Poema En El Instituto Y En La Universidad de Federico García Lorca



La primera vez
no te conocí.
La segunda, sí.
Dime
si el aire te lo dice.
Mañanita fría
yo me puse triste,
y luego me entraron
ganas de reírme.
No te conocía.
Sí me conociste.
No me conociste.
Ahora entre los dos
se alarga impasible,
un mes, como un
biombo de días grises.
La primera vez
no te conocí.
La segunda, sí.



Poema Retrato De La Bella Desconocida de Juan Sánchez Peláez



En todos los sitios, en todas las playas, estaré esperándote.
Vendrás eternamente altiva
Vendrás, lo sé, sin nostalgia, sin el feroz desencanto de los años
Vendrá el eclipse, la noche polar
Vendrás, te inclinas sobre mis cenizas, sobre las cenizas del
tiempo perdido.
En todos los sitios, en todas las playas, eres la reina del universo.

¿Qué seré en el porvenir? Serás rico dice la noche irreal.
Bajo esa órbita de fuego caen las rosas manchadas del placer.
Sé que vendrás aunque no existas.
El porvenir: LOBO HELADO CON SU CORPIÑO DE DONCELLA
MARÍTIMA.
Me empeño en descifrar este enigma de la infancia.
Mis amigos salen del oscuro firmamento
Mis amigos recluidos en una antigua prisión me hablan
Quiero en vano el corcel del mar, el girasol de tu risa
El demonio me visita en esta madriguera, mis amigos son
puros e inermes.

Puedo detenerme como un fantasma, solicitar de mis
antepasados que vengan en mi ayuda.
Pregunto: ¿Qué será de ti?
Trabajaré bajo el látigo del oro.
Ocultaré la imagen de la noche polar.

¿Por qué no llegas, fábula insomne?

De «Elena y los elementos» 1951



Poema Bajo El Oro Pequeño De Los Trigos de Enriqueta Ochoa



Si me voy este otoño
entiérrame bajo el oro pequeño de los trigos,
en el campo,
para seguir cantando a la interperie.
No amortajes mi cuerpo.
No me escondas en tumbas de granito.

Mi alma ha sido un golpe de tempestad,
un grito abierto en canal,
un magnífico semental
que embarazó a la palabra con los ecos de dios,
y no quiero rondar, tiritando,
mi futuro hogar,
mientras la nieve acumula
con además piadoso
sus copos a mis pies.
Yo quiero que la boca del agua
me exorcise el espíritu,
que me bautice el viento,
que me envuelva en su sábana cálida la tierra
si me voy este otoño.



Poema Tren De Ganado de Horacio Castillo



Somos inocentes, gritábamos desde los trenes.
¿Era de noche o de día? ¿Estábamos vivos o muertos?
Asomados por el tragaluz mirábamos la inmensa llanura.
De pronto un mugido nos traía el recuerdo de Ifigenia
y volviéndonos hacia nuestros hijos los apretábamos contra el pecho.
¿Qué es aquello? El sol. ¿Qué es aquello? Una nube.
Habíamos olvidado el color del mar, el olor de la lluvia.
Los que sabían de estrellas habían olvidado sus nombres
y les dábamos los nombres de nuestros hijos para orientarnos al regreso.
¿Qué es aquello? Un árbol. ¿Qué es aquello? Un río.
Y un canto gregoriano se elevaba a nuestro alrededor,
hablaba por todos los destinados al sacrificio.
Somos inocentes, gritábamos desde los trenes.
¿Era de noche o de día? ¿Estábamos vivos o muertos?
La leche se había agriado en los pechos de las madres,
peinábamos nuestro cabello y se convertía en ceniza.
¿Qué es aquello? Un pájaro. ¿Qué es aquello? Una piedra.
Y bajando la cabeza ocultábamos nuestro rubor,
cortábamos en silencio las uñas de los muertos.
Somos inocentes, gritábamos desde los trenes.
¿Era de noche o de día? ¿Estábamos vivos o muertos?
Bebíamos al atardecer el vino de los ciegos,
soñábamos todavía con un bosque de orquídeas.
¿Qué es aquello? Arena. ¿Qué es aquello? Niebla.
Y la vida escapaba como un murciélago entre las sombras
y nos dormíamos con una inusitada mansedumbre en la mirada.
Después nuestros ojos se volvieron como los ojos de las estatuas,
miramos nuestras manos y había desaparecido la línea de la vida,
y desde la estiba se elevó el ronco yambo
gimiendo por ti, por mí, por todos nuestros compañeros.
Sólo quedaron detrás nuestro líneas etruscas,
cantos de cera navegando hacia el sol,
y a nuestro lado siempre tú, piadoso coro,
tú, alma mía, vaca coronada de nardos y violetas.



