poemas vida obra c

Poema Ca Fosgari de Cristina Peri Rossi



Te amo como mi semejante
mi igual mi parecida
de esclava a esclava
parejas en la subversión
al orden domesticado
Te amo esta y otras noches
con las señas de identidad
cambiadas
como alegremente cambiamos nuestra ropa
y tu vestido es el mío
y mis sandalias son las tuyas
Como mi seno
es tu seno
y tus antepasadas son las mías
Hacemos el amor incestuosamente
escandalizando a los peces
y a los buenos ciudadanos de este
y de todos los partidos.
A la mañana, en el desayuno,
cuando las cosas lentamente vayan despertando
te llamaré por mi nombre
y tú contestarás
alegre,
mi igual, mi hermana, mi semejante.



Poema Conjuros De Amor de Costana



…Aquel amor que publica
con su llanto de amargura
desmedido
la vïuda tortolita,
cuando llora con tristura
su marido
y se busca soledad
donde su llanto concierte
muy esquivo,
te haga haber piedad
de la dolorosa muerte
que recibo.

Aquel amor tan derecho
y querencias tan estrañas
sin temor,
del ave que rompe el pecho
y da comer sus entrañas
por amor,
en ti misma lo recibas,
y tan poderoso sea
que sus llamas,
que romas tus carnes vivas,
porque solo te crea
que me amas?

¡Oh Amor! ¿y dónde miras?
tu fuerza que no resce,
dime, ¿dóla?
¿contra quién obran tus iras?
¿quién mejor te las merece
que ésta sola?
Vuelve tus sañas en ella,
muestre tu poder cumplido
cuánto pueden,
porque con muerte de aquella
que tus leyes ha rompido
firmes queden.

A éste con rabia pido
que de su mano herida
tal te veas
cual se vio la reina Dido
a la muy triste partida
de su Eneas:
y con el golpe mortal
que dio fin a sus amores
te conjuro
que tu vevir desleal
no jamás de sus dolores
veas seguro?

FIN

Amor que prende y quebranta,
fuerza que fuerzas derriba
muy entera,
y al mismo temor espanta
y a lo más libre cativa
sin que quiera,
a ti, muy desconocida,
tan cruelmente cative,
pues que sabe que la mi penosa vida
que en tal dolor siempre vive
no s´acabe.



Poema Carpintero Del Tiempo… de Corina Rosenfeld



Carpintero del tiempo,
sol caminante,
enhebrando en cada segundo
recuerdos entreverados de luz.

Me preguntas por mis noches,
porque jamás tuviste una.

¿Cómo responderte,
si nunca seguí tus pasos,
concentrada como estaba
en mi trayectoria de sombras?



Poema Con Abismada Transparencia de Coral Bracho



Eres el fuego del inicio.
Eres la luz
en el instante sabio
de hacinarse en el agua.
Eres la voz, la transparencia que penetra,
que engendra;
la nota viva y diáfana
que cae,
con el candor de una certeza
en el centro
del alma.



Poema Cuando Un Pedazo De Sol… de Consuelo Tomas



Cuando un pedazo del sol agonizaba en mi ventana
Y tus ojos miraban caer meteoros de cruda lejanía
Yo contaba los hijos que perdí en guerra sin nombre
Los animales enjaulados en mi boca
Y los dias vagabundo
Con el musgo entre mis piernas que no tuvo sello
Barcos fantasmas vi partir desde mi cuerpo
Mordí la ácida fruta de los nocturnos desamparos
Y las horas incrustaron alfileres de veneno
En mi carne fugitiva.



Poema Círculo Flotante de Consuelo Tomas



Olemos a sagrada dispersión de panes
a pájaro profano
a prohibición de mágicos designios
y antiguedad de auroras
Olemos a círculo flotante
caballo desbocado
selva jade.
Olemos a bruma inconcebible
es decir:

sudor
saliva
semen



Poema Cuatro Letras de Consuelo Hernández



¿Por qué?
¿De dónde vienes?
¿ Y quién te trae a perturbar
el tecleo de esta computadora
en la última tarde de este año?

Llegas como volando
entre las alas de las cacatúas
y entre las voces de las cigarras
que gritan tu nombre al río Potomac.

¿Quién te desliza hasta mis predios secretos
donde planto semillas que germinarán más lejos?

¿Quién arranca de mi garganta
este quejido ronco
que sale con un son
distinto al de mi voz
zigzagueando en las calles
como onda sideral
que se lleva tu nombre?

¿De qué sortilegio soy objeto?
O es acaso la magia
tejida entre las notas
que viaja de tu piano
a mi computadora…

Mi corazón sale a encontrarte
por las calles que conducen a tu casa,
en el aire que da luz a tus ojos
y mi garganta grita con la materia
que hace la garganta de los cóndores
y la lluvia moja
y la lluvia persiste
en las plazas
a la orilla de mi mar
ojo que se quedó abierto
mirando a la nada infinita.

