Poema Vas Y Vienes Ceñida A Tus Humores Buenos… de Román Luján



VAS Y VIENES ceñida a tus humores buenos
a tus orillas fértiles
al agua
que te extravía la sangre por mi fiebre
esas tardes que forjo y deshilvano
tu sombra numerosa en los espejos
que a ciegas recorrimos
Sobre el fuego
que improvisa mi lengua te descubro
asida al maderamen que abarcara mi pecho
y hoy te arroja
a esta arena de furia incandescente
y me hermana
con tus labios salinos y tus pezones fieros
que marcan territorio
más allá de esta voz que te aspira y exige
de vuelta a la retina en la que expandes
tu imagen de lobezna
Y es que asciendes
o suave precipitas el ritmo de la aurora
cada vez que el insomnio
dilapida sus llagas en la memoria enferma
gozosa o cristalina al zumo de la carne
así te conjeture y estés lejos
Pero adónde barcaza
adónde hemos de anclar los sobresaltos
las cadenas el aire
que nos abre trincheras para incubar resuellos
cuando nos sabe débiles
Adónde encallaremos
nuestra imparable fuga
si en la brisa no quedan asideros
si en las manos
persiste un juramento raído por las velas
de navíos girando a un sol errante
si este mar en que oscilas
lobezna
o barcarola
es un muro vencido por la ausencia



Poema Sostiene En Una Mano… de Román Luján



SOSTIENE en una mano
las miradas
y en la otra
hambre de insomnios
en jauría

Extiende el giro
si el tacto la reclama
duerme con las serpientes
para incendiar su escorzo
y demostrar que existe

De puntas sobre el miedo
busca un nombre
que los contenga a todos
para que al detenerse
ilumine su pelvis y disuelva
sus torvos precursores

Y cuando sus muñecas
arrojan sus arpones al nadir
del escenario
se enjuga las facciones
y agradece
en requiebre
los aplausos

En tanto alguien que guarda
acaso la mitad
de una sonrisa
se aleja lentamente
como Judas contando sus monedas



Poema Sobre La Página… de Román Luján



No se ve impunemente en las tinieblas.
No se extrae de ello enseñanza sin peligro
.
Emil Michel Cioran

SOBRE LA PÁGINA
un virus merodea
camaleón se agazapa en las fisuras
que tu memoria elige
para almacenar la podredumbre

(hay que pagar tributo)

después hiende colmillos
deja un collar de fístulas
en el silencio menos evidente
e inicia una crisálida
a su alrededor

(concéntrate en el rojo)

las esporas absorben
los pensamientos huérfanos
tu líquido blancuzco
cuando sufres caminas
despedazas el sueño

(se acerca la parálisis)

y luego te preguntas
casi negándolo
si es normal ese hueco
si está sucio aquel escaparate
si tu diestra amaneció
borrosa

(no hay retroceso)

un virus se retuerce en esta página
enfermo de visiones
inflamado pleno de ti
vacío
por azar de la tinta
ahora te refleja

(no dejes de mirarlo)



Poema Resurjo Entre Los Pétalos Finales De La Hoguera… de Román Luján



Caer fue sólo
la ascensión a lo hondo
.
José Ángel Valente

RESURJO ENTRE LOS pétalos finales de la hoguera
libre de resolanas
y brazos
de planta carnívora al tobillo

Al incorporarme veo una ráfaga:
las fénix
que huyen en parvada del azogue
dejando tras de sí
fragmentos de sol pulverizado
y un grito virginal
que desnuda mi nombre

La brisa del invierno se disipa

Hoy deambulo con luz amotinada
en todo el cuerpo



Poema Rebaba De Neurona Es La Argamasa… de Román Luján



REBABA DE NEURONA es la argamasa que forma este collage de sinsentidos. Salitre emocionado, paz salada en roncos lagrimales, pirotecnia. ¿Collage es mezcolanza, revoltijo, astilla de emoción vuelta a su logos? No hablemos del futuro, piedad, que ya envejezco. Un ave cristalina está zurciendo las piedras de mi estómago. El adiós de los retrovisores es más triste, no más lejos de lo que aparenta. ¿Quién logra penetrar el fango herido, quién redacta un silencio con las uñas, y todavía relincha su esperanza? Si te pierdo esta noche, que libren inmensos telegramas a mis ojos y dientes errabundos. Quizás alguien lo entienda. Celan está sonriendo, con todo y holocausto.

a Elizabeth Espejo



Poema Qué Diera Al Mediodía Por No Ser Yo… de Román Luján



QUÉ DIERA AL mediodía por no ser yo
fijarme en otras cosas
desentrañar con garfios las íntimas razones
de que esta resolana abra cuchillos
sobre la plaza pública
explicar aquel traje que avanza
contra la voluntad obesa de su dueño
la risa desmontable del globero
la cicatriz humanizando apenas
el muslo acitronado de la recepcionista

