Poema El Primer Asesinato de Leonard Cohen



Supe que no había ocurrido
No había asesinato en la pradera
La hierba no estaba roja
La hierba era verde
Supe que no había ocurrido

He llegado a casa cansado
Mis botas están veteadas de suciedad
Para qué sirve predicar
nunca les pasó nada
a los cuerpos asesinados en la pradera

Decid la verdad he fumado hasta
llegar al amor en esta noche inocente
Jamás ocurrió
Jamás ocurrió
No hubo asesinatos en la pradera

Había una casa en la pradera
La pradera en sí era grande y estaba vacía
Era de noche
Era noche cerrada
Había luces en las diminutas ventanas.

* *



Poema Mañana de Toni García Arias



Vendrán una mañana los abrazos que amagué,
los labios,
las manos que entre mis manos
fueron espuma,
las palabras de vino
matriz del polvo.
Vendrán una mañana con su vacío,
dejarán sobre mis sábanas
el hueco inútil,
la muda caligrafía de todo lo incompleto.
Se quebrarán con la fragilidad de mi voz
todos mis miedos.
Mudo quedaré, inerte.
En vano intentaré
decir una palabra que desbarate vuestra ausencia,
pero será en vano,
ya no seré yo tampoco
abrazos ni manos para otros.



Poema Hablando Para Mí de Roque Dalton Garcia



Como un ángel social de alto velamen,
lejano de la angustia y capitán
de nueva clorofila,
como una flor indomeñable
que falta haríale al maíz en la coronación de su significado,
como un lejano caracol que huyó del pecho rojo,
caminaré desde hoy
gritando que conozco,
aunque resulte herida
mi bondad y mi sangre

Porque cual repentino rayo de raíces secretas
uno cae en la cuenta que no respira solo,
que hay hermanos dormidos,
cortadas ramas retoñables,
pianos de primer piso, dulces
rosas descoloridas sin morir.

Además, es este siglo obligatorio
que en airada espesura nos reúne,
el que regala al ojo la cumbre y el camino,
el que pregunta al alma por sus puños finales,
el que deja vibrando la fiel liquidación de las preguntas.
El panorama es un cuchillo rudo: uno nace entre todos
los hombres y los árboles,
pariendo el junco responsable que el huracán penetra:
posee uno la lámpara que con su luz idéntica
descubre donde nace la lágrima
digna de ser borrada en lo que nos rodea.



Poema En El Golf De Punta Carreta de Enrique Díez-canedo



(Montevideo)

Y un día entre los días ¿qué misteriosa mano
con un golpe certero
te arrojará, en deporte de trasmundo, a lo arcano
que te aguarda, oh pelota lanzada a tu agujero?



Poema La Concha de Pedro Salinas



Tersa, pulida, rosada
¡cómo la acariciarían,
sí, mejilla de doncella!

Entreabierta, curva, cóncava,
su albergue, encaracolada,
mi mirada se hace dentro.
Azul, rosa, malva, verde,
tan sin luz, tan irisada,
tardes, cielos, nubes, soles,
crepúsculos me eterniza.

En el óvalo de esmalte
rectas sutiles, primores
de geometría en gracia,
la solución le dibujan,
sin error, a aquel problema
propuesto
en lo más hondo del mar.

Pero su hermosura, inútil,
nunca servirá. La cogen,
la miran, la tiran ya.
Desnuda, sola, bellísima
la venera, eco de mito,
de carne virgen, de diosa,
su perfección sin amante
en la arena perpetúa.



Poema Te Hablo de Alejandra Pizarnik



Estoy con pavura.
hame sobrevenido lo que más temía.
no estoy en dificultad:
estoy en no poder más.

No abandoné el vacío y el desierto.
vivo en peligro.

tu canto no me ayuda.
cada vez más tenazas,
más miedos,
más sombras negras.



Poema Como Una Lengua De Vaca de Kyra Galván



Mis almohadas son distintas
como de hotel costeño, humedas y frías.
Mi cama es comoun enorme trigal que me consume.
Todo el cuarto es un bosque de pinos altos
y desde la ventana miro otro bosque.
Por mi pupila alargada y cilíndrica
busco el destello de luz que me falta.
No soy mas que una lengua de vaca
esperando en el refrigerador a que vengan por mí.
Desde aquí sólo puedo ser el carbón, el humo de este incendio.
(No puedo sacar mis ruedas y transitar)
Soy Leda tratando inútilmente
de suducir a un cisne de transistores



Poema Huellas Durmientes En El Palatino de Víctor Botas



Aquí los veintisiete niños y las
veintisiete doncellas entonaron
el Canto Secular. Aquí la noche
(a esa del tres de junio me refiero)
se coronó de música. Aquí Horacio
lloraría de júbilo (y de vértigo)
al contemplar su gloria. Aquí olvidaron
inmóviles procónsules triunfales
?entornados los párpados, las caras
encendidas de minio, indiferentes?
su condición humana. Aquí un césar
bromeó con su muerte. Aquí se amaron
centurias de parejas, superpuestas
como en selladas cajas, siglo a siglo.
Y pasaron más cosas. Y quedaron
quietas aquí sus huellas ?¡cuántas huellas,
cuántas huellas durmientes, madre, Virgen!
Y sesudos doctores consiguieron
clasificar muchísimas.
Aquí,
con comprensible (y culta) obstinación,
los gatos italianos se desviven
por dejar vero rastro de sus vidas.



Poema Amén de Alvaro Mutis



Que te acoja la muerte
con todos tus sueños intactos.
Al retorno de una furiosa adolescencia,
al comienzo de las vacaciones que nunca te dieron,
te distinguirá la muerte con su primer aviso.
Te abrirá los ojos a sus grandes aguas,
te iniciará en su constante brisa de otro mundo.
La muerte se confundirá con tus sueños
y en ellos reconocerá los signos
que antaño fuera dejando,
como un cazador que a su regreso
reconoce sus marcas en la brecha.



Poema Canción de José Luis Piquero



Verla partir y amarla como nunca
Nicolás Guillén

La quise sin querer, sin elegir,
contra mí mismo,
y ahora que se ha ido
saber que está en el mundo no me deja dormir.
Estoy perdido.

Y recorro su calle a ver si hay suerte,
que no me atrevo
a llamarla y me juego
la tarde en encontrarla, qué sé yo, casualmente.
Y no la encuentro.

He de hacer algo, o la pierdo o la amo,
contra mí mismo,
contra cualquier olvido,
que es cobarde el olvido, que me atrevo y la llamo.
Pero se ha ido.



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