Poema Ausencia Del Unicornio de Poemas Autores Varios



Dulce bien,
¿cómo acordarse para no herir?
¿a qué costado?
Las ventanas
se vuelven un coloquio.
Las paredes escuchan.

No acierto a contemplarme.

Y aquí estoy
guardando de nuevo las reliquias.

Soy una tejedora que urde y trama
a su solo deseo,
la guirnalda, la música,
las joyas, el fruto, el asta erguida,
el espejo vacío:
el sol de los amantes.

Y aquí estoy
guardando de nuevo las reliquias.

Soy una tejedora que urde y trama
a su solo deseo,
la guirnalda, la música,
las joyas, el fruto, el asta erguida,
el espejo vacío:
el sol de los amantes.

ELVA MACÍAS ( México, 1944 )



Poema Aniversario de Poemas Autores Varios



Cada día mi amor ha ido creciendo
enriquecido en tanta confianza.
Si clausuró su cuenta la esperanza,
más de lo prometido va cumpliendo.

La juventud se fue desvaneciendo
y no el amor que día a día avanza
hacia más perfección y más la alcanza
cuando en el corazón va atardeciendo.

Hay un triste placer, una hermosura
que sosiega el vivir y lo engrandece
viendo el tiempo en el rostro de la amada,

cada arruga tornándola más pura,
más bella en la medida que envejece,
más amorosamente codiciada.

ILDEFONSO MANUEL GIL ( España, 1912 – 199?)



Poema Al Hombre Sin Nombre La Mujer Eterna de Poemas Autores Varios



Me llegaré al altar del hombre
en ofrenda de huída y rebeldía.

Hombre de ahora y de siempre,
abre tu mano a recibirme
y levántame al cielo como una hostia.
aunque soy sólo pétalo de lágrima.

Hombre nuevo y eterno,
escúchame.
sobre tu pecho roto
llamo y clamo.

Mi palabra golpea
-obsesionante ala obsesionada-
contra las sienes.

Mi palabra del grito
te taladra la frente,
sangre de luz de la herida
bautizará por un instante,
hombre frágil,
a la mujer eterna.

eterna como el sueño fugaz.

Yo te miro sin ojos desde siempre.
tú me llevas en ti desde que existes.
Si antes no lo sabías,
ahora
ya no lo puedes olvidar.

Yo he crecido en el mar
sobre una ola que se alargó
para volverse tallo.
En ese tallo de agua limpia
he subido a mirar a los ojos de Dios.

Ahora me inclina un hálito a tu mano,
y estoy en ti como la mujer muerta
por la que todos los hombres han llorado.

Tú también has llorado
por tu hija, por tu madre,
por la mujer eterna de cuya muerte vives.

Ya no lo puedes olvidar.

Cuando tus ojos caminen en la sombra,
sentirás todavía por el cuerpo
una dulzura amarga y tibia:
beso en las palmas juntas
y una paloma que huye de tus dedos.

Con mi cara de piedra
yo estoy en la otra orilla.

Existo para ti en este momento;
y para mí no existo
porque soy más que eterna en cinco letras.

En el altar de Hombre fuerte como la vida,
hombre de hierro y hielo,
metal, sangre y espíritu,
cae la ofrenda íntegra
de la mujer lejana.

Mujer de canto y llanto
eterna como el sueño.

YOLANDA BEDREGAL (Bolivia, 1916 – 1999)



Poema Alrededores De La Luz de Poemas Sueltos 1



Casi sin ver la realidad del día
ni la certeza de su claridad
ando en busca de ti, de los vestigios
de unos años, de un mar , de unos lugares.

Porque la sombra avanza y los astros escriben
sus órdenes fatales en mi frente,
y es triste a solas proseguir la angustia
de los caminos que iniciamos juntos.

Pensar un cuerpo es inventar la noche
de las islas perdidas, el fulgor
olvidado en los brazos de la hierba.
Es difícil ahondar en el silencio,
llenar de amor el hueco que el instante
abre en el grito con que te pronuncio.

No escucho la presencia de tus pasos
vigilando la herida de los versos escritos,
ni el temblor desolado de la tarde
deja en mi voz el poso transparente
de lo que ardió y se fue y es ya elegía.

Seguir es regresar, volver al borde
del lecho aquel, de la blancura en llamas.
La soledad me dicta letras anochecidas
y las horas se duermen en el pulso del tiempo.

Vuelve a llamarme. Esparce tus designios
en las proximidades de otra hoguera.
Se acabará el sonido del invierno,
la mirada extendida, la sed de las palabras.
El deseo que recuerda el color de unos ojos
descansará en la tierra que conoce.
Las calles arderán a mediodia
y cantará la luz entre mis manos.

