Poema Monólogo de Octavio Paz



Bajo las rotas columnas,
entre la nada y el sueño,
cruzan mis horas insomnes
las sílabas de tu nombre.
Tu largo pelo rojizo,
relámpago del verano,
vibra con dulce violencia
en la espalda de la noche.
Corriente oscura del sueño
que mana entre rüinas
y te construye de nada:
amargas trenzas, olvido,
húmeda costa nocturna
donde se tiende y golpea
un mar sonámbulo, ciego.



Poema He Venido Para Ver de Luis Cernuda



He venido para ver semblantes
Amables como viejas escobas,
He venido para ver las sombras
Que desde lejos me sonríen.
He venido para ver los muros
En el suelo o en pie indistintamente,
He venido para ver las cosas,
Las cosas soñolientas por aquí.
He venido para ver los mares
Dormidos en cestillo italiano,
He venido para ver las puertas,
El trabajo, los tejados, las virtudes
De color amarillo ya caduco.
He venido para ver la muerte
Y su graciosa red de cazar mariposas,
He venido para esperarte
Con los brazos un tanto en el aire,
He venido no sé por qué;
Un día abrí los ojos: he venido.
Por ello quiero saludar sin insistencia
A tantas cosas más que amables:
Los amigos de color celeste,
Los días de color variable,
La libertad del color de mis ojos;
Los niñitos de seda tan clara,
Los entierros aburridos como piedras,
La seguridad, ese insecto
Que anida en los volantes de la luz.
Adiós, dulces amantes invisibles,
Siento no haber dormido en vuestros brazos.
Vine por esos besos solamente;
Guardad los labios por si vuelvo.



Poema Palpar de Octavio Paz



Mis manos
abren las cortinas de tu ser
te visten con otra desnudez
descubren los cuerpos de tu cuerpo
Mis manos
inventan otro cuerpo a tu cuerpo.



Poema Como Quien Oye Llover de Octavio Paz



Óyeme como quien oye llover,
ni atenta ni distraída,
pasos leves, llovizna,
agua que es aire, aire que es tiempo,
el día no acaba de irse,
la noche no llega todavía,
figuraciones de la niebla
al doblar la esquina,
figuraciones del tiempo
en el recodo de esta pausa,
óyeme como quien oye llover,
sin oírme, oyendo lo que digo
con los ojos abiertos hacia adentro,
dormida con los cinco sentidos despiertos,
llueve, pasos leves, rumor de sílabas,
aire y agua, palabras que no pesan:
lo que fuimos y somos,
los días y los años, este instante,
tiempo sin peso, pesadumbre enorme,
óyeme como quien oye llover,
relumbra el asfalto húmedo,
el vaho se levanta y camina,
la noche se abre y me mira,
eres tú y tu talle de vaho,
tú y tu cara de noche,
tú y tu pelo, lento relámpago,
cruzas la calle y entras en mi frente,
pasos de agua sobre mis párpados,
óyeme como quien oye llover,
el asfalto relumbra, tú cruzas la calle,
es la niebla errante en la noche,
como quien oye llover
es la noche dormida en tu cama,
es el oleaje de tu respiración,
tus dedos de agua mojan mi frente,
tus dedos de llama queman mis ojos,
tus dedos de aire abren los párpados del tiempo,
manar de apariciones y resurrecciones,
óyeme como quien oye llover,
pasan los años, regresan los instantes,
¿oyes tus pasos en el cuarto vecino?
no aquí ni allá: los oyes
en otro tiempo que es ahora mismo,
oye los pasos del tiempo
inventor de lugares sin peso ni sitio,
oye la lluvia correr por la terraza,
la noche ya es más noche en la arboleda,
en los follajes ha anidado el rayo,
vago jardín a la deriva
entra, tu sombra cubre esta página.



