Poema Gacela Del Recuerdo Del Amor de Federico García Lorca



No te lleves tu recuerdo.
Déjalo solo en mi pecho,

temblor de blanco cerezo
en el martirio de enero.

Me separa de los muertos
un muro de malos sueños.

Doy pena de lirio fresco
para un corazón de yeso.

Toda la noche en el huerto
mis ojos, como dos perros.

Toda la noche, corriendo
los membrillos de veneno.

Algunas veces el viento
es un tulipán de miedo,

es un tulipán enfermo,
la madrugada de invierno.

Un muro de malos sueños
me separa de los muertos.

La niebla cubre en silencio
el valle gris de tu cuerpo.

Por el arco del encuentro
la cicuta está creciendo.

Pero deja tu recuerdo
déjalo solo en mi pecho.



Poema Omítemela Mas Que Lo Omitido de Severo Sarduy



Omítemela mas que lo omitido
cuando alcanza y define su aporía,
enciende en el reverso de su día
un planeta en la noche del sentido.

A pulso no: que no disfruta herido,
por flecha berniniana o por manía
de brusquedad, el templo humedecido
(de Venus, el segundo). Ya algún día

lubricantes o medios naturales
pondrás entre los bordes con taimada
prudencia, o con cautela ensalivada

que atenúen la quema de tu entrada:
pues de amor y de ardor en los anales
de la historia la nupcia está cifrada.



Poema César de Zbigniew Herbert



Hubo una vez un césar. Tenía ojos amarillentos y mandíbula rapaz.
Vivía en un palacio lleno de mármoles y policías. Solo.
Se despertaba en la noche y gritaba. Nadie lo amaba.
Lo que más le gustaba eran las cacerías y el terror. Pero
se dejaba fotografiar con los niños, entre las flores.
Cuando murió, nadie se atrevía a retirar sus retratos.
Mirad, mirad, quizá todavía anda por vuestras casas su careta.

1957

Versión de Xaverio Ballester



Poema Hastío de Juan José Domenchina



Hastío -pajarraco
de mis horas-. ¡Hastío!
Te ofrendo mi futuro.

A trueque de los ocios
turbios que me regalas,
mi porvenir es tuyo.

No aguzaré las ramas
de mi intelecto, grave.
No forzaré mis músculos.

¡Como un dios, a la sombra
de mis actos -en germen,
sin realidad-, desnudo!

¡Como un dios-indolencia
comprensiva-, en la cumbre
rosada de mi orgullo!

¡Como un dios, solo y triste!
¡Como un dios, triste y solo!
¡Como un dios, solo y único!



Poema Me Persiguen de Luis García Montero



Me persiguen
los teléfonos rotos de Granada,
cuando voy a buscarte
y en las calles enteras están comunicando.

Sumergido en tu voz de caracola,
me gustaría el mar desde una boca
prendida con la mía,
saber que está tranquilo de distancia,
mientras pasan, respiran,
se repliegan
a su instinto de ausencia
los jardines.

En ellos nada existe
desde que te secuestran los veranos.
Sólo yo los habito
por descubrir el rostro
de los enamorados que se besan,

con mis ojos en paro,
mi corazón sin tráfico,
el insomnio que guardan las ciudades de agosto,
y ambulancias secretas como pájaros.



Poema Anestesia Final de Ali Chumacero



La muerte bajo el agua
y la noche navega lentamente.
Herida va mi sangre,
más ligera que el sueño
y el despertar sediento del inicial recuerdo.
Una mortal navegación a oscuras,
marítimo dolor, cristal amargo;
un estar descendiendo
sin encontrarse asido,
como un río que fuera de los pies a las manos
junto al sopor nocturno;
un tornar las cortinas de la sangre,
la boca atropellada de silencios,
como si labios húmedos
cayeran en mi huella
deletreando ausencia entre las manos.

¿Quién asciende hasta el último suspiro?
¿Quién bebe la cicuta del agua entre la muerte?
¿Quién destroza el silencio?
¿Quién en silencio vive?
Dejo flotar mi piel
a través del cristal en que me ahogo
como espejo en la noche,
más delgada mi sangre y mis nervios al aire:
esfuerzo que me hunde en lo destruido,
voraz calor que me devora.

El sonido, ah cómo sabe a río,
urdido como estrellas apenas presentidas,
resbala por la piel de mis espaldas
cuando descubro, trunco,
el tallo derrotado en que me creo;
su beso es el comienzo de la muerte,
el negro navegar
y la escala sin brazos.

Me hundo en un océano de yodo;
sabor de invierno lecho en selva de mi carne,
cazadora nocturna,
que herida ya en su forma
descúbrese en dolor adormecida.

Así me voy perdiendo cercado en mis contornos,
cercano a mi silencio
cuando navego en aguas de la muerte.



Poema Dos de Blanca Andreu



Y casi espíritu de fuego, casi la empuñadura de una idea del fuego
aire de pájaro o espada, pero espía,
en tu interior hay ciervos y prodigios,
acaso un charco de oro.

«Libro de las bestias. Primer fisiólogo» 1984



Poema Ladrones de Pier Paolo Pasolini



Una vez regresado a tu madre
¿sentirás todavía
sobre los labios
los besos que te he dado como un ladrón?

¡Ah, ladrones los dos!
¿No estaba oscuro en el prado?
¿No robábamos a los chopos
la sombra en tu bolsa?

Los conejos se han quedado
sin hierba esta tarde,
y tus labios robados
besan la primera estrella…

De «La mejor juventud» 1941-1953

Versión de Delfina Muschietti



Poema La Noche de Julio Herrera Y Reissig



La noche en la montaña mira con ojos viudos
de cierva sin amparo que vela ante su cría;
y como si asumiera un don de profecía,
en un sueño inspirado hablan los campos rudos.

Rayan el panorama, como espectros agudos,
tres álamos en éxtasis… Un gallo desvaría,
reloj de media noche. La grave luna amplía
las cosas, que se llenan de encantamientos mudos.

El lago azul de sueño, que ni una sombra empaña,
es como la conciencia pura de la montaña…
A ras del agua tersa, que riza con su aliento,

Albino, el pastor loco, quiere besar la luna.
En la huerta sonámbula vibra un canto de cuna. ..
Aúllan a los diablos los perros del convento.



Poema Cantiga Agónica de Lil Picado



Me moriré de tiempo una mañana,
me moriré entre mis brazos, clara;
me moriré de labios, de mirada,
de loca desnudez acorralada,
de tiempo natural, en fin. De piel,
de alas… Me iré donde tu olvido quiera
que me vaya.



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