Poema Mas Sencilla de Leon Felipe



Más sencilla… más sencilla.
Sin barroquismo,
sin añadidos ni ornamentos.
Que se vean desnudos
los maderos,
desnudos
y decididamente rectos.

«Los brazos en abrazo hacia la tierra,
el mástil disparándose a los cielos.»

Que no haya un solo adorno
que distraiga este gesto…
este equilibrio humano
de los dos mandamientos.
Más sencilla… más sencilla…
haz una cruz sencilla, carpintero.



Poema Promesas De Un Desorientado Poeta de Santiago Azar



Prometo ir a misa todos los Domingos,
no lanzar eructos cuando almorcemos,
no reírme de mamá ni de papá,
usar la corbata hasta el tope,
peinarme cada diez minutos buscando el orden.
Prometo ser un abogado, honesto y eficaz,
no orinar en la calle, pues es bestial.
Ahora creeré en todos los santos de mi patria!
Educaré a mis hijos en las monjas,
me acostaré a medianoche, ya que es buena hora,
le haré reverencias a los policías,
me encantará hacer las filas de los bancos,
hablar de moda en las reuniones,
no diré garabatos a los mayores,
tomaré a la poesía como pasatiempo,
no como digno oficio;
leeré menos pues enturbia la mente.
Seré sincero en mis confesiones con el cura,
usaré los zapatos lustrados y brillosos.
Adiós a escupir en la calle! ( es ordinario ).
Tampoco me dejaré barba, dijeron que parecía torpe.
Dejaré la bebida como un vicio terminal.
No miraré las puestas de sol, ya que es sentimental.
Iré a las fiestas de campo,
casamientos, bautizos, velorios.
Desde ahora y hasta siempre mis promesas:
Seré un chico bueno si es que me lo piden.
El santo poeta ahora aparece.



Poema Para Olga de Blanca Andreu



Niña de greyes delicadamente doradas,
niña obsesión de la cigüeña virgen
con mechones de plumas de damasco
que salpicaban muerte,
de la cigüeña loca con alones
de estricnina dorada
que viajaba dejándote un corpóreo perfume,
un pulcro olor a lilas, ya dorados y rudos sueños.
Niña que obedeció al autillo apóstol
y a la mirada turbia de los ojos reales,
con pueriles dibujos de Selene y demás.
Niña de inexistente concierto,
niña de crueles sonatinas y malévolos libros de Tom Wolfe,
o de encajes de brujas para vendar las llagas de los corzos
heridos,
de ciervos vulnerados asomados en los oteros místicos,
en los sitios así.
Niña pluscuamperfecta, niña que nunca fuimos,
dilo ahora,
dilo ahora tú, ahora que es tan tarde,
pronuncia el torvo adagio,
pronúnciame la lágrima,
la silueta morada de la yegua,
la del potro que se tendió a tus pies despertando la espuma.
Declama abandonada las palabras de antaño,
sombra de Juan Ramón: Soledad, te soy fiel.
Declama desdeñosa las palabras de antaño,
pero no aquella estrofa cortesana,
no hables de reinas blancas como un lirio,
nieves y Juana ardiendo,
y la melancolía entretejida
del querido Villon,
sino los verbos claros donde poder beber el líquido más triste,
jarros de mar y alivio, ahora que ya es tarde,
alza párvula voz y eco albacea y canta:
Dile a la vida que la recuerdo,
que la recuerdo.

Definitivamente se extravía en un bosque naciente esta muerte
pequeña,
el brote del cometa detenido,
esto que nadie salva,
joven volcán de huesos y ráfaga novicia
hecha de pájaro y de párpado y de ola pensante
que ningún libro estela,
ningún libro estofado de oro solar de Italia,
ningún libro de lava
viene a sellar por mí.

Y así la muerte tantas veces escrita
se me vuelve radiante,
y puedo hablar
del deseo y del lacre rubio y ciego en los faros,
del cadáver quimera de la tripulación.

Y así la muerte
se convierte en historia
de aquella niña muda que se ahorcó
con las cuerdas boreales del arpa
porque tenía en la lengua un veneno nupcial.
Definitivamente me extravío acunando camadas de raros
epitafios,
niña de grey dorada,
diré a la vida que la recuerdas,
diré a la muerte que la recuerdas,
que recuerdas sus líneas conjurando tu sombra,
que recuerdas sus hábitos y su carácter solo,
su laurel ácido, su profunda zarza, su descarado error y sus
hordas dolidas,
mientras gatos efesios van llorando a mis pies,
mientras gatas perdidas plateadas
van cuajando su alcurnia en ciprés genealógico y en álamo,
diré a la vida que te recuerde,
que me recuerde,
ahora,
cuando me alzo con cuerdas capilares y bucles
hasta el desastre de mi cabeza,
hasta el desastre de mis veinte años,
hasta el desastre, luz quebrantahuesos.

«De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall»1980



Poema 20 Poemas De Amor Y Una Canción Desesperada – Poema 6 de Pablo Neruda



Poema 6

Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.
Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.
Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.
Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.