De «Maneras de estar solo»



Poema Amor, No Sé de José María Souvirón



Amor, no sé qué calidos rumores
tienen esta mañana las colmenas.
Amor, no sé qué pálidos colores
hay en las cumbres altas y serenas.

No sé, amor, de qué trémulos dulzores
están las flores y las frutas llenas,
ni por qué son más dulces los olores
que vienen al abrir las alacenas.

No sé qué tienen, amor, esta mañana
que suenan como un ángelus lejano
cuando sale el rebaño, las esquilas;

y que al abrir de pronto la ventana,
alondras al alcance de mi mano
se quedaron mirándome tranquilas.



Poema Rápida Plenitud de José María Souvirón



Tu novedad, tu pura novedad
es lo que me concilia con el mundo.

Aquí está mi pasado, en este instante,
todo hecho presente y asumido
por esa novedad que tú me traes.

Porque me has hecho nuevo para ti,
y todo lo anterior, todo lo huido
se vivifica ahora en tu presencia.

¿No es este árbol de esta noche el árbol
hecho con todos los que vi sin ti?
¿No es la brisa que pasa por tu lado
la brisa de mi infancia, que ha seguido
corriendo para estar junto a nosotros?

Pasan los años, pero el tiempo queda
y ahora estoy contigo en mi pasado,
y ya está aquí tu vida hecha presente.
Un presente fugaz que se renueva
con certidumbre de mantenimiento.

Calla. Escucha la noche. Oye los mundos.
Mira esas luces. Huele a primavera.
Nada más que este instante prolongado,
toda mi vida aquí con tu alegría.
O con tu pena, que me da lo mismo.

Y ahora, adiós, es hora de que partas.
Hasta luego, o quizá hasta. mañana.
Ahora el mundo está bien. Ya puedes irte.
Ya esto ha sido vivir. Esto es vivir.



Poema ¿por Qué No Has Sido Tú? de José María Souvirón



Todo lo que he buscado se halla en ti,
y sé que estás dispuesta a quererme, si yo
tiendo un poco mi mano hacia tu mano.

Cuando estaba con otras
cerca de ti, queriéndolas,
entrabas hasta el fondo de mi alma
calladamente, pero con dominio,
y allí te establecías, olvidada y presente.

Antes, pasaste a veces por mi lado
y yo pensaba, aunque no lo quería,
que eras tú la que yo debía haber amado,
la que guardaba los tesoros
que yo, gozoso y torpe, buscaba en otras minas.

Ahora sigues presente
pero ya no me atrevo. He malgastado tanto
tu impaciente silencio, tu ternura encerrada,
tu carne, que esperaba no sabemos qué brotes
de primavera retrasada y dulce…
Si te dijera que te quiero
no te diría bastante,
y quizá este mundo de cristal y de luz
que has ido edificando sobre mi indiferencia,
se caería de golpe, dejándonos a oscuras.

No sabrías decírmelo,
ni yo a ti. Solamente
un prodigio violento
y un nuevo mundo abierto ante tanta esperanza…
¡Oh, qué rabia tardía!
Por qué no has sido tú?



Poema Mis Ojos Muy Abiertos Para Verte de José María Souvirón



Mis ojos muy abiertos para verte,
mis oídos atentos para oírte,
mis ásperas mejillas para herirte,
mis brazos para alzarte y sostenerte.

Mis dientes duros, no para morderte,
sino para rozarte y sonreírte,
mis largas piernas para perseguirte,
y mi gran corazón para quererte.

Mi corazón que hace sonar las horas,
con un compás que el tuyo ya conoce,
con un latir de luz de sol y luna.

Silencio y campanadas vibradoras,
desde la una, amor, hasta las doce,
desde las doce, amor, hasta la una.



Poema Madrigal de José María Souvirón



Si al sol llamo sol, no es a él,
sino a ti que sol te llamo.

Si llamo luna a la luna,
es que a ti te estoy llamando.

Si llamo a la rosa rosa,
es que en la rosa te hallo.

Si llamo amor al amor,
es sólo porque te amo.



Poema La Alta Noche Y El Mar de José María Souvirón



La alta noche y el mar. Las playas solas.
Un vientecillo fresco y desvaído.
Y en el confín oscuro, el suave ruido
de una orquesta de claras caracolas.

Ay, amor: por encima de las olas,
desde mi corazón estremecido
resbalaba, sin rumbo ni sentido,
el son de mis canciones españolas.

La fogata que ardía sobre la arena
era una estrella más, en la serena
infinitud. Cesaron mis canciones.

Las olas en la playa se morían…
y de pronto sentí cómo latían
al mismo tiempo nuestros corazones.



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