Poema Sin Ti de Yanira Soundy



Te vas y vuelan resignadas las gaviotas. Ya no llenaré tus oídos con mis rosas ni mojaré mi ayer con desventuras. Caminaré sin ti bajo este cielo; será como vestirme de una voz nueva, y aprender a vivir como las aves.

Caminaré sin ti, y será por siempre de esa forma; mojarán la tierra los inviernos y vendrá de nuevo el sol, y tú no estarás conmigo.

Galoparé en mis sueños y reposarán mis caminos llenos de ternura.

Entonces nadie habrá vencido. Abandonados quedarán tu escudo y tu batalla.

Lo tuyo no fue amor, lo supe siempre. Envuelto en fantasías te perdiste, y lejos, ya muy lejos de mi playa, giraste tu veleta en busca de un sueño irrealizable.

Te vas y vuelan resignadas las gaviotas; calla mi boca y el corazón toca tu estela. Qué mal te hice al amarte de esta forma. Caminaré sin tí, y seré feliz de igual manera. El amor, cuando se va, no vuelve nunca, y tú te fuiste dejando un rastro de hiel entre mis lágrimas.

Déjame escuchar el canto de la fuente. Quiero beber un poco de ese río que se lleva consigo todas mis ansias. Quiero guardar en silencio el frío y la arena de tu nombre, y colorear mi rostro con la luz nueva de una estrella.

Pasará esta vida como todas; entonces seremos el milagro y el vuelo ilusorio de dos almas.



Poema Puse En Mi Bandeja Cuanto Tenía, Y Te Lo Di de Rabindranath Tagore



Puse en mi bandeja cuanto tenía, y te lo di.
¿Qué traeré a tus pies mañana?
Soy como el árbol que, huyendo el verano floreciente,
mira al cielo, levantadas sus ramas desnudas de flores.
Pero ¿no hay, entre todas mis ofrendas pasadas, una sola flor
que haya hecho inmarcesible la eternidad de las lágrimas?
¿Te acordarás, me darás las gracias con los ojos
cuando llegue yo a ti con las manos vacías,
en la despedida de mis días estivales?



Poema Cierlorraso de Rodolfo Alonso



Desdicha, vuelta a decir:
artesanía furiosa. Tuya es
la calma impura, la ignorancia
sabihonda. El doble filo
de la desventurada pesadumbre.



Poema Ante La Crisis De Autenticidad de Víctor Corcoba Herrero



I

Ante tanta crisis de autenticidad,
registremos la poesía como signo
de identidad y señal de amor.

II

La educación hace al hombre.
Le ayuda a hacerse a la vida.
Y a vivir más humanamente.
Y a penetrar en el corazón.
Y a ser más de la poesía que del poder.
Como ésto no es así,
propongo rehacer la reeducación.

III

Lo educativo como creación.
La creación como arte.
El arte como vida.
La vida como belleza.
La belleza como rasgo de la poesía.
La poesía como estela de luz.
La luz como luz para caminar.

IV

La más nívea formación,
consiste en transformar
el bien cultural, en bien educativo.
Y lo educativo en un acto de amor.
Y el amor en un acto de poesía.
Y la poesía en un acto de esperanza.

V

Las edades de la vida,
son como escaleras del verso,
cuántas más subes,
más gozosa es la bajada.

VI

La urbanidad es una obligación
vital para crecer por dentro
que es lo que vale y lo que vive.

Lo que vive y lo que vale,
son los latidos del alma,
la ética de la estética,
la acción de los maestros,
que cultivan lo que predican,
por herencia de la coherencia.



Poema A La Bajada De Muchos Caballeros De Madrid A Socorrer La Fuerza De La Mamora, Cercada De Moros de Luis De Gongora



?¡A la Mamora, militares cruces!
¡Galanes de la Corte, a la Mamora!
Sed capitanes en latín ahora
Los que en romance ha tanto que sois duces.

¡Arma, arma, ensilla, carga! ?¿Qué? ¿Arcabuces?
?No, gofo, sino aquesa cantimplora.
Las plumas riza, las espuelas dora.
?¿Ármase España ya contra avestruces?

?Pica, Bufón. ¡Oh tú, mi dulce dueño!
Partiendo me quedé, y quedando paso
A acumularte en Africa despojos.

?¡Oh tú, cualquier que la agua pisas leño!
¡Escuche la vitoria yo, o el fracaso
A la lengua del agua de mis ojos!



