accidente

y se nos fue. Ya casi no contamos

con poetas que quieran a los niños.

Manuel Felipe, hermano de las cumbres,

aquí nadie le canta a la neblina.

III

Manuel Felipe, ya nadie apacienta

ningún sueño detrás de los rebaños;

los viejos cántaros nos son extraños

así el crisol del horno los presienta.

La neblina quizás apenas sienta

la ausencia de los sueños aledaños

y en el rojizo almendro de tus años

tal vez ningún turpial ya ni se asienta.

Tal es el precio de la vida, hermano:

echar un barquichuelo en la quebrada,

echarlo de mañana, bien temprano,

luego irse con la tarde alucinada

y estarse con la luna de la mano

para caer en cuenta de la nada.



Poema Amor Desarraigado de Carmen Matute



Bajo el ala de la noche
que deja
su huella imprecisa
bajo la sombra
del corazón repudiado
rumores de vidrio
rozan el sueño esquivo.

En esa hora que rezuma olvida,
en esa hora secreta y desgarrada,
la piel que me contiene
se llena de nostalgia y latidos.

Desarraigado
el amor
acaricia
la entreabierta herida
que sangra.



Poema El Alfanje Secreto (xx) de Santos Domínguez Ramos



Ya vas rindiendo al tiempo su sórdida alcabala:
este rastro de azufre de los hijos del trueno,
este limón salobre que hiere la garganta
y esta luz de atalaya sobre el cielo morado.
Cuando todo presagia la noche por los templos,
la soledad del eco gutural en las bocas,
el alfar de los días y un alféizar sin nadie,
escucha el desconsuelo nocturno de los gatos.



Poema El Cielo En La Fuente (fragmentos) de David Rosenmann – Taub



XVII

La rosa hacia la rosa: los ardores
ondulan y sucumben.
Como lo mío antes de mí, Jesusa
en otro corazón.

¿No buscará descanso?
En una página de arena y miedo
lee su nombre. Fardos los dominios.
Habrá murallas, pero no muy altas.



Poema Soneto Xxix- Pasando El Mar Leandro El Animoso de Garcilaso De La Vega



Pasando el mar Leandro el animoso,
en amoroso fuego todo ardiendo,
esforzó el viento, y fuese embraveciendo
el agua con um ímpetu furioso.

Vencido del trabajo presuroso,
contrastar a las ondas no pudiendo,
y más del bien que allí perdía muriendo
que de su propia vida congojoso,

como pudo esforzó su voz cansada
ya las ondas habló desta manera,
mas nunca fue su voz dellas oída:

«Ondas, pues no se excusa que yo muera,
dejad me allá llegar, ya la tornada
vuestro furor esecutá en mi vida».



Poema Penélope de Juana Castro



Kabul

Pajarillo enjaulado, me han quitado los ojos
y tengo una cuadrícula
calcada sobre el mundo.
Ni mi propio sudor me pertenece.
Espera en la antesala, me dicen, y entrelazo
mis manos mientras cubro de envidia
las cabras que en el monte ramonean.
Ciega de historia y lino
me pierdo entre las sombras
y a tientas voy contando
la luz del mediodía.
Noche mía del fardo
que sin luces me arroja
la esperanza del tiempo
engastado en la letra. Noche mía, mi luz
cuadriculada en negro, cómo pesa
mi manto y su bordado, cuánto tarda
la paz negra del cielo, cuánto tarda.

De El extranjero, Rialp, Madrid 2000



Poema Cien Sonetos De Amor de Pablo Neruda



Soneto III

Áspero amor, violeta coronada de espinas,
matorral entre tantas pasiones erizado,
lanza de los dolores, corola de la cólera,
por qué caminos y cómo te dirigiste a mi alma?
Por qué precipitaste tu fuego doloroso,
de pronto, entre las hojas frías de mi camino?
Quién te enseñó los pasos que hasta mí te llevaron?
Qué flor, qué piedra, qué humo mostraron mi morada?
Lo cierto es que tembló la noche pavorosa,
el alba llenó todas las copas con su vino
y el sol estableció su presencia celeste,
mientras que el cruel amor me cercaba sin tregua
hasta que lacerándome con espadas y espinas
abrió en mi corazón un camino quemante.



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