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Poema Antes de Almudena Guzman



Antes,
nunca hubo el silencio necesario entre abrazo y abrazo
para advertir el parpadeo de esta guillotina
que hoy,
al rozar por sorpresa mi nuca con sus manos de lejía
me ha puesto los ojos amargos.

Yo misma no me oigo cuando grito.
Querría huir. Pero ya es tarde:
las sábanas se han convertido en agua cenagosa mezclada
con pegamento.

Y dentro de poco,
como esa cosa horrible siga detrás de mí
y usted continúe dormido,
me moriré de risa ante el retrato de Leonardo que tengo
enfrente de mi cadáver.



Poema Y El Amigo Común De Dos Que Se Han Separado de Almudena Guzman



Ernesto, moreno de luz y luna argentina,
cigarrillo entre los dedos,
sonrisa de niño en los naranjales del alba.

Ernesto, amigo fiel de espejos y cafés,
padre confidencial con aire triste de gorrión,
páramo de salina y dulce de leche.

Ernesto, aire de tocayo guerrillero,
espuma que se desborda por la vida,
costado tembloroso ajeno a ti mismo.

Ernesto, paloma que se ha roto una pata,
plata sin cascabel,
runruneo de pato deslizándose en el canalón…
te quiero más que a él pero -perdona, compañero tan
próximo-:
no te amo.



Poema Volvemos A Comer Juntos… de Almudena Guzman



Volvemos a comer juntos.
Este hombre cada día más guapo y a ti te rebasan las orejas.

Qué importa.
Qué importa el poco tiempo que tienes para enamorarlo,
qué importa la sopa fría
-no puedes permitirte el lujo
de perderlo de vista un solo instante, Almudena-,
si cuando vas a citar «yo siempre estoy triste»
él se anticipa y acariciándote los ojos dice que le encanta
tu alegría.



Poema Usted Se Me Escapa de Almudena Guzman



Usted se me escapa en los pasillos como
un discóbolo impregnado de aceite.

Pero todo lo que habla es una mano enguantada
por mis medias.
(Desnuda, froto su voz contra las caderas
de la sábana
para no dormirme tan triste.)



Poema Usted Se Inmiscuye de Almudena Guzman



Usted se inmiscuye en mi bufanda
desde una aurea blanquísima que me reverbera los labios.

No me muevo,
no fumo -quizá a su silencio le moleste esa arruga en la
nieve-;
y sólo cuando marcha me doy cuenta
de que he estado aguantándome el pis todo el rato.



Poema Ultimátum de Almudena Guzman



¡Oh,Juan! ¿por qué sueñas siempre rosas?
Ya no nos caben en la habitación,
esto no puede seguir así:
Cada día te levantas con las sábanas llenas de rosas
y si por casualidad hacemos el amor
no se conforman con quedarse quietas de mañana, no:
danzan las gamberras al son de los exquisitos minués que
trazan
tus dedos al vestirme.

Por eso, me niego a que me pongas la camisa,
a que me anudes el pañuelo…
dime, ¿qué vas a hacer con esa encina desdentada y la camelia
negra
que se vinieron contigo cuando terminaste de dar un paseo por
el campo?
Ayer nos sorprendió un aguacero precioso
y como yo no llevaba gorro y sí el pelo recién lavado,
convertiste las gotas en diminutos paraguas de nácar,

yo te agradezco la gentileza de tu magia
pero el campo necesitaba agua
y lo dejaste blanco, tan blanco,
que parecía leche cuajada.
Menos mal que luego caíste en la cuenta del error
y los paraguas volaron para dejar paso

a tres mil nubes que se posaron dulcemente
en los prados, en los cerros, en los sembrados
para dar alegría y pan al santo campesino
que se hizo arrugas de un metro de profundidad por reír tanto.
En fin, Juan, haces lo que quieres con la naturaleza
y a mí me irrita el no poder enfadarme nunca contigo
a pesar de tener motivos grandes y justificados.

Desde ahora te anuncio mi ultimátum:
una de dos, o renuncias a tu poder modificante
de niños que cambian pañales por barcos,
de aceituna que, porque le da la gana, se transforma en ciruela
los domingos,
o nos mudamos a otra buhardilla
que tenga suficiente espacio para meter allí todos tus trastos…
¡Porque mira que eres pesado!
Porque mira que te quiero tanto, alquimista barato.



Poema Subo de Almudena Guzman



Subo.
Bajo escalones.

Pero esta angustia atrancándoseme en la piel como una
cremallera rota,
tampoco cede al sudor.

Y ya todo el sueño es un inmenso garaje de copas vacías
que el agudo de su ausencia con mi grito rompe.



Poema Soy Un Racimo De Uvas de Almudena Guzman



Soy un racimo de uvas
y aguanto como puedo
este oleaje creciente de su boca
aguijoneándome al sol.

Hasta que estallo.



Poema Si Todo Esto Cambiase… de Almudena Guzman



Si todo esto cambiase,
si me dijera usted, de pronto, que me ama,
yo ni me detendría para hacer la maleta.

Huiría luchando contra el miedo a la costumbre
de su cuerpo



Poema Señor, Ahora Que Mi Piel… de Almudena Guzman



Señor,
ahora que mi piel y la suya
-después de las sábanas-
han formado un nuevo «collage» en el agua,
no es el mejor momento para hablarle,
desde luego,
pero aprovechando que estoy arriba
y usted debajo,
quisiera decirle
-casi no me atrevo con sus ojos-
que no puedo más
que voy a pararme

-Era el placer como una de esas muñecas rusas que se abren
y aparece otra,
y otra…-



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