Poema Sólo Puedo Escribir De Amor de Piedad Bonnett



Sólo puedo escribir de amor.
Salgo a la noche
respiro su aire tenso, sé que vivo.
Con su canto monódico me seducen los grillos.
Y es la noche sin ti lo que yo escribo.
En el verso me abstraigo.
y allí el amor es sangre y meteoro,
es la espada que hiere, es sal y madrugada.
Breve es y bello y mentiroso,
y eterno y falso y dulce y verdadero.
Y yo sólo sé hablar de la tormenta
que estalla entre tus besos.
Ebria y multicolor
en anodinas calles la ciudad multiplica
mil rostros pianos y una sola mueca,
y abre sus tristes puertas a la noche.
Todo está allí para que la palabra
aprese un llanto, un árbol, la monstruosa
soledad de sus calles vocingleras.
Y yo tan sólo escribo
de la tarde sin ti y de mi tristeza.

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Poema Ni Los Sueños de Piedad Bonnett



ni el sol que tanto amo sobre mi cuerpo desnudo,
ni la grata canción del antiguo trovero enamorado,
ni el verso de Darío ni el verso de Quevedo,
ni esta luna que brilla con brillo de alcancía,
ni tu nombre por otros pronunciado,
ni el eco de mis pasos en la inmensa catedral solitaria,
ni el rosal que yo siembro con mis manos y me sangra los dedos,
ni las noches insomnes,
ni tu dulce retrato mentiroso,
ni el tiempo, -ese falsario de mil rostros-
pueden calmar mi pena de no verte.

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Poema Aquí Dijiste de Piedad Bonnett



«así soy yo,
como esa música
triste y alegre a un mismo tiempo».
Y te amo
en el olor que tiene mi cuerpo de tu cuerpo,
en la feliz canción
que vuelve y vuelve y vuelve a mi tristeza.
En el día aterido
que tú estás respirando no sé dónde.

En el polvo, en el aire,
en esa nube
que tú no mirarás,
en mi mirada
que te calcó y fijó en mi más triste fondo,
en tus besos sellados en mis labios,
y en mis manos vacías,
pues eres hoy vacío
y en el vacío te amo.

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Poema Canción de Piedad Bonnett



Nunca fue tan hermosa la mentira
como en tu boca, en medio
de pequeñas verdades banales
que eran todo
tu mundo que yo amaba,
mentira desprendida
sin afanes, cayendo
como lluvia
sobre la oscura tierra desolada.
Nunca tan dulce fue la mentirosa
palabra enamorada apenas dicha,
ni tan altos los sueños
ni tan fiero
el fuego esplendoroso que sembrara.
Nunca, tampoco,
tanto dolor se amotinó de golpe,
ni tan herida estuvo la esperanza.

«Círculo y Ceniza»



Poema Asedio de Piedad Bonnett



«Si te ponen miedo mis ojos ausentes, mis ojos noctámbulos,
mis ojos dementes…»
León de Greiff

No me culpes.
Por rondar tu casa como una pantera
y husmear en la tierra tus pisadas.
Por traspasar tus muros,
por abrir agujeros para verte soñar.
Por preparar mis filtros vestida de hechichera,
por recordar tus ojos de hielo mientras guardo
entre mis ropas un punzón de acero.
Por abrir trampas
y clavar cuchillos en todos tus caminos.
Por salir en la noche a la montaña
para gritar tu nombre
y por manchar con él los blancos paredones
de las iglesias y los hospitales.
Hay en mí una paloma
que entristece la noche con su arrullo.
Mi noche de blasfemias y de lágrimas.

«Círculo y Ceniza»



Poema Armonía de Piedad Bonnett



Oye cómo se aman los tigres
y se llena la selva con sus hondos jadeos
y se rompe la noche con sus fieros relámpagos.
Mira cómo giran los astros en la eterna
danza de la armonía y su silencio
se puebla de susurros vegetales.
Huele la espesa miel que destilan los árboles,
la leche oscura que sus hojas exudan.
El universo entero se trenza y destrenza
en infinitas cópulas secretas.
Sabias geometrías entrelazan las formas
de dulces caracoles y de ingratas serpientes.
En el mar hay un canto de sirenas.
Toca mi piel,
temblorosa de ti y expuesta a las espinas,
antes que el ritmo de mi sangre calle,
antes de que regrese al agua y a la tierra.

«Círculo y Ceniza»



Poema Ahora Que Ya No Soy Más Joven de Piedad Bonnett



Ahora que ya remonto la mitad del camino de mi vida,
yo que siempre me apené de las gentes mayores,
yo, que soy eterna pues he muerto cien veces, de tedio, de agonía,
y que alargo mis brazos al sol en las mañanas y me arrullo
en las noches y me canto canciones para espantar el miedo,
¿qué haré con esta sombra que comienza a vestirme
y a despojarme sin remordimientos?
¿Qué haré con el confuso y turbio río que no encuentra su mar,
con tanto día y tanto aniversario, con tanta juventud a las espaldas,
si aún no he nacido, si aún hoy me cabe
un mundo entero en el costado izquierdo?
¿Qué hacer ahora que ya no soy más joven
si todavía no te he conocido?



Poema Ahora(piedad Bonnett) de Piedad Bonnett



Me has enseñado a respirar
Juan Gelman

Porque ahora paso mi mano sobe el envés de las hojas y sé leer su alfabeto
y si cierro los ojos oigo correr un río y es tu voz que despierta

porque mi cuerpo comienza ahora en ti y acaba más allá de la lluvia
donde alcanzan tus brazos y el miedo acuartelado no vigila

y sé llamar las cosas
de modo que éstas salten se desnuden
y todo sea reciente
para mis ojos que aman en tus ojos

porque en mi llanto crecen blandas plantas carnívoras
y mi sangre palpita como una iguana abierta

porque ahora mi cuerpo recupera sus partes
y nace una piel nueva que derrota el verano

porque me has enseñado a respirar.



Poema Abismos de Piedad Bonnett



Porque eres ave que girando en rebeldía
desafía la bruma
la ardua noche
haciéndola más honda y más oscura
y más inmenso el mar
porque eres nave y náufrago a la vez
sin velas y sin anclas
solitario
profanador de todos los confines
potro de sombras desbocado y dulce
para la libertad
y el cielo galopante
hecho de vientos y hecho de huracanes
y sin embargo calmo como el agua
de misteriosos y profundos lagos
porque extraviado pero indiferente
como un rey agraviado deambulas
por los caminos de un imperio en ruinas
porque eres un reloj sin manecillas
un bello loto sobre los pantanos
porque te vi sonriendo en tus orillas
cayendo voy
errática y ardida
en tus oscuros mundos abismales.

«Círculo y Ceniza»



Poema Canto Del Reír de William Blake



Cuando los verdes bosques ríen con la voz del júbilo,
y el arroyo encrespado se desplaza riendo;
cuando ríe el aire con nuestras divertidas ocurrencias,
y la verde colina ríe del estrépito que hacemos;
cuando los prados ríen con vívidos verdes,
y ríe la langosta ante la escena gozosa;
cuando Mary y Susan y Emily
cantan «¡ja, ja, ji!» con sus dulces bocas redondas.
Cuando los pájaros pintados ríen en la sombra
donde nuestra mesa desborda de cerezas y nueces,
acercaos y alegraos, y uníos a mí,
para cantar en dulce coro el «¡ja, ja, ji!»

Versión de Antonio Restrepo



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