Cuatro letras
en mi corazón
gritan tu nombre
cuatro letras ahogan mi garganta
cuatro letras humedecen mi piel
y mis sueños
cuatro letras:
Amor.



Poema Consejos Para Viajeras de Consuelo Hernández



No olvides armarte con una libreta de notas
y el lápiz que pacientemente domaste
en tus largos ratos de ocio;
los necesitarás en las horas vacías.

Lleva la picadura del valor
para que resuelvas las eternas noches de insomnio
y ahuyentes el miedo.

¡Y la piel! ¡ay, la piel!
cúbrete bien
las nevadas son fuertes
y el verano es muy corto
ni te darás cuenta cuando pase.

En esos terrenos nórdicos
sólo tu coraje te salvará del naufragio.
Échate encima toda la alegría del mundo
y nunca bañes con sangre el sueño de los pájaros.

Sigue tu viaje sin prisas ni descanso
hasta que puedas sentirte como el río
conocedora absoluta de despeñaderos y praderas.



Poema Con El Poder De Lisístrata de Consuelo Hernández



Invocando el poder de Lisístrata
hago escarnio de los asalariados de la guerra
para defender a mi Atenas de Esparta.

Convoco a la mujer de delantal
la de tacones
la doméstica y la reina
la obrera y la madre
la joven y la anciana?
a todas llamo
a desertar de las camas de sus amados
hasta que todos regresen de la guerra
y se nieguen a ofrecer sus vidas
para que unos pocos sobrevivan
con más riqueza de la que pueden usar
si vivieran diez mil vidas.

Con el mismo poder de Lisístrata,
se los juro,
terminaremos con las guerras
y los poderosos de turno
caerán de su caballo con todo y sus morrales.
No más madres con niños heridos en sus brazos
ni piernas amputadas con espadas
ni hombres muertos en ajenas batallas.

Mandaré a las cabezas de faunos
a morder la soledad
al ayuno sexual
y no más carneros desollados
ni familias a la espera
desplazadas por la guerra.

Por el poder que tuvo Lisístrata
todos los ejércitos
se detendrán en seco
vencidos por el aire
que enfurecido llama
a la verdadera paloma de la paz.



Poema Canciones En El Bosque de Concha Urquiza



Variaciones de los Cantares

Yo cantaré mi amor contigo a solas
que escuchas en el viento sosegado
sobre los vastos campos de amapolas,

pasando por los montes y collado,
soplando en las corolas encendidas,
acariciando el brote malogrado;

contigo en las veredas escondidas
donde vagan arroyos silenciosos
y están las azucenas florecidas;

contigo en los parajes nemorosos,
donde el cansado corazón se entrega
por los espesos cedros rumorosos

y sombra de dolor el alma niega;
por los ardientes valles dilatados
que el sol calienta, que la lluvia riega,

donde suenan los vientos derramados;
en caminos que suben desde el suelo,
rodeando los montes levantados,

hasta la faz clarísima del cielo;
contigo, Amor, entre las hojas de oro
donde toda la luz detiene el vuelo.

Allí tendré mi canto, allí mi lloro,
allí podré contarte mi desvelo
donde todas las aves forman coro.

*

No más la soledad aborrecida
que el corazón henchía de amargura,
no más dolerse de la paz perdida,

no más el ruido de la turba impura;
ya no en las noches el gemido triste,
el falso amigo, la compaña oscura

El corazón do entero te vertiste
tu camino forzando entre despojos,
y el duro sello de tu amor pusiste,

¿qué puede ya buscar sino tus ojos?
¿qué desear, sino morir contigo
por los caminos de tu sangre rojos?

Si no en ti, ¿dónde gozará de abrigo?
¿ni en qué ricos manjares tendrá halagos
más que en la hartura de tu pan de trigo?

Él cruzará los ondeantes lagos,
y llevándote asido dulcemente
buscará el seno de los montes vagos:

allí estará contigo tiernamente;
allí sabrá decirte que te ama;
se abrazará de ti, como la fuente

por cuyo rostro el cielo se derrama,
se abraza de ese cielo transparente
sobre su asiento de flexible lama.

*

Volvámonos, Amor, y semejante
al cervato en los bosques esparcidos
sobre las altas cumbres, vaga errante

(como vagan los pájaros perdidos,
de sus tiernos hijuelos olvidados,
en tu vuelo suavísimo mecidos).

Huye, Amor, sobre montes y collados;
yo esperaré tu paso, y entre tanto
buscaré los parajes más callados,

en soledad, para ensayar mi canto.
y tendida en praderas deleitosas
donde brota el romero y amaranto,

veré los días de oro, las graciosas
tardes, donde ya brillan los luceros,
y el giro de las noches luminosas.

¡Que vuele la canción por los oteros
y escuchen a la siesta los pastores
los gritos del deseo lastimeros;

y el Austro, desatado entre las flores,
recoja el canto claro y armonía
que responde a la voz de los amores.

Yo desearé tus besos como el día
y diré que tus pechos son mejores
que el vino, dador nuestro de alegría.

18 de junio, 1937



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