Poema Zarzamoras de César Brañas
(cantos menores)
(1957)
(Por remover su cárdeno tesoro
en la ceniza fiel hundí mi mano:
en mi mano temblaron ascuas de oro,
momentos, sueños, de mi ayer lejano.
Me quedan, de mi cándida aventura
estas canciones que al olvido entrego,
huellas de una indecible quemadura,
marca indeleble de mi oculto fuego.)
*
Esta muchacha tiene dos hijitos
medio abandonados, saldo de su divorcio.
Es rubio el más pequeño y el otro moreno,
traviesos y malcriados: yo los acaricio
con anómalo encanto…
¡A esta muchachita la quise yo tanto!
¡Y estos sus hijitos pudieron ser míos!
¡Debieron ser míos!
*
¿Era esto lo que yo buscaba?
Cuarenta años soñado
y por fin alcanzado…
¡Pero, qué viejo para tan florida rama!
¿Y a porvenir tan nuevo, proponerle un pasado?
*
Si mi voz, mis sueños, mis lágrimas, mis ojos…
Pero, ¿qué afán de darte en doloroso ejemplo?
¿No sabes que el dolor que se calla es el más grande?
¡Sí! ¡Sí! ¡Pero mis sueños, mis lágrimas, mis ojos!
*
El mal que me ha sucedido
yo nunca lo lamenté,
pero tampoco lo olvido
pues dio sentido a mi bien.
Muchachita subversiva,
el aire audaz de tu enagua
¿por qué me tienta y me aviva
un como ímpetu de agua?
¡Quisiera llover luceros
sobre tus tiernos eneros!
*
Me asegura mi experiencia,
sin que de imponerla trate,
que con paciencia
¡o con violencia!,
no hay nudo que no se desate.
*
Mi daño ha consistido
en no haber hecho a tiempo
aquello que he querido;
haber dejado, ciego,
lo soñado por lo vivido,
pues al final encuentro
que lo amado no lo he tenido,
que no vale amar lo que tengo
y lo vivido, lo he perdido.
(Variantes)
(Casamiento de una amiga)
Me dieron la noticia. Vi que en la tierra había
flores, luces, canciones, y que el tiempo fluía
en ondas sin sentido. Nada había cambiado
Entonces, ¿es la muerte me pregunté aterrado
función tan sólo, de fisiología?
*
Que fue un error amarte,
antes de amarte lo sabía
Lo que yo no sabía
era poder dejar de amarte.
*
Qué simples son los poetas,
dijiste: aman lo lejano
y desdeñan lo cercano,
que simples son los poetas.
*
Tienes razón y bien sabes
cuánto te amo,
orgullosa, indiferente,
mi bien lejano
*
Ante mi equívoco amor
me dijiste que quererme
era un error.
Te curaste con olvido
y yo he seguido queriéndote
con mi equívoco amor,
firme en mi error.