Poema Mamá de Poemas Para La Familia



Quiero agradecerte
que estés en mi vida.
Sé que puedo contar contigo
en momentos difíciles,
sé que contigo puedo
compartir mis alegrías,
y sé que nuestra amistad
se sustenta en mutuo amor.
Que seas mi MAMA y mi AMIGA
es el más preciado tesoro,
que agradeceré a DIOS eternamente.
Gracias por llenar mi vida
con tanta felicidad.
Te Amo Mamá!



Poema Lágrimas de Poemas Para La Familia



Por qué lloras mamá?
Le preguntó un niñito a su madre…
Porque soy una mujer le contestó ella.
Pero no entiendo! dijo el niño.
Su madre se inclinó hacia él y abrazándole le dijo:
Y nunca lo entenderás mi amor.
Más tarde el niñito le preguntó a su papá.
Por qué mamá llora siempre sin ninguna razón?
Todas las mujeres lloran siempre por ninguna razón
era todo lo que el padre podía contestar.
El pequeño niño creció y se convirtió en todo un hombre,
preguntándose aun, por qué será que las mujeres lloraban sin razón?
Un día el niño convertido en un hombre,
se arrodilló y le preguntó a DIOS:
DIOS… por qué lloran tan facilmente las mujeres?
Y DIOS le dijo…
Cuando hice a la mujer tenía que crear algo especial,
ice sus hombros lo suficientemente fuertes,
como para cargar el peso del mundo entero,
pero a la vez lo suficientemente suaves como para confortarlo
le di una inmensa fuerza interior,
para que pudiera soportar al dar a luz,
y también hasta el rechazo que muchas veces proviene de sus propios hijos!
le di la fortaleza que le permite seguir adelante cuidando de su familia sin quejarse,
a pesar de las enfermedades y la fatiga, aun cuando otros se rindan!
le di la sensibilidad para amar a sus hijos bajo cualquier circunstancia,
aun cuando esos hijos la hayan lastimado mucho
Esa misma sensibilidad, que hace que cualquier tristeza,
llanto o dolor del niño desaparezca y que le hace compartir las ansiedades,
dudas y miedos de la adolescencia
le di la fuerza suficiente para que pudiera perdonar a su esposo de sus faltas,
y la moldee de una de sus costillas para que ella pudiera cuidar de su corazón
le di la sabiduría para saber que un buen esposo nunca lastimaría a su esposa,
y también a veces le pongo a prueba para medir su fuerza y determinación
para mantenerse a su lado a pesar de todo.
Pero hijo, para poder soportarlo todo
le di las LAGRIMAS y son de ella exclusivamente
para usarlas cuando las necesite,
al derramarlas vierte un poquito de amor en cada una,
que se desvanece en el aire y salva a la humanidad!
GRACIAS DIOS! por haber creado a la mujer
ahora comprendo el sentir de mi madre, hermana o esposa
respondió el hombre con un fuerte suspiro en sus labios



Poema Lo Comprenderás Después de Poemas Cristianos



(Zaida C. de Ramón)Lo que no entiendes ahora
lo comprenderás después …
Mis pensamientos son altos
y mis caminos también.
Tú miras lo que está al frente;
Yo miro lo que ha de ser
Mantente firme, no dudes,
pues, mi gloria has de ver.
Confía, sé muy paciente;
no te inquietes, solo cree
que el que lo ha dicho lo hará;
nunca falla, El es fiel.
Si se embravecen las olas
y arremeten contra tí…
Si la obscuridad te cubre
y no sabes dónde ir,
No temas, tú no estás solo;
contigo siempre estaré
En esas densas tinieblas
tesoros te mostraré.
Aprovecha este momento
pues todo es para tu bien
Sacrifícame alabanza,
canta, danza, seme fiel
Que el reino es para valientes;
si crees, tú has de vencer.
Lo que no entiendes ahora,
lo comprenderás después.



