Poema El Botín de Susana Giraudo



Soy una ladrona.
Robo
una chispa de tus ojos,
un roce apenas
o algún gesto de tu duende.

Huyo después.
El botín ruboriza
mis manos.

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Il bottino

Un ladro sono io.
Pesco
una scintilla dei tuoi occhi,
uno sfioramento appena
o qualche gesto del tuo folletto.

Dopo fuggo.
Il bottino arrossisce
le mie mani.



Poema Diamantes Y Perlas de Carlos Augusto Salaverry



He aquí, lector, la diminuta llave
Que guarda de mis joyas el tesoro;
Privanme la modestia y el decoro
De que yo te las muestre y las alabe.

Quizás tu lente, escrutador, acabe
Por no hallar en mi cofre perlas ni oro
Si tal descubres, por tu honor imploro
Que no lo digas a quien no lo sabe.

Si no hallas en mis versos poesía,
Ni estilo, ni metáforas brillantes,
Mis páginas arroja sin leerlas.

Que otro lector, acaso, encontraría
En los tipos de imprenta – los diamantes,
Y en mis vacías páginas – las perlas.



Poema La Extranjera de Gabriela Mistral



A Francis de Miomandre

Habla con dejo de sus mares bárbaros,
con no sé qué algas y no sé qué arenas;
reza oración a dios sin bulto y peso,
envejecida como si muriera.
Ese huerto nuestro que nos hizo extraño,
ha puesto cactus y zarpadas hierbas.

Alienta del resuello del desierto
y ha amado con pasión de que blanquea,
que nunca cuenta y que si nos contase
sería como el mapa de otra estrella.

Vivirá entre nosotros ochenta años,
pero siempre será como si llega,
hablando lengua que jadea y gime
y que le entienden sólo bestezuelas.
Y va a morirse en medio de nosotros,
en una noche en la que más padezca,
con sólo su destino por almohada,
de una muerte callada y extranjera.



Poema A Don Luis De Ulloa, Que Enamorado Se Ausentó De Toro de Luis De Gongora



Generoso esplendor, sino luciente,
No sólo es ya de cuanto el Duero baña
Toro, mas del Zodíaco de España,
Y gloria vos de su murada frente.

¿Quién, pues, región os hizo diferente
Pisar amante? Mal la fuga engaña
Mortal saeta, dura en la montaña,
Y en las ondas más dura de la fuente:

De venenosas plumas os lo diga
Corcillo atravesado. Restituya
Sus trofeos el pie a vuestra enemiga.

Tímida fiera, bella ninfa huya:
Espíritu gentil, no sólo siga,
Mas bese en el arpón la mano suya.



Poema El Mundo Ya No Habla… de Olvido García Valdés



El mundo ya no habla. Como pueblos
de abandonadas minas, la memoria; como chabolas
próximas a cercas. Forman red
los olivos y circula
el tractor entre ellos. Hace falta
dulzura para ser. ¿Se desatan
los nudos? Todo es ahora plano,
tiene blandos los ojos y manchas
en la piel. Hay muertos diminutos,
una escala de ángeles que alertan
al durmiente, y el pozo, las arcadas,
los jazmines. Duele de no sentir.

El alma es por la muerte y de la muerte,
pequeño ser que oficia
desde la imprecación. La parca
del pasado lo advertía: cuerpo,
aquí comienza
otro ciclo, eres tú y eres nada.

Afectos de la memoria, húmedo
verde limón, azuladas
hortensias. Y la oscura figura:
la mano de los anillos y la mano
quemada son ya la misma mano, arenques
con su luz. ¿Cómo arraiga el olivo? Quieto
fulgor, mira la arena negra.



Poema En Castellano de Blas De Otero



Aquí tenéis mi voz
alzada contra el cielo de los dioses absurdos,
mi voz apedreando las puertas de la muerte
con cantos que son duras verdades como puños.

Él ha muerto hace tiempo, antes de ayer. Ya hiede.
Aquí tenéis mi voz zarpando hacia el futuro.
Adelantando el paso a través de las ruinas,
hermosa como un viaje alrededor del mundo.

Mucho he sufrido: en este tiempo, todos
hemos sufrido mucho.
Yo levanto una copa de alegría en las manos,
en pie contra el crepúsculo.

Borradlo. Labraremos la paz, la paz, la paz,
a fuerza de caricias, a puñetazos puros.
Aquí os dejo mi voz escrita en castellano.
España, no te olvides que hemos sufrido juntos.



Poema Ojos Verdes de Rafael De Leon



I

Apoyá en er quisio de la mansebía
miraba ensenderse la noche de mayo;
pasaban los hombres y yo sonreía
hasta que a mi puerta paraste el caballo.
«Serrana, ¿me das candela?»
Y yo te dije: «Gaché,
ven y tómala en mis labios
que yo fuego te daré».
Dejaste er caballo
y lumbre te di,
y fueron dos verdes luceros de mayo
tus ojos pa mí.

Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón.
Ojos verdes, verdes, con brillo de faca,
que están clavaítos en mi corazón.
Pa mí ya no hay soles, luceros ni luna,
no hay más que unos ojos que mi vía son.
Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón.

II

Vimos desde el cuarto despertar el día
y sonar el alba en la Torre la Vela.
Dejaste mis brazos cuando amanecía
y en mi boca un gusto de menta y canela.
«Serrana, para un vestío
yo te quiero regalá».
Yo te dije: «Estás cumplío,
no me tienes que dar na».
Subiste ar caballo,
te fuiste de mí
y nunca una noche
más bella de mayo
he vuelto a viví.

Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón.
Ojos verdes, verdes, con brillo de faca,
que están clavaítos en mi corazón.
Pa mí ya no hay soles, luceros ni luna,
no hay más que unos ojos que mi vía son.
Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón.



Poema Emblema de Vicente García



Con la esperanza.
Que, venga lo que venga,
Mejor que no te amargue las mañanas.

Con la alegría.
Incluso en ese instante
En que los días dejen de ser días.



Poema El Fantasma Y Yo de Amado Nervo



Mi alma es una princesa en su torre metida,
con cinco ventanitas para mirar la vida.
Es una triste diosa que el cuerpo aprisionó.
y tu alma, que desde antes de morirte volaba,
es un ala magnífica, libre de toda traba…
Tú no eres el fantasma: ¡el fantasma soy yo!
¡Qué entiendo de las cosas! Las cosas se me ofrecen,
no como son de suyo, sino como aparecen
a los cinco sentidos con que Dios limitó
mi sensorio grosero, mi percepción menguada.
Tú lo sabes hoy todo…, ¡yo, en cambio, no sé nada!
Tú no eres el fantasma: ¡el fantasma soy yo!



Poema Bajo La Ducha de Humberto Mello



intenta lavar las memorias
que caen crespas y crudas
sobre el cuerpo y lo disuelve
la carne ahora es voz y olor
cada parte del cuerpo se acuerda de algo
un hijo que no nació
un beso que fue interrumpido
en cada toque
siente el gusto de la desesperación
friega araña quita la piel
inútil lavar lo que le devora

(POEMA ORIGINAL EN PORTUGUÉS):

debaixo do chuveiro

debaixo do chuveiro
tenta lavar as memórias
que escorrem crespas e cruas
sobre o corpo e o dissolve
a carne agora é voz e cheiro
cada parte do corpo lembra de algo
um filho que não nasceu
um beijo que se interrompeu
em cada toque
sente o gosto do desespero
esfrega arranha esfola
inútil lavar o que lhe devora

(Traducción: Humberto Mello en colaboración con Nora Méndez y Dina Posada)



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