Poema El Loco Al Que Llaman Rey de Leopoldo Maria Panero



Bufón soy y mimo al hombre en esta escalera cerrada
con peces muertos en sus peldaños
y una sirena ahogada en mi mano que enseño
mudo a los viandantes pidiendo
como el poeta limosna
mano de la asfixia que acaricia tu mano
en el umbral que me une al hombre
que pasa a la distancia de un corcel
y cándido sella el pacto
sin saber que naufraga en la página virgen
en el vértice de la línea, en la nada
cuel de la rosa demacrada donde
no estoy yo ni está el hombre.

«Poemas del manicomio de Mondragón»



Poema Indescriptible de Carmen Conde



Esperar es peor que nacer,
porque solamente espera el que se muere
de esperar sin hacerse con la vida
otra cosa que esperar. El esperarte.

Y atada a esa tu espera que me gasta
y que gasta tu vida sin traerte,
aquí me estoy muriendo de ansiedades
porque cabe, tremenda, esta esperanza.

Cada día, ¡oh tú que te retrasas!
sin saber que nos vamos alejando,
es menor la distancia irreparable
de pensar, de esperar, que nos aleje.

Y aquí sigo esperando, nada intento
por huir al tormento de tu espera.
Ya no sé si allá fuera de mi vida
quedan otros o no, queda quien ande!

solamente por ti, por cuando llegues,
a solas esperándote te espero.



Poema Como Otras Tantas Veces de Yanira Soundy



A los niños y niñas que fueron violados bajo la noche…

Esta noche ha entrado la luz casi dormida, atrapando estrellas y violines.
Ha venido con su boca helada y rendida, con su alma gris templando mis raíces.
Ha venido a tallar el tiempo, con un manojo de violetas, como un sueño sin aurora, pintado de nuevo con cenizas.
Murmura secretos y deja caer sus lágrimas en mi garganta, triturando la angustia hundida entre mis venas.
El viento cruza el resto del cielo, moviendo los platos vacíos. Una miel rota se derrama en los cartones de los niños que duermen abandonados en las calles.
La noche es una puerta abierta…
Hombres de vidrio desgarran los jacintos y descapullan las rosas inocentes.
Un aire frío se cae, se levanta y se consume…
La luz pasa de largo, como otras tantas veces.



Poema Canción De Hadas de Aurelio Arturo



Hadas divinas hadas!
Creer en las hadas
en las rosadas, felices noches estivales,
y también en esas noches extrañas
cuando entre abismos de sombras en el silencio
del silencio
se encuentra de súbito una líquida palabra melodiosa
como una fresca agua recóndita, un agua
de dulce mirada.
¿No creer ya en las hadas?
Pero entonces… Yo creo, ciertamente,
que mi antigua haya era una reina de hadas,
y lo supe cuando en el cielo de su mirada
subían rosas ardientes y cuando su palabra
quemó mi piel sin dejar señales,
y porque en su corpiño, bajo las sedas
le palpitaban palomas blancas.

Ahora el silencio
un silencio duro, sin manantiales,
sin retamas, sin frescura,
un silencio que persiste y se ahonda
aun detrás del estrépito
de las ciudades que se derrumban.
Y las hadas se pudren en los estanques muertos
entre algas y hojas secas
y malezas,
o se han transformado en trajes de seda
abandonados en viejos armarios que se quejan,
trajes que lucieron ciñéndose a la locura de las da
entre luces y músicas.



Poema Los Jugadores de Pablo Neruda



Juegan, juegan.
Agachados, arrugados, decrépitos.
Este hombre torvo
junto a los mares de su patria, más lejana que el sol,
cantó bellas canciones.
Canción de la belleza de la tierra,
canción de la belleza de la Amada,
canción, canción
que no precisa fin.
Este otro de la mano en la frente,
pálido como la última hoja de un árbol,
debe tener hijas rubias
de carne apretada,
granada,
rosada.
Juegan, juegan.
Los miro entre la vaga bruma del gas y el humo.
Y mirando estos hombres sé que la vida es triste.



Poema Un Día Entre Nosotros de Gabriel Celaya



Yo me siento. Tú te sientes. Nos sentimos,
estamos juntos. Somos
terriblemente dichosos,
como el cielo siempre azul, como el espanto,
como la luz que es la luz,
como el espacio.

Si ahora me preguntaran por qué estoy tan contento,
diría: «Porque soy.»
Y al decirme sería un poco menos.
Si tratara de explicarme surgirían como sierpes
desenvueltas y en combate mis ambiguos sentimientos.
Pero soy solo. Sí. Soy. Te creo.

