Poema La Pantera De Barro de Santiago Azar



Eres una pantera de barro fresco,
ansiosa de carnes rojas, hambrienta de vapores.
Morena mía, me has rasguñado tantas veces los deseos
que contigo la noche se prolonga como un verano,
una estación de sudores que se hacen ríos,
y allí nadamos y te tomo de las piernas,
y la acrobacia del amor aparece como si fuéramos trapecistas,
donde el vacío sería no responder al llamado de tu pecho.
Eres una pantera, mujer, en esta selva que no conocemos,
sólo sabemos que todo debe valer un instante,
pero insistimos en hacer eternos los dedos
que se detienen en estos caminos.
Ven, amiga, así como un animal desatado,
ven furiosa como si hubiese herido tus crías,
ven a esta noche donde las estrellas son de fuego,
ven, amiga, con la pantera de ojos negros que eres,
porque hoy seré tu cazador, con mis disparos de manos,
hoy te domesticaré justo cuando claves una de tus uñas,
para que luego quedes ronroneando el cansancio
en los océanos que derramaron estos besos.



Poema La Crucifixión de Santiago Azar



Ya en la cruz los tres condenados
ingresaban a sus últimos suspiros.
El obrero que estaba a la izquierda del poeta,
que agonizaba en su propia cruz, le decía:
?Acuérdate de mí y canta, cuando estés en el infierno,
la saliva de la injusticia con la que nos besaron cada día?.
El poeta, entre sus penosos esfuerzos, le regaló su corazón
a aquel hombre que tanto hizo por los suyos.
Entretanto, a su derecha, se encontraba el poderoso,
quien sin mediar su propio dolor le exclamó:
? Y tú, poeta, que eres tan brujo con las agonías ajenas,
que posees una flor marchita en cada dedo sucio;
sálvate a ti mismo y a todos nosotros?.
Pero el poeta, que ya no respiraba, de improviso, respondía:
?Tú no eres digno de estas muertes, ni partirás con nosotros,
quedarás vivo en la angustia de un mundo sin ojos,
porque ciego te olvidarás en el propio olvido?.
Fue allí cuando el obrero, replicó como la primera vez:
?Por qué atacas a este hombre,
que creyó en las estrellas,
que creció al amparo de sus pájaros indomables,
que se resguardó de las lluvias
con el solo paraguas de sus versos.
Tú, no partirás con nosotros?.
Fue allí, cuando la tierra se oscureció con tempestades,
mientras un hielo de muerte caía sobre los cuerpos heridos.
Fue allí también, cuando poeta y obrero se hacían una sola lengua,
se hacían una sola resurrección y una sola vida eterna,
dejando allá al poderoso, clavado en el olvido,
mudo, ciego, muerto de muerte.



Poema He Aquí Todo Lo Que Soy Y Seré Por Siempre… de Santiago Azar



He aquí todo lo que soy y seré por siempre:
No me creerás si te digo que soy un ladrón;
amigo, tengo tanto regalos como una ronda de niños,
un trozo de levadura para envolver el alimento.
Sucede que mi nombre ha sido escrito para
tomar por asalto todos los lugares donde crece la flor.
En mi mano están las líneas de la suerte de
los otoños y las primaveras de cada continente.
Mi boca es la verdadera llama furiosa que
termina con las ropas sucias de la hipocresía.
El cielo tiene en mí la cura para sus tormentas;
la tierra ha encontrado a su hijo y lo levanta
como a una preciosa bandera.
Si te digo que el amor está en la gota de un río,
tendrás que creerme, pues es allí donde las arenas
terminarán besándose como dos jóvenes amantes.
En estas palabras, señores, que hoy les digo,
deposito las monedas de la riqueza del alma,
rosas finas y descanso para cada madre; señores,
pido dignidad y decencia para la prostituta,
oído y paciencia para los borrachos de los bares nocturnos;
porque si te digo que desde ahora cruje la ceniza
y vuelve a calentar la brasa del amor,
tendrás que creerme y estirar tus manos
para tocar el sueño del que te he hablado.



Poema Fotografía Instantánea de Santiago Azar



Tengo tal vez diez años,
una barriga inapropiada y vergonzosa para la edad,
sueños irrepetibles, magníficamente diminutos.
Allí me abraza la abuela, inmensa y calurosa.
Y ya la respiro y se me vienen esos árboles encima,
porque hace años que contemplo esta fotografía incansable,
dándola vuelta para ver si caen felicidades.
La tomo, la olfateo, para sentir la respiración de entonces.
Así se sienten los envidiables pantalones con los parches caseros,
calzado gastado de tan mal fútbol infantil,
ensayos de cientos de peluqueros en mi cabeza.
Porque tengo diez años, tal vez,
y me creía en un techo tan formidable,
pero la realidad era oscura como un puñado de oscuridades.
Porque tengo diez años o más
y mientras afilo la estocada de mis antepasados,
rompo esta fotografía
porque ya no aguanto más
la arruga profunda de mis memorias.



Poema Epitafio Para Un Vivo de Santiago Azar



Espero poder colocar una flor
sobre el cemento de mi propia tumba,
una raza de estrellas colmadas de manos.
Espero una almohada feliz en el nicho de la eternidad,
un paso silencioso por entre mi heridas.
Sépase que fui honesto con los grillos,
consecuente con los sueños de los pájaros,
absoluto en la fe de la marcha por las calles.
Poned, entonces, mi cuerpo devuelto a la tierra,
como si hiciéramos un agujero por donde se mira el mundo.
Dejadme, entonces, en las raíces de los desolados
y den este adiós final como si fuese primero.