Poema Orhoit Gutaz de Miguel De Unamuno



En la pequeña iglesia de Biriatu, a orillas del Bidasoa, hay un mármol funerario con la lista de los once hijos de Biriatu que murieron por Francia en la gran guerra. En la cabecera dice: «A sus hijos que han muerto en la guerra, el pueblo de Biriatu». Luego, la lista de los muertos. Y debajo: Orhoit Gutaz, esto es, «Acordaos de nosotros»
Pasasteis como pasan por el roble
las hojas que arrebata en primavera
pedrisco intempestivo;
pasasteis, hijos de mi raza noble,
vestida el alma de infantil eusquera,
pasasteis al archivo
de mármol funeral de una iglesiuca
que en el regazo recogido y verde
del Pirineo vasco
al tibio sol del monte se acurruca.
Abajo, el Bidasoa va y se pierde
en la mar; un peñasco
recoge de sus olas el gemido,
que pasan, tal las hojas rumorosas,
tal vosotros, oscuros
hijos sumisos del hogar henchido
de silenciosa tradición. Las fosas
que a vuestros huesos, puros,
blancos, les dan de última cuna lecho,
fosas que abrió el cañón en sorda guerra,
no escucharán el canto
de la materna lluvia que el helecho
deja caer en vuestra patria tierra
como celeste llanto…
No escucharán la esquila de la vaca
que en la ladera, al pie del caserío,
dobla su cuello al suelo,
ni a lo lejos la voz de la resaca
de la mar que amamanta a vuestro río
y es canto de consuelo.
Fuisteis como corderos, en los ojos
guardando la sonrisa dolorida
?lágrimas del ocaso?,
de vuestras madres ?el alma de hinojos?,
¡y en la agonía de la paz la vida
rendisteis al acaso!…
¿Por qué? ¿Por qué? Jamás esta pregunta
terrible torturó vuestra inocencia;
nacisteis… nadie sabe
por qué ni para qué… ara la yunta,
y el campo que ara es toda su conciencia,
y canta y vuela el ave…
¡Orhoit Gutaz! Pedís nuestro recuerdo
y una lección nos dais de mansedumbre;
calle el porqué…, vivamos
como habéis muerto, sin porqué, es lo cuerdo…
los ríos a la mar…, es la costumbre
y con ella pasamos…



Poema Y Nunca Sin Amor Fueron Los Nidos de Ana Ines Bonnin



Amor llena mis ojos,
que con amor yo quiero mirar todas las cosas.
Yo sé que si las miro con amor resplandecen;
yo sé que si las miro con amor se me entregan.
Jamás donde hubo amor los mundos se agotaron;
jamás donde hubo amor cesaron las palomas.
Y nunca sin amor fueron los nidos,
y si el nido no fuera la vida no sería.
¡Oh, qué gozo, los nidos, por tan desamparados!
¡Qué alegría saberlos, muy cerca de nosotros,
alzándose en el alba!
¡Qué alegría saberlos!
Amor llena mis ojos.
Iré dándote, amor, como a río invencible,
y nunca gota a gota, a manantiales.
Llegarás a lo seco,
llegarás a lo árido;
recorrerás la sed viva y eterna;
florecerán contigo las raíces
y del surco se dará lleno de flores.
Esmaltarás la tierra ¡toda! sin mesura,
y hasta el rincón más mísero y pequeño
tendrá el amanecer que le otorgaron.

Amor llena mis ojos;
que en la inmensa amapola de tu luz me derrame
sobre el reseco nido, y así los nidos sean.



Poema Renunciación de Amado Nervo



¡Oh, Siddharta Gautama!, tú tenías razón:
las angustias nos vienen del deseo; el edén
consiste en no anhelar, en la renunciación
completa, irrevocable, de toda posesión;
quien no desea nada, dondequiera está bien.
El deseo es un vaso de infinita amargura,
un pulpo de tentáculos insaciables, que al par
que se cortan, renacen para nuestra tortura.
El deseo es el padre del esplín, de la hartura,
¡y hay en él más perfidias que en las olas del mar!
Quien bebe como el Cínico el agua con la mano,
quien de volver la espalda al dinero es capaz,
quien ama sobre todas las cosas al Arcano,
¡ése es el victorioso, el fuerte, el soberano…
y no hay paz comparable con su perenne paz!



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