Poema De Ustedes Todos Mis Caminos de María Eugenia Caseiro



?Todos mis huesos son ajenos??
Vallejo

Me ata otro dolor surcando ese dolor de siempre
Si no estuviera
mi dolor cuajado de otro que ahora parte de ti,
de ustedes todos caminos; encerrados, abiertos
blancos, negros, grises, temerarios, pusilánimes, insomnes?
Si no tuviera el valor de retener la vida en este juego de ser;
ser tú, ser ellos?
todos los que apenas logran vivir después del pan,
del gilvo de la lumbre que brilla en los ojos de la muerte;
tu muerte mía, apenas encontrada en ocasiones.
Mi sed apenas tuya, mi rostro el tuyo apenas
aparcado dentro del automóvil.
Si no estuviera ese clamor de siempre pinchado por la aguja de la vida,
vida que rodea una vida; la de ahora, la de ayer, la de nosotros siempre
colmando la verdad: mi única, tu única, nuestra única vida,
no conduciría el timón de mi esperpento para llegar a alguna parte,
querría sencillamente volarme el parabrisas como en otro tiempo,
caducar todos los plazos, ser semilla,
dejar mi apartamento
vacío
de pensar en todo.

Contacto con María Eugenia Caseiro: buhowriter@hotmail.com



Poema El Salmo Del Misterio de Tudor Arghezi



Oh, tú, la de otro tiempo
perdido en los caminos de la tierra!
Quién ha puesto tu frente sobre mi alma
tomando en ella el sitio de la madre?
Mujer en mí esparcida
como está la fragancia en una selva
porque tu nombre se escribió en el sueño
a golpe de hacha se grabó en mí mismo,
Tú amarraste mi vida a la canción
e hiciste que mis brazos la buscaran
en tus manos y sobre tus mejillas.

Como si hubieras sido un brazalete
ceñida te llevé a mi pensamiento
cuando aspiré a mecer entre mis brazos
al hijo de los hombres.
Rosa pura, te obstinas en mi cruz
con clavos de diamante
y en cualquier movimiento
pierdes por cada pétalo una estrella.
Imán de mis deseos,
oh, tú fuente de sed encarnizada,
tierra de los rebaños,
tierra de las cosechas y las sombras.

Cambiaste mi sendero,
lo convertiste en olas sobre el mar
que se lleva mi proa solitaria
de un abismo a otro abismo.
Mis riberas se agrandan en la noche,
en las olas crecientes,
con tu consentimiento
se movió la marea del dolor,
y dónde están tus manos
para que hagan volver
las vías de la luz al aire oscuro?
Y dónde están tus dedos
para que en mi corona
delaten las espinas?
Y la cadera acostada en la hierba
que las plantas enlazan
y escuchan en tus senos el suspiro
del amor conquistado en la agonía?

Oh, tú, que cuando cruzas las praderas
haces estremecerse los follajes
y abrazas lo que encuentras
con una red caliente de frescura.
Tú que escuchas, sacándote del pecho
parte de tu vestido
que con el fuego de tu boca besas
y tomas con tus manos suavemente
el desierto del tiempo atravesado
por halcones, arenas y cenizas,
a los que el viento entrega
una apariencia que no tiene rostro ?

Vas extraviada del mundo y su camino
como flecha sin rumbo
y se hizo tu belleza
sólo para engañarme,
Pero, por qué no fuiste vencedora
de aquel destino que acechó tu ser,
no. supiste crear en su camino
aquel odio que lo derribaría.
Levanta de la tierra tus orejas!
En esta hora nocturna te reclamo
para que escuches tú, la inolvidada,
mi maldición ardiente!

Versión de Pablo Neruda
«De 44 poetas rumanos» Ed. Losada



Poema El Diploma de Héctor Rosales



Destacaba el fulgor
desafiante del río
en la noche clara

Llevaba en su lomo luces
camino a la escuela
del alba

Qué lacio trayecto de cristal
desarraigando las sombras
de la quebrada

Llevaba en su lomo luces
camino a la escuela
del alba

Mañana de luminosa ceremonia:
el sol diplomó alumnos
con los colores de tu mirada

2.198



Poema Rosas Mustias de Paz Díez Taboada



No soy la que antes iba
niebla a través y a golpes con los sueños.
No era verdad la luz. La marcha, falsa.
Mentía el horizonte.
Ahora recorro sola las callejas dudosas.
Se levantó la niebla. Ya no sueño.
Frente a mí, viejas máscaras triunfantes.
Las rosas, mustias, entre la basura.



Poema Marina, Terrestre de Cecilia Bustamante



«…el mundo era mío
en él yo reinaba,
por mí las abejas
alegres zumbaban
y las golondrinas
batían sus alas…»
Longfellow

Terrestre y feliz ?
regresar por el camino
otra vez
por la superficie frágil,
superficie muerta.
Soterrada
la ignorancia perpetua
desea otra vez
discurrir las llanuras ?
pero animales, víboras,
camaleón, lagartija, alacrán.

Voz 2:
Si nunca te agotaras juventud,
si el primer momento como el fin…
Lo mismo diese no entender
la razón primordial.

Voz 3: A la orilla del mar en la existencia
nativa un hombre flota entre algas.

Nadie:
Luces, substancias acumuladas
en su superficie de sal,
las mareas avanzan, descienden,
siempre
el estallido del viento,
cuando las olas resuenan
y se van….



Poema Canción De Amor Para El Camino de Antonio Murciano



¿Lo pisado es lo perdido,
lo por pisar el encuentro?
En saber por dónde vamos
consiste, amor, nuestro juego.

Tierra de donde venimos,
por donde fuimos viniendo,
por donde vamos, camino
de donde no volveremos.

Caminando escuchamos
los propios ecos.
Nada ni nadie somos
al detenemos.

Si la vida es camino,
caminaremos.
Yo, conmigo y contigo.
Tú, con mis sueños.



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