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Poema Las Sombras Van Cayendo de Angel Crespo



Las sombras van cayendo como un regalo de los dioses,
el más generoso, pues son
de sus incorruptibles cuerpos y de sus almas
inmortales imagen; y no
nos piden nada a cambio de este espejo
en el que todo encuentra su unidad
de nuevo, es otra vez, y cada vez,
como un latido hecho de movimiento y de quietud,
el puro pensamiento que se esconde
de sí mismo, acosado por la luz.



Poema Ignorancia De Otoño de Angel Crespo



Para ignorar, hay que vivir.
Las manos ya se niegan
al testimonio de los días
y las noches paradas.

Maduras
pero todavía no asoman,
amargos, los gajos abiertos
que oculta tu temor.
Aún no ignoras bastante.
Temes el vuelo de ese pájaro
obstinado.
¿Transcurren, pues, las estaciones
o eres tú, tan absorto, el tiempo?

Sabes ya que la lluvia
no importa, que nada vale el plazo
de la espera.
Lo sabes
e ignorar es el alimento
del hombre -el de esta brisa
que no se sabe aire.



Poema Iban Mirándome Al Pasar de Angel Crespo



En una cueva de un monte lejano
me refugié. Y era de día
y cantaba el agua en el agua
y el aire soñaba en el aire.

Me refugié para no huirme
y no encontrarme. Era de noche
y el monte aquel era de luz.

Nunca supe de procesiones
como aquéllas: vestían clámides
transparentes, sin fibras, iban
mirándome al pasar.

Lo que no tiene fin no se posee
ni nos posee: las miradas,
suyas y mías, eran formas
de otra forma de amor.

No hay dioses muertos si son dioses,
ni aquella cueva, ni aquel monte,
ni aquella luz, ni clámides
sin fimbrias, pues abrí
los ojos, y hasta el pecho
surgió el río del río.



Poema En Esta Lluvia de Angel Crespo



Os palpé en esta lluvia,
no en el aire,
sino en la tierra, tras haber caído
-entre la hierba fría
y caliente, como una boca
grande y verde que no devora tiempos:
mis manos ahora huelen
a aceite de podrido
y lujuriante azahar (mis dedos,
ya planetas del árbol)
y también a una axila rosa
y al escozor de un vientre
no virgen, tras la lluvia.

Estabais allí tras el agua
-o sea, allí en la lluvia-
como jugando a ser espejos
más que su fibra ambigua,

pero era vuestro el aire.



Poema El Tedio de Angel Crespo



El tedio a veces es como el amor;
mana de las cavernas
del pecho, se dilata,
atraviesa la estancia y los cristales
y se difunde hasta perderse
de vista.
Y, barnizado
con su color distinto,
es más íntimo el mundo.



Poema El Pedregal de Angel Crespo



¿Son alas deshojadas, huesos, tristes
restos de algún naufragio,
trances sin nombre,
tiempo derrumbado
-o no son más que piedras?
Detrás de ellas habrá un paisaje abierto
o soledad tan sólo;
habrá un vuelo, un tumulto acre de plumas,
un fragor de olas contra el casco vivo,
o una muralla, por la que pasean
centinelas y brumas
y el mediodía se alzará lo mismo
que una rama que crece.

O tal vez no.

Me paro junto a este
pedregal: no me atrevo
a dar un paso más
hacia lo que me engaña revelándose.



Poema El Viento Se Ha Quedado Quieto de Angel Crespo



El viento se ha quedado quieto
cabe las ramas, y me acecha
con ojos encendidos.
¿Qué me recuerda -o me recuerdas-? No
sabría adivinarlo.
Y caen las hojas
que consume la hoguera.



Poema Cuando Te Quedas Solo de Angel Crespo



Cuando te quedas solo, eres espejo
de lo que fuiste:
una mañana
contemplada desde el balcón
entornado; unos pasos
armoniosos que no has seguido
para no derramar tu gozo;
unas cuantas palabras
que te cambiaron más que el tiempo;
una mirada que se ahogó
como luz en tus venas;
un viaje que nunca querías
terminar; tu alma ausente
de lo que te esperaba
al quedarte tan solo.



Poema Con La Siniestra Mano de Angel Crespo



Concededme, dioses, que escriba
con la siniestra mano, pero no
le concedáis destreza. Que ella sola
se afane en enseñarme, que las líneas

que trace sean,
como las rimas, tortuosas;
que una letra pueda leerse,
indiferentemente,
como una alabanza, un vituperio
a vuestros gestos inmortales
de dioses o de diosas;
que los versos inhábil- se entrecrucen

como vuestras miradas y silencios;
y, así, tan lentamente

como vuestras auroras y ocasos,
vaya sumando mundo
esa torpe escritura:
recobrando azul para el cielo
(que no era luz),
y el temblor de las aguas
(del pozo de los pozos), y
en todo, y lo demás, la sed perdida
(en sus cauces nacientes);
y cuando ya mis líneas quiera
enderezarse -ya adiestrada
mi torpe adrede mano-,
volváis los ojos displicentes
para que yo quiera deciros
no sabré con qué mano.



Poema Bajo Un Cielo Sin Pájaros de Angel Crespo



Bajo un cielo sin pájaros
¿qué redención podemos
esperar -o qué canto
suspendernos sabría?

Va el sol cayendo, y su cadáver frío
no cruza un ala -y todas las auroras
gritan desde su ayer que no está rnuerta
la hoja postrera.
¿Pero en qué paisaje
tiñe de verde, en qué país, al viento?



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