Estas aquí, en mí mismo.
Ni te veo, ni te pienso, ni te beso, ni te sueño.
Sólo estás. Estoy contigo. Yo, a tu lado, Tú conmigo.
Estamos uno en otro, tan reales
que con ser poco, ese poco es ya bastante.
Estamos en lo que somos, de puro simples, totales.

Estamos donde siempre, callados. No hay motivo
razonable para ser tan ferozmente dichosos.
Pero sacan el porrón de vino, las chuletas,
la ensalada, el Cacciotta ricamente podrido,
el jugo de naranja, los cafés, la ginebra.
Estamos juntos y todo nos sabe por eso a fiesta.

Soy feliz, ¡tan feliz!
Si ahora me levantara saldría por el techo.
Estoy, como se dice vulgarmente, contento.
Vivo, vivo, y contigo
comprendo que vivir es algo muy sencillo.
El corazón ha abierto su mano y yo deliro.

Me dejo estar. Te quiero. Todo es bello.
Irradio una certeza fulminante.
Soy el alguien tremendo que en ti se basta a sí mismo.
Soy mi absoluta presencia (¿qué pasa?)
que está aquí (¡perdón, nada!).
Soy contigo y tú conmigo, el imán de los prodigios.

¿Quién creería si nos viera que cada día, obtusa,
la desgracia del mundo de fuera nos arrastra?
¡Amor besa mi muerte! ¡Dolor, sé voluptuoso!
¡Oh tú, Necesidad, pon la burla en mis ojos
y en pecho ese ritmo de la paz y la guerra
que son a una el latido fatal de la belleza!

¡Ahora, mi ahora mismo,
sé límpido y valiente, la alegría ganada
a los monstruos informes, y a lo triste sin alma!
¡Oh tú, mi yo más bello, mi más que yo, mi amada,
manténme con tus ojos suspenso, nunca grave,
y sea siempre magia la vida cotidiana!



Poema Los Retratos de Delmira Agustini



Si os asomárais a mi alma como a una estancia profunda, veríais cuánto la entenebrece e ilumina la intrincada galería de los Desconocidos… Figuras incógnitas que, acaso, una sola vez en la vida pasaron por mi lado sin mirarme, y están fijas allá dentro como clavadas con astros…



Poema Arrancarse La Cola de Alfredo Lavergne



Me inspiro
Las estaciones son el suelo
Los puertos el agua y la tierra
Los aeropuertos ¡oh! Los aeropuertos
Porque cuando voy en el aire
Mis sentidos
Despegan
De un viejo poblado
Y de cultos
A nuevas Escuelas Filosóficas.



Poema Estos Pliegues De Vida de Gloria Young



Estos pliegues de vida
colgados a los huesos
esta cintura aún visible
donde te aferras
a ratos
estos muslos anchos recios
que trotan tus espacios
esta cadera ahuecada
estuche para tus manos
estas piernas que te asfixian
con nudo de terciopelo
desde la oscura garganta
hasta el fuego
-tierno
mástil
que trastorna los sentidos-
estos pies que te caminan
estas manos que te hurgan
esta mujer que te quiere,
aquí
en el cuarto imperfecto.



Poema La Ley Es Un Mundo Sin Ley de Víctor Corcoba Herrero



I

Todos pedimos más,
más ley,
todos pedimos más,
más orden,
mientras todos tratamos
de burlar la norma
y eludir el cumplimiento.

II

Tenemos leyes para todo,
menos la ley de la palabra.
Aquella que no se casa
con nadie, si no es lo justo.

Nos apuntamos a juzgar
al vecino,
sin antes juzgarnos
a nosotros mismos.

Somos así, la ley sin ley.

III

Ante leyes injustas,
recomiendo el fuero
de la conciencia.

Ante conciencias
sin ley, encomiendo
sembrar poesía.

Que tras la siembra
del verso, brota el amor.

IV

La ley más que mandar
ha de mondarnos la piel
y darnos un libro
de actividades,
con notas de aplicación.

V

Para acudir a un litigio
hace falta llevar consigo:
una montaña de papel,
una cordillera de euros,
y un mar de paciencia.

Mejor sería volver
a la montaña verde,
a la pelada cordillera,
y tomar el sol en el mar
como lagarto panza arriba.

VI

Si el legislador
es el eco de la razón,
y el magistrado
el eco de la ley,
y el poeta
el eco del mundo,
pido la palabra
y no la ley.
Que muchas son las leyes
en un estado sin palabra.

VI

La ley del amor
es la única que salva
y purifica.

La ley del amor
es la única letra del cielo.

El amor es la ley
de servir donándose.



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