Poema Pudor de Heddy Navarro Harris



Sólo yo voy desnuda
como si no hiciera frío
me saludan
se sonrojan
y se abrochan el último botón
de la camisa



Poema La Refalosa de Hilario Ascasubi



Mira gaucho salvajón
que no pierdo la esperanza
y no es chanza
de hacerte probar que cosa
es «Tin Tin y Refalosa»
ahora te diré como es:
escuchá y no te asustés
que para ustedes es canto
más triste que viernes santo
Unitario que agarramos
lo estiramos o paradito nomás
lo agarran los compañeros
por supuesto, mazorqueros
y ligao con maniador doblado
ya queda coco con codo
y desnudito ante todo
¡Salvajón!
Aquí empieza su aflicción
luego después a los pieses
un sobeo en tres dobleces
se le atraca
y queda como una estaca
lindamente asigurao,
y parao lo tenemos
clamoriando y como medio chanceando
lo pinchamos y lo que grita
cantamos «la refalosa y tin tin»,
sin violín.

Pero seguimos al son
de la vaina del latón
que asentamos el cuchillo y le
tantiamos con las uñas el
cogote.
¡Brinca el salvaje vilote
que da risa!
……………
Finalmente:
cuando creemos conveniente,
después que nos divertimos
grandemente, decimos que al salvaje
el resuello se le ataje;
y a derecha
lo agarra uno de las mechas
mientras otro lo sujeta
como a potr de las patas
que si se mueve es a gatas
Entretanto nos clama por cuanto santo
tiene el cielo;
pero ahí nomás por consuelo
a su queja
abajito de la oreja
con un puñal bien templao
y afilao
que se llama quita penas
le atravesamos las venas
del pescuezo
¿Y que se le hace con eso?
larga sangre que es un gusto,
y del susto
entra revolver los ojos
……………
¡Que jarana!
Nos reímos de buena gana
y muy mucho
al ver que hasta les da chucho;
y entonces lo desatamos
y soltamos;
y lo sabemos
parar para verlo
refalar ¡en la sangre!
hasta que le da calambre
y se cai a patalear,
y a temblar
muy fiero, hasta que se estira
el salvaje; y lo que espira
le sacamos una lonja que apreciamos
el sobarla y de manea
gastarla De ahí se le cortan las orejas,
barba, patillas y cejas;
y pelao lo dejamos
arumbao,
para que engorde algún chanco,
o carancho.
……………
Con que ya ves, Salvajón
Nadita te ha de pasar
Después de hacerte gritar
¡Viva la Federación!



Poema Entre Papeles de Nora Méndez



Ya ves,
Hicimos el amor sobre poesía.

No sólo se hace poesía
Sobre el amor.



Poema Gotas Amargas de Jose Asuncion Silva



Avant-Propos

Prescriben los facultativos,
cuando el estómago se estraga,
al paciente, pobre dispéptico,
dieta sin grasas.

Le prohíben las cosas dulces,
le aconsejan la carne asada
y le hacen tomar como tónico
gotas amargas.

¡Pobre estómago literario
que lo trivial fatiga y cansa,
no sigas leyendo poemas
llenos de lágrimas!

Deja las comidas que llenan,
historias, leyendas y dramas
y todas las sensiblerías
semi-románticas.

Y para completar el régimen
que fortifica y que levanta,
ensaya una dosis de estas
gotas amargas.



Poema La Sonrisa de Ernesto Mejía Sánchez



Vale tan poco una sonrisa
que darla cuesta nada y sí
negarla, mucho. Una sonrisa,
una sonrisa inmerecida, no tiene
precio ni en el cielo ni en la tierra.
Una sonrisa gratuita, pura
como la luz sin la que no podría
vivir, sólo se paga con la muerte.



Poema Despecho de Antonio Plaza



I
Arcanidad terrible de la vida,
destino lleno de rigor sin nombre,
infancia entre las sombras escondida,
aprieta sin piedad, que das en hombre.