Qué diera lo que resta de la tarde
por un ojo de mosca
multiplicado obsceno vouyerista
de ajenas percepciones
que polizón me diera una conciencia
nunca antes martajada
?por ejemplo la mía

Pero no tengo sino esta vista gorda
algo como ambición de caballo placero
unos zapatos grises que renuncian
cada trescientos días
una barba postiza este cuaderno
y un billete doblado en cuatro partes
dormitando la inocencia entre los senos
de alguna persuasible
que pagará la cuenta



Poema Pentagónico (fragmento V) de Román Luján



Este poema no está sucediendo
La memoria
tendría que ser más lenta
archivar sin delirio
mohosamente
cuando rebanaras las nubes de otra despedida
y la nostalgia interpusiera sus cristales
entre tu piel y mi lujuria

No está sucediendo
La distancia
me ardería en los dedos
Sin embargo
estás aquí
brotas a diario de las fotografías
para esposar las manecillas de la fiebre
o pervertir mis sábanas
y dejas que la tinta
despliegue su fauna en el papel
sin avisarme
como en la retina de un fantasma cotidiano

Es el presente lo que ahuyenta las miradas
que hace un segundo
todavía
picoteaban mi sombra espantapájaros
lo que nos confina al tictac in crescendo
del hartazgo
lo que vuelve irreductible
el tacto a la caricia
el habla a la escritura
tus ojos
al recuerdo poliforme de tus ojos

No te engañes
Esto aún está siendo
No es real
Debo escribirlo cuando te hayas ido
y la cuchilla del silencio me descifre
si tu nombre
es lo que agoniza entre mis manos



Poema No Es Bonito El Lenguaje… de Román Luján



NO ES BONITO el lenguaje, es tortuoso en su diafanidad de niebla, alondra en el pináculo del miedo, a la vista de todos. No es bonito aunque inspire la mar o la dorada certidumbre en los cabellos de Laura o de Breatrice. Animal de imprevistos, no sabe lo que mira. Aspaviento es sin hélices ni torres derribadas en la estupefacción de los periódicos. No se esconde en la savia de los tomos gastados, en la afluente de eructos eruditos, en la valva amorosa. (No releeré este verso, lo consigno).

a Luis Alberto Arellano



Poema Nada Hostiga Al Papel Esta Mañana… de Román Luján



NADA HOSTIGA AL papel esta mañana
No hay un gris melodramático ni demasiado frío
ni ganas de salir Pero tus manos Las puertas
del armario enronquecieron Cepillo violinista
la hilera de incisivos Aún noviembre Reniego
cinco veces de camisa Un manojo plátanos
Tu ausencia La ropa se amontona en los pretiles
Mejor una galleta Una revista de cutis mejorado
Pasa el camión del gas El escritorio arriba
es un deshuesadero Me observa el papel niño
El sol dejó persianas en mi nuca Somnolencia
Entre la tabla y mi nariz con suerte haya un versículo
Rumio el postre mirando la banqueta Tu espalda
pero no Cernuda Manrique y el código civil preludian
la modorra Mi barba se destiñe y caen dos versos
que tacho avergonzado Tu piel vuelta collage
sobre el naranja En una habitación mi hermana llora
cuando suena el teléfono Mejor música celta
Tu boca pero no Mis padres conmemoran
la hazaña de estar juntos Contando la portada
llego a la foja seis de cuatro libros Ya es diciembre
El foco me hace bizcos Se distingue lejana
una ambulancia Tu rostro finaliza este poema



Poema Nada Asciende… de Román Luján



NADA ASCIENDE La noche es una orquídea
ponzoñosa La música dormita
en su triste condición de humus
Sal de ti
me digo y el rencor de tanto espejo acumulado
hunde navajas cuerpo adentro en la retícula
más débil allí donde las voces nunca alcanzan
a regalarme un rostro
Nada irrumpe
Nadie
Un petardo se esfuma en mi saliva Giran
buitres minúsculos allende la garganta.
¿Por qué
inventar el centro del aullido en la piel nuestra?
¿A qué tanta emoción saberse llamarada
descendiendo a la sima del Leteo?
Aún rasguño
del hastío las primerizas cuerdas las arterias
de suyo recorridas y la misma pus inerme
roe mis labios
Nada asciende a este poema
de balbuceos atroces nada lima su faz
de vendavales
Sal de ti reincido
gimiendo en la penumbra
siento erguirse
la flema del silencio hacia mis ojos evaporar
sus líquidos ingenuos
las imágenes perdidas que aún emergen
donde Nadie
y su ejército de fango
desovan en mis cuencas
su enferma risotada
Me abandonan
ya sin ánima
que ascienda a este vagón del hambre



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