poemas vida obra efrain bartolome

Poema Cartas Desde Bonampak de Efraín Bartolomé



Para Balam, mi hijo

I

Llueve.
Llueve desde hace días.

Hoy desperté con una sensación de tibia soledad.

Desde mi hamaca escucho el chasquido parejo de la lluvia.

Días atrás los chicleros mataron un gran tigre:
me dolió, pero me gustaría llevarme la piel para que
en ella duermas.

Ayer salí a caminar bajo la lluvia en ruinas:
un día estaremos juntos paseando entre estos árboles,
contemplando estas piedras.

La lluvia hace sentir un aire tembloroso que llega
hasta los huesos
y se va por segundos
y regresa
más callado que antes todavía.

Doy gracias a la lluvia. Gracias a la mañana que avanza con paso sigiloso. Gracias al jaguar que dejó su huella sobre la tierra blanda de la selva. Gracias a mi hamaca compañera, al cielo desatado, a mi memoria niña de siete meses que arranca desde tu primer día.

II

Viene la noche pariendo niebla
Soplando lenguas de líquido dolor

Viene la lluvia pasos de tigrillo
Viene la noche tapir ciego
Viene el hambre puma grande
Viene mi hijo sonrisa de la selva
Fruto silvestre Tempestad de alegría

Mi hijo viene guacamaya

Viene mi hijo quetzal
Viene el tigre niño
Viene Balam Balam Balam

Se alegra y se retira la noche nauyaca

Atrás viene la gran Luna
con pasos de tortuga.



Poema Ala Que No Vuela de Efraín Bartolomé



Para Gertrude Duby

I

Aquí
la selva

Larga la soledad con que nos nutre
Hora de lentos pies donde el puñal se hunde
Raíz de luna helada sus venenos más fuertes

Aquí el árbol anclado en el asombro:
lagunas congregadas al silbo de serpientes

El saraguato rasca su viejo cuerpo
El quetzal pierde la hoja más larga de su cola
La piel come los huesos al jaguar
Muerden balas y fuego su elegante silencio
Su hermosura

¿Se escucha el canto que hinca sus uñas sobre las ramas secas?

El saraguato seguirá
toda la noche
loco
aullando.

II

Porque acerca la milpa que camina sus diminutos pies
cañizos de la muerte

Y corta
incendia
quema la dulce piel del agua

Porque la milpa que camina viene
hojas de fuego
sangrando al horizonte

Porque la milpa que camina salta
jaguar hambriento
sobre el ciervo herido

Porque brama la milpa que camina
Llanto de girasol

Ojo abierto del día
Marejada de espejos desde la luz distante

La milpa que camina
Un árbol de ceniza
Un árbol
Brasa herida

Un árbol
Su ropaje de pájaros derritiendo sus ácidos temblores
Sus últimas miradas
Su lengua propagando la catástrofe.

III

La fiesta va a empezar

En la encendida branquia de los peces más puros

En el vientre quemado de la ceiba

La palabra
enrosca su cuerpo
en el tallo del alba

El sueño ya se cuece a fuego lento

Hora de terminar:
un limpio machetazo
al centro de la orquídea.



Poema Ala Del Sur de Efraín Bartolomé



La gran selva dormida:
gritos bramar de monos
crujir de ramas leves
y un silencio magnífico después

Desde la fronda
un billón de ojos miran el estrellado cielo:
su reflejo

El ancho río fluye como una vena dulce en la espesura

La densa noche tropical
y su vaho amoroso
bajo la blanca Luna.

*

¿Cuándo vendrá?

Te ofrezco nueces secas
flautas pobres encendidas palabras
flores débiles

¿Cuándo vendrá la Lluvia?

La tarde gris corteja a los relámpagos

Escuchen cómo canta el ave de la Luna.

*

Del magno tronco herido por el rayo
brota el rojizo manantial.

*

Rama de luz estéril
la mañana golpea las ijadas del Fuego

La rabia crece al interior del más carnoso fruto

¿Quién galopa en el lomo del incendio?
¿Quién grita? ¿Quién aúlla?
¿Quién hace arder el esplendor el brillo
de la materia viva que se abrasa?

Rama de luz estéril
la mañana
que puebla un vasto mar inmóvil de ceniza

En ella quiebra la serpiente su colmillo
En ella enciende su cigarro la noche
En ella hace la Muerte su signo y su conjuro

¿Has visto cómo el águila se posa
sobre la blanca Luna?

*

Un río de brasas las dulces ramas tiernas
las macollas de carrizo que el tapir ramoneaba
(En el río de brasas el carrizo se enciende inesperadamente:
Sus ramas esbeltísimas chisporrotean y animan el incendio
Y uno guarda en los ojos aquel pez volador que brotaba del agua:
aquel pez de otro tiempo)

Un río de brasas: hojarasca raíces musgo helechos
palmas anteriormente cargadas de rocío
bejucos gruesos tallos hojas gigantes plantas trepadