Poema No Pesantez De Carne Que Se Estanca de Trinidad Mercader



No pesantez de carne que se estanca,
sino ligero gesto en el espacio.

Curva que, prisionera,
hienda el aire en el salto.

Ritmo donde las alas
recuperen su brío.
(Los músculos se apresten a salvar los obstáculos.)

Oh, senos fugitivos, detenidos en vuelo
por el ineludible tallo de la cintura.
Oh, cóncavas caderas, verticales al suelo.

Las piernas, incendiadas,
giren sobre los pasos iniciados apenas.
El ritmo irá enervando la amplitud de la falda.

Combos los finos brazos,
enmarcando la audacia de la cabeza.

Combos, en el espacio,
cuando el impulso asalte la perfección del cuello
y en torno a todo gire
la llamarada suelta del cabello.



Poema Cercenadme Esta Voz Donde Anida La Estrella. de Trinidad Mercader



Cercenadme esta voz donde anida la estrella.
Cercenadme esta luz, esta naciente albura.

No dejéis que mi aliento
surja de su maraña más límpido que nunca.

Ni el gesto de muchacha que se sorprende libre,
ni este duro clamor, esta palabra impura.

Apiadaos. Derribadme
sobre esta fe creciente que mis ojos declaran
ahora que aún resbala por mi mundo la duda.

Devolvedme aquel aire de niñez oprimida
temerosa del viento, del trueno, de la lluvia.

Devolvedme a las manos que velaron el sueño
de una niña encendida de rubores y frutas.
Volvedme a mi silencio, por donde transitaba
sumisamente dulce, de mí misma confusa.

Aún soy esa muchacha que buscáis en la niebla,
que habita entre vosotros y, sin querer, se oculta.



Poema Viento De Ayer de Torcuato Luca De Tena



¿Es tu hija, verdad? la he conocido
por la estrellas fugaz que hay en sus ojos,
la cabeza inclinada y la madera,
tan tuya, de mirar lleno de asombro.

¿Es tu hija, verdad? lo han presentido
-¡desde tan hondo-
unos vientos callados que dormían
bajo las aguas quietas, en el pozo
de los tiempos perdidos, donde guardo
las hojas que cayeron
de los sauces remotos.

Tiene luz en la frente
-tu misma luz-. Y el gesto melancólico.
Tiene el cuello tan frágil como tú lo tenías
y en el pelo los mismos
pájaros locos.
Tiene un viento de ayer entre los dedos,
y en el rostro…
tu firma escrita
con otra sangre
que no conozco.



Poema Voz de Toni García Arias



Siempre he sido débil,
inútil para descifrar el mundo,
para mantener creencias
que me tuviesen en pie,
firme frente al viento.
A veces dudo,
y suelo cometer la locura
de creerme
sólo si tú me nombras,
como si tu voz
fuese el sol
y yo la niebla.
Tan solo eso me bastaría
para creerme;
introducirme en tus noches,
observarte mientras te pones el pijama
o recoges tu ropa,
mientras apagas la luz
adormilada,
y saber
si alguna vez,
aunque sea sin querer,
aunque sea equivocadamente,
si alguna vez
me nombras.



Poema Vida de Toni García Arias



Un perro camina hacia mí,
lento y hambriento.
Camina receloso y cabizbajo,
clava sus ojos sobre mi miedo
y comienza a olerme de norte a sur,
de mi infancia
a mi presente.
Mueve su hocico frenéticamente
como si pretendiese
extraerme el aroma
o arrancarme el alma.
Me muestra sus dientes,
su rabia,
su violencia.
Me deja temblando y se va.
Como la vida.



Poema Unión de Toni García Arias



Lo peor de estar sin ti
no es que tú no estés aquí,
a mi lado,
llenando mi espacio
con tus huellas;
lo peor de estar sin ti
es no saber
si en este preciso instante,
estás pensando en mí
como yo pienso,
te está doliendo este dolor
como a mí me duele.



Poema Una Cinta De Video de Toni García Arias



Como una cinta de vídeo desgastada por el uso
el recuerdo que tengo de ti
ha perdido el sonido
y algunas líneas.
París te cubrió de tiempo,
como una nevada de años que borra tus facciones
y al pensar en Rue Cambon
mis manos se llenan de cenizas
que no logro componer
y que ya no queman.
Seguramente te amé.
Mi naturaleza es débil como el verso
y, a veces, -perdona-,
confundo pasión con fuego,
amor con Pablo Neruda.
Es mejor olvidar el regreso,
dejar que la memoria se pose rígida sobre nosotros.
Nuestros labios aún se besan, sin sabernos,
sobre un puente al que jamás
supimos dar nombre.



Poema Travesía de Toni García Arias



Hablamos y reímos.
Por dentro de la piel
también lloramos.

El mar quedó
salpicado de palabras.
Era inútil ahogar tanto pasado
en la brevedad tan frágil
de aquel instante.

Pasaron las horas,
y, al fin, no fue el tiempo quién venció
sino el alma.
Era hermosa la tarde,
era hermosa la travesía y el mar,
y era hermoso navegar
con tu sangre a mi sangre
tan cercana.



Poema Todos Los Puertos I de Toni García Arias



Cada uno de nosotros encierra un barco
que sueña travesías y playas y un puerto cercano
donde pasar la noche.
Hay latitudes que recogen nuestra infancia
y curan nuestra piel de salitre
con devoción de madre,
hay otras latitudes que aguardan nuestra visita
con piel desconocida.
Hay travesías que nos conducen al horizonte
que se extiende infinito ante nuestros ojos
y hay otras que, sin solicitar permiso, nos regresan.
Hay puertos que nos muestran la ciudad que fuimos
y nos reciben con verbos que dimos por perdidos
y una sonrisa,
y hay puertos que nos aguardan llenos de futuro,
con calles viejas y ruido de burdeles
y una habitación fría y oscura
que acogerá sin preguntas
nuestro cansancio.



Poema Tiempo de Toni García Arias



Insisto en perdurar,
como la huella de un pie
que graba su tiempo sobre la arena,
pero el futuro,
vengativo y minucioso,
no cesa de borrarme una y mil veces
con su cruel sucesión de minutos
y de olas.



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