No esperes con tu golpe furibundo
avasallar mi soberano aliento:
es grande mi tormento como el mundo;
pero el alma es mayor que mi tormento.

Y siempre aquí, con arrogante calma
de tus rencores la sin par fiereza
afronto audaz, que la grandeza de alma,
aunque pequeño soy, es mi grandeza.

Nunca al poder ni al oro me arrodillo,
y aunque me agobie padecer tirano
me muero de hambre; pero no me humillo…
seré cadáver, pero no gusano.

Bien, alma, ¡bien! porque jamás te humillas…
eres inmensa en tu sufrir constante…
¡No mendigues la gloria de rodillas,
conquístala de pie, mártir gigante!

Nací juguete de la vil fortuna,
y me acompañan en fatal camino,
la negra sombra que bañó mi cuna,
la negra mano que marcó mi sino.

A la luz de brillantes ilusiones
de la horrible verdad vi los arcanos,
y fue mi alma festín de las pasiones
como el cuerpo es festín de los gusanos.

Lloré por la esperanza asesinada,
pero tanto creció mi desventura,
que traduje en sonora carcajada
la suprema expresión de la amargura.

Al fin, cansado de mortal quebranto
adopté el estoicismo por divisa:
tanto lloré, que se agotó mi llanto,
tanto reí que se acabó mi risa.

Sin fe, sin juventud, la despreciada
vida infeliz indiferente rueda…
con mi última ilusión evaporada
¿qué me queda en el mundo?… ¿qué me queda?

Ya no tengo sonrisa ni gemido;
ni amo, ni aborrezco, ni ambiciono,
que en indolencia criminal sumido
hasta mi propio espíritu abandono.

Hora tras hora solitario pierdo
envuelto en bruma de oriental pereza;
es mi goce sufrir con el recuerdo,
entregado al placer de la tristeza.

Pláceme abrir heridas mal cerradas,
contemplando a la espalda de los años,
ilusiones de fuego, sepultadas
en la nieve de horribles desengaños.

II
También un tiempo ¡ay de mí!
tras de fantasmas risueños
desatinado corrí;
porque la razón perdí
entre marañas de sueños.

Lindo germen de ilusión,
de mi espíritu gastado
engendró loca pasión…
soñó con la redención
mi frente de condenado.

En mi desencanto amé
creyendo que no creía,
y más desencanto hallé…
¡imbécil! ¿por qué soñé,
cuando soñar no debía?

Amé a una mujer, como ama
quien amar no cree… su llanto
alzó en mi ser una llama,
como alza fosfórea flama
la lluvia en el camposanto.

Pero ¡ay! de aquellas historias
sólo guarda el corazón
recuerdos de muertas glorias,
memorias, sólo memorias son.

Porque mis sueños huyeron,
y mis amores volaron,
mis esperanzas murieron,
y los placeres que fueron
luto en el alma dejaron.

Hoy en negra decepción
los desprecios y el cariño,
mis esperanzas murieron,
para mí lo mismo son…
en lugar de corazón
llevo el cadáver de un niño.

III
De luz imposible mi cráneo era foco
de luz imposible mis sueños vestí;
pero ¡ay! que mis sueños febriles de loco
en mares de sombra perdiéronse al fin.

El alma, la vida apenas soporta,
la paz de las tumbas, del alma es la paz;
yo soy un pasado que a nadie le importa;
yo soy en la tierra cadáver social.

¡Guay del que vegeta con sueños despierto!…
dormirse soñando es muerto vivir…
yo vivo y no sueño, cadáver despierto,
del ser y la nada parodia infeliz.

Al cielo pregunto con ansia indecible:
¿los mártires suben de Dios al dosel?
el cielo se calla, y un eco terrible
me dice: ¡No sueñes… mentira es la fe!

Quien deja la vida de luto y hastío
se vuelve a la nada que de ella salió,
tras esas estrellas no hay más que vacío;
me dice: ¡No sueñes… mentira es la fe!

El hombre, ese imbécil gusano pequeño,
de orgullo inflamado, se juzga inmortal;
pero es la existencia la sombra del sueño
del sueño que forja la nada quizá.

* *

Señor, de la duda me asfixia el abismo,
te ruego que mandes a mi alma infeliz
la fe sacrosanta o el negro ateísmo…
negar es creer… dudar es sufrir.



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