Poema El Pez Inquieto de Santiago Azar



Me han llamado
el mal nacido de todas las madres,
el ateo que corre por fuera de las iglesias,
uno de los más canallas en el corazón
limpio y claro de mis damas,
el estiércol vivo que danza por las calles,
la melodía salvaje de las flores,
el patrón de la soledad y la amargura,
el patán perezoso de nuestra querida sociedad,
aquél que ni siquiera un capital puede producir.
De tantas formas me han llamado
que casi termina en mi olvido.
Yo sólo reconozco mi irreverencia
ante el ruido feroz de la modernidad,
mi aliento de huracán enfurecido,
la capa fresca de mi corazón,
mis ojos como dos fogatas ardiendo,
mi cuerpo que no tiene dueña.
Soy un irrespetuoso de las campanas del Domingo,
indiferente a las reuniones de los señores,
militante del viento y la marea,
soñador de la mesa para todos.
Qué nuevo puedo anunciarles!
ustedes me llaman de tantas formas,
el mal nacido de todas las madres!
Yo sólo digo que soy Santiago Azar,
el pez inquieto que está haciendo temblar
la inmensidad del océano
con todos sus marineros y habitantes.



Poema El Otro de Santiago Azar



Me propongo muy fielmente amar al otro;
al otro yo que no es más que este insistente fantasma.
Tal vez allí se aloja el solo muerto que cargo,
la sola lluvia que desvanece mis huesos.
Pero no podemos, somos tan distintos.
Aquél me enrostra cada vez que puede mis debilidades,
lo que no he hecho y lo que nunca haré,
mi nefasto carácter que ahuyenta a las hormigas.
Pero lo necesito, aún así, lo busco desde que despierta,
porque sé que es mi muerte más amigable
y recita mis poemas, al revés, de arriba a abajo.
Nadie como ese otro maneja mejor mis heridas,
por eso cuando nos enfadamos soy blanco fácil,
me despedaza desde mis cuchillos de infancia
hasta a aquellos besos por los que sufrí anoche.
Sin embargo, este otro no es original,
me copia, me imita la firma, los gestos,
todo lo quiere hacer igual a mí,
beber lo mismo, en iguales cantidades.
Cómo decirle que se vaya, si lo necesito,
porque en mis días tristes ahí está,
en la derrota del cansancio, es horizonte.
A mí, que me digan lo que quieran,
que ya no tengo de qué escribir o hablar !,
que me estoy apagando como una vela pobre !
Yo amo a este otro y lo defiendo a muerte,
con él, me imagino que el mundo no ha nacido.



Poema Domingo De Visitas de Santiago Azar



?Adelante señores, tomen asiento,
aunque no me crean les tengo un enorme respeto.
Hace tanto que los espero y,
sin embargo, ahora que aquí los tengo
me viene a tiritar la voz?
?Nosotros también te conocemos hace mucho?-
dijeron los muertos que me visitaban-
?hemos sabido de tu nombre en reiteradas ocasiones,
lo han publicado en listas alrededor del mundo,
eres buscado a cambio de una buena recompensa?.
Y cuál es la recompensa?-les dije-
?No volver a leerte jamás?-me dijeron a carcajadas.



Poema De Rokha Al Abordaje de Santiago Azar



Desde la mutilada memoria del verso,
desde un mal gesto o un alarido,
la ira canta, canta y canta.
Sabes, Pablo, yo milito en ti,
por que desde tanta tumba
donde no tienes flores,
desde tanta ceniza de la propia vida,
desde esa celda que te dio el aplauso
te haces grande, gigante, monumento:
El Pablo, terremoto de las luces,
el Pablo, incendio de los cuerpos,
el poeta, asesino de las comidas,
el hombre, hombre de las mujeres,
el amigo, primero de botella y abrazo.
Aquí en el Maule, aquí en el Sur
entre el caldo espeso de las longanizas,
en la disparada subida caliente de las cazuelas,
puerta por puerta, libro por libro,
puerta por puerta, vacaciones en el pueblo
en el pueblo! tu nombre;
aquí De Rokha, aquí en la víspera de la muerte.
Me llamas noche a noche,
disparo a disparo, Ay! la bala,
Ay ! el gatillo sonó como campana
y partió un poeta a discutir con Dios
si el cielo es cielo o si el demonio
tiene por apellido De Rokha.
Ay! la bala, la pólvora;
no se muere sólo de intentos,
la muerte abraza sólo al imbécil,
la muerte sólo anima a los tontos,
quien vive, vive en el ladrido de los perros,
vive en las alas de los murciélagos,
en los senos de las prostitutas.
Vives entero en la memoria.
Yo no olvido, yo no sepulto.
A bailar otra vez, Pablito !
La mesa está servida y sólo falta
la boca hambrienta del padre,
del poeta y del hombre de Chile.



Poema Cuando Llama La Poesía… de Santiago Azar



Cuando llama la poesía,
cuando el grito desesperado del verso
clama por mi sangre,
sólo los muertos resucitan y me esperan
pues de ellos es parte mi alma,
es parte del soldado que aquí
todos los días trabaja.
Cuando llama la poesía,
los muertos reciben mis besos
porque también a ellos pertenezco.



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