Poema Marino de Vicente Huidobro



Aquél pájaro que vuela por primera vez
Se aleja del nido mirando hacia atrás

Con el dedo en los labios
os he llamado.

Yo inventé juegos de agua
En la cima de los árboles.

Te hice la más bella de las mujeres
Tan bella que enrojecías en las tardes.

La luna se aleja de nosotros
Y arroja una corona sobre el polo

Hice correr ríos
que nunca han existido

De un grito elevé una montaña
Y en torno bailamos una nueva danza.

Corté todas las rosas
De las nubes del este

Y enseñé a cantar a un pájaro de nieve

Marchemos sobre los meses desatados

Soy el viejo marino
que cose los horizontes cortados



Poema Los Jardines De Afrodita (vii) de Francisco Villaespesa



Enferma de nostalgias, la ardiente cortesana,
al rojizo crepúsculo que incendia el aposento,
su anhelo lanza al aire, como un halcón hambriento,
tras la ideal paloma de una Thule lejana.

Sueña con las ergástulas de la Roma pagana;
cruzar desnuda el Coso, la cabellera al viento,
y embriagarse de amores en el Circo sangriento
con el vino purpúreo de la vendimia humana.

Sueña… Un león celoso veloz salta a la arena,
ensangrentando el oro de su rubia melena.
Abre las rojas fauces… A la bacante mira,

salta sobre sus pechos, a su cuerpo se abraza…
¡Y ella, mientras la fiera sus carnes despedaza,
los párpados entorna y sonriendo expira!



Poema Los Triunfos de Andres Trapiello



En toda victoria un dolor
tiene su origen. El estío,
cuando se abre el alto ventanuco,
se desgarra sobre los chopos que clarean.
La traza de aire fresco
que entra entonces, levanta
de la madera un fresco olor a lejía
de suelos muy fregados.
Y algo que fue sombra y vigilia
en la pensión, cobra forma
con la ligera luz del alba.
En el vasar, sobre blanca labor
de lienzo y almidón,
unos cuantos jazmines, aún lozanos.
Y quien lo ve, añora
ese privilegiado amor que impulsa
a quien obtuvo la prodigiosa flor,
al abrigo de la fría Segovia.

«Las tradiciones» 1982



Poema Lentamente Me Casé Con Ella de Leonard Cohen



Lentamente me casé con ella
Lenta y amargamente me casé con su amor
Me casé con su cuerpo
en el aburrimiento y el gozo
Lentamente fui a ella
Lenta y resentidamente llegué a su cama
Fui a su mesa
por hambre y por hábito
fui a que me dieran de comer
Lentamente me casé con ella
sancionado por nadie
con la bendición de nadie
en nombre de nadie
en medio de advertencias generalizadas
en medio de la burla generalizada
Fui a su fragancia
con las narices distendidas
Fui a su codicia
con semilla para un niño
Años para la llegada
y años en retirada
Lentamente me casé con ella
Lentamente me arrodillé
Y ahora estamos heridos
tan profundamente y tan bien
que nadie puede hacernos daño
excepto la propia Muerte
Y a través de la totalidad del sueño de la Muerte
Me muevo con sus labios
El sueño es una noche
pero eterno es el beso
Y lentamente voy a ella
lentamente nos despojamos
de los ropajes de nuestras dudas
y lentamente nos desposamos

LENTAMENTE ME CASÉ CON ELLA

Es un largo trayecto el que hay hasta casa Fairfax abajo hasta la Autopista de Santa Mónica, una siniestra extensión de la Imaginación. El torzal de su fragancia chisporrotea sobre mí como un antiguo cable de tranvía. Polvo de la exhausta primavera de L.A. en la palanca
del cambio de luces, alzando su sombra de humo a humo entre los marcadores luminosos de carril. Y qué es esta canción sino un poco de música ambiental para aquellos que salen demasiado, que hablan a sus esposas divorciadas incorporeizadas entre el parabrisas y las estrellas siguientes con voces de secreta intimidad, tales como las que jamás usaron en el sempiterno régimen de separarse.

* *



Poema Cerré Mi Puerta Al Mundo de Emilio Prados



Cerré mi puerta al mundo;
se me perdió la carne por el sueño…
Me quedé, interno, mágico, invisible,
desnudo como un ciego.

Lleno hasta el mismo borde de los ojos,
me iluminé por dentro.

Trémulo, transparente,
me quedé sobre el viento,
igual que un vaso limpio
de agua pura,
como un ángel de vidrio
en un espejo.



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