Poema El Rastro de Guadalupe Grande



Somos materia de extrañeza
quién nos lo iba a decir nosotros
que hemos sufrido tanto
Pero nuestra memoria no arde
y ya no sabemos morir

Memoria de la vida,
memoria de los días y la vida,
cuchillo que abre el mundo
esparciendo unas vísceras que no consigo descifrar.

Memoria de las tardes y la luz,
alumbras la mirada
eres el vigía implacable,
la brújula severa, el testigo carcelario
que anuda el tiempo en su mazmorra.

Qué buscas, memoria, qué andas buscando.
Me sigues como un perro hambriento
y tiendes a mis pies tu mirada lastimera;
husmeas, perniciosa, en el camino
el rastro de los días que fueron,
que ya no son y que jamás serán.

Te arropan los andrajos de la dicha
y la desolación te ha vuelto precavida;
memoria de la vida, memoria de los días y la vida.



Poema Azogue de Guadalupe Grande



Vivimos de costado
pasamos de puntillas
Gracias a dios nadie quedará para recordar
en nombre de quién
habrá de dirimirse la venganza

Cuando el tiempo se escapa sin rostro de las manos
dejando un polvo amarillo en el azogue
es menester estar atentos.
Cuando los días huyen a hurtadillas
despreciando nuestro estupor
(mientras se pudre el grano en el almiar)
es menester ser precavidos.
Cuando la vida se oculta en los rincones
y no hay perro de caza que pueda hallar su rastro
solícitos acudimos a las puertas del miedo.

El bosque de certezas ardió hace tres noches.
Y yo he venido a pregonar
la escarcha de la duda.



Poema Viento de Griselda Álvarez Ponce De León



¡Qué fantasma es el tuyo! Qué presencia
derrama exacto cuando lo convoco:
reconstruye tu olor, tus pasos, toco
la superficie de tu residencia.

¡Qué forma de copiarme tu apariencia!
Qué completo tu abrazo si lo evoco
y cómo se disuelve poco a poco
en esta larga noche de la ausencia.

Y así ?paloma en llanto la neblina?
se sacude la noche despeinada
mientras que tu fantasma se esfumina.

No sé si fue tu sombra enamorada
la que dentro hoy se me ilumina.
Afuera: viento sólo viento. Nada.



Poema Vida de Griselda Álvarez Ponce De León



¡Qué difícil pensar de tan contenta,
no se puede escribir de tanta dicha!
a pío y canto el ave se encapricha
y vuela saboreando la tormenta.

Brota el renuevo y en la rama alienta
una explosión de júbilo predicha.
En lluvia y cal alivia su desdicha
la rosa estéril que vivir intenta.

Una paloma en leche se retiñe
y de tan alba nieve se alborota.
Todo está bien. El sol no se destiñe.

Que los tristes mastiquen su derrota,
yo muero de la risa que me ciñe,
bocanada de vida que me brota.



Poema Vello de Griselda Álvarez Ponce De León



Césped infante cubre tu llanura
a tornaluz tal vez rubio de paja
que ahí donde la luz se resquebraja
en bosque limitado se inaugura.

Alfombra tierna, dime ¿de qué hondura
nació la sangre que en tu piel trabaja,
para que germinaras con ventaja
y más seda se hiciera tu envoltura?

Sutileza del aire con que roza
tu ligero vellón en desaliño,
quizá en algún lugar selva tortuosa,

quizá en algún lugar prado lampiño.
A mis dientes corderos suelto ansiosa
para que trisquen en tu césped niño.



Poema Sueño de Griselda Álvarez Ponce De León



Estás bajo mi lámpara dormido
y en sueños luchas, gimes, te retardas,
estás bajo mi lámpara y te guardas
como si bien despierto fueras ido.

Huyes quizá, tu pecho está vencido,
pero buscas mi mano y te resguardas,
respiras hondo y el aliento tardas
como en rotunda vocación de olvido.

Porque el sueño y la muerte son hermanos
me asusta tu conciencia de esqueleto,
de relámpagos, hielos y veranos,

tu ya no ser tan siendo tan completo,
tan paradoja fragua de gusanos.
Y dormido te quiero y te respeto.



Poema Primavera de Griselda Álvarez Ponce De León



Qué aleluya volver de la ceniza,
reconstruirse y nacer de nueva cuenta,
volver los dos con unidad violenta
y retomar la vida con más prisa.

Ver nuestra primavera que improvisa
con flores y con tallos su herramienta
y sentir que la savia nos fermenta
y que ya somos miel, calor, sonrisa.

Después mirar el fin del alba roja
donde la nube danza el primer fruto,
ver al loco febrero que deshoja

a viento y sol voraz nuestro minuto
y sentir en la sien la azul congoja
que por morir la flor vamos de luto.



Poema Piel de Griselda Álvarez Ponce De León



Tu piel madura, festival al tacto,
como llovida en plenitud te envuelve,
si a veces en follaje se resuelve,
con la aridez en otras hace pacto.

Camino de la seda tu contacto
en bengalas de sol se desenvuelve
porque magnética, termal, devuelve
las corrientes oscuras de lo abstracto.

Protectora absorbente, sensitiva,
permeable también, dura en tus manos,
pedernal del amor, iniciativa.

Si el pigmento divide a los hermanos
tú y yo sabemos que la piel, cautiva,
y somos por la piel aun más humanos.



Poema Paisaje de Griselda Álvarez Ponce De León



Amor, amante, amado, yo te digo
con letras rojas toda mi alegría,
por ti la pena entera gozaría,
sin ti la dicha fuérame castigo.

Amor, amante, amado. Me enemigo,
si el amor me retira compañía,
porque sin ti la vida es ironía
y lenta muerte que en afán persigo.

Árbol de mi costumbre y mi linaje,
dueño de mi ciudad y mi vereda,
ángel de acero, júbilo del viaje,

recuerdo de mi cuerpo, limpia seda.
Todo ésto y más en íntimo paisaje,
que lo que sigue es polvo y humareda.



Poema Llanto de Griselda Álvarez Ponce De León



Viuda de ausencia toco la mañana,
es tan igual invierno y lejanía,
que quizá se pudiera se podría
abrir la noche junto a tu ventana.

Al gallo inútil con su inútil diana
en el alba su canto estrellaría,
no pasaría el sol no pasaría
envuelto ya de noche en su sotana.

Viuda de ausencia tomo mi destino:
saco mi llanto del profundo pozo
y con él riego cáñamos y lino.

Esta mañana no arderá mi gozo,
que el alba huele a sal y sabe a trino
enredada en la niebla del sollozo.



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