Poema El Eros De La Muerte de Justo Jorge Padrón



Crueldad, quiero tu lengua, tu inteligencia oculta
de perversión feroz y a la deriva,
contaminada en las maquinaciones
del placer que enmudece, despertando
la insidia y el peligro de tu experiencia única.

Qué enjambre de caricias en el nudo
con el que aún reclamas la posesión suprema.
Seguir, merodear de forma subrepticia
hasta ir descubriendo este delirio
atroz que se enardece por entrar y expandirse
en el fuego del daño y el desmayo.

Impaciente deseo tu cuerpo cenagoso,
maduro como el vicio que a sí mismo corrompe
con su olor a azahares ultrajados,
a estrellas que en el vino se disuelven.
En él presiento el odio que palpita
en su voltaje oscuro de noche y de marea,
por alcanzar la sangre, cuando el beso
insaciable la busca y la aniquila.

Ah, sombría violencia fascinada,
que encuentras tu destino en la tensión mortal
con que dos cuerpos duros se engastan, se penetran
hasta la raíz misma de sus limos,
allí donde la furia es la pasión
y el miedo de no ser el fulgor de la muerte.



Poema Desde El Fondo Del Vino de Justo Jorge Padrón



Desde el fondo del vino una mujer me invoca
con un riesgo sinuoso. Su cuerpo se ilumina
como exaltada llama empañada de invierno,
como enterrada lluvia rompiendo sus latidos,
deshaciéndose en música envolvente,
tan desolada y bella, hasta cegarme.

El oro fascinado de su risa
me lleva hasta el delirio de celebrar su cuerpo.
Con su hechizo me invade desde el aura
de su rosa sombría, que absorbe en su corola
el absoluto tiempo que viví.

Y así, preso y errante, en su inquieto perfume
tibiamente lejano, me destierra en el vino
bajo la maldición de su recuerdo.



Poema A Un Ruiseñor Amaneciendo de Serafina Núñez



Dulce señor del reino que enamora
inventando la estatua del desvelo
por el agua sin fin donde ya es vuelo
la partida granada de su aurora.

¿Para la alcoba de qué dios implora
el herido diamante de ese cielo
goteando en tu garganta?…¿Qué alto
tu canto muda en brasa, y fluye y dora,

alba perfecta en música inaudita,
y sostiene las ideas del rocío
y detiene la muerte a su albedrío?

Un ángel en tu voz alza su coro
y en las serenas márgenes habita,
en pura nieve derramado oro.



Poema Vigilia de Serafina Núñez



En la noche sin mástiles goteaba tu silencio.
De su carne y penumbra el hombre se olvidaba.
nada más que la queja de un cielo peregrino
apagando veleros en el pecho sonámbulo,
y hacia la ignota cifra el sueño marinero.
Calles de la noche, aire desierto, reino
donde muertos y vivos maduran sus granadas
navegando entre brújulas de esperanza y quejumbre.
En la espalda del tiempo sellada por mi frente
resbala el ángel diestro que el espejo me esconde…



Poema Versos Al Tiempo de Serafina Núñez



El tiempo es un esquivo dromedario
que busca sus oasis en las almas.
Es el dios inflexible y desvelado,
habla un idioma siempre diferente.
Su majestad nos viste de cenizas.
Devora posesiones, embelesos, presencias;
apaga el esplendor de los augurios,
y nos ofrece como frutos secos
a la muerte.



Poema Tú, El Testimonio de Serafina Núñez



Poesía;
vienes a soliviantar mis huesos,
a cavarme,
a darme este vestido desusado
de habitante
de los cuatro puntos cardinales.

Aérea giras
mirando siempre al norte de ti misma.

Tú, el testimonio.
La brisa que escribe en la hierba
el testamento de las flores;
el trébol que dibuja el cristal del universo;
el ciervo que moja de ternura los bosques.
La espuma y la ola, la ceniza y el rocío.
El hombre y sus dominios
levantando montañas de sal por las esquinas de la tierra
El hombre, que come impasible su manjar de inocentes.
El que besa, el que trabaja, el que sonríe,
el de la orquestal pesadumbre,
el del secreto preludio en su pan de sollozos,
y el que muere
de la muerte de todos cada día.
Toma mi mordedura, el signo, el eco,
no somos yo sino nosotros.
Te entregamos a ciegas
nuestro fondo azaroso.



Poema Soneto Diferente de Serafina Núñez



Verano para qué, si ya las sienes
altiva sombra ciñe fatigada
y el alma su soñar entregó en bienes
por el gran pordiosero reclamada.

Verano para qué, si sólo vienes
con tu fragua de oros y alborada
al holocausto que en mi pecho tienes
de rosa y hombre, lumbres y algarada…

No quiero el manantial, sino huidiza
agua que corre ahondando sus caudales;
criatura de espejos y fanales,

su cielo en mi paloma se eterniza.
Crece en mis ojos, gasta mi ternura.
Mi vida su alimento le procura.

febrero 14 de 1986



Poema Soneto de Serafina Núñez



Estoy sobre tu sol y tu sonrisa.
Para mi dalia busco luz y canto
en la guitarra tierna de tu brisa
desatada en el pecho con quebranto.

Funda a mi cielo bajo tu divisa
de playa abierta y mariposa, en tanto,
fluye el rumor caliente que agoniza
en mi frente, sus alas en espanto.

Deja tu flor fluyente y veladora
en la ribera dulce que te implora
mi pez soñando por tu madrugada.

A mis palomas dale norte y flecha,
ata mis pulsos, grábame tu fecha,
y siémbrame en tu tierra desvelada.



Poema Poema de Serafina Núñez



Te converso en el claustro de mi sangre,
tú respondes, eres el eco de mi propio ser,
el inaudito, el de las verdes costas infinitas,
el que no anota el tiempo de los otros.
Dibujas parabanes y leyendas,
te mueres por la paz de mis recintos
cuando la noche abre sus penumbras,
sus delicados reinos de fragancia
al destino tenaz de mis asombros.
Yo soy esa mujer que pasa incierta
entre nieblas, palomas y memorias.



Poema Nocturno de Serafina Núñez



En el pozo de la noche
la piel se vuelve de agua,
mientras que toda la vida
gira en esferas calladas.

En el sueño de la noche
el sueño toca sus arpas.

En el pozo de la noche
la piel se vuelve de agua:
nadie escucha, nadie entiende,
sólo la vida
como piedra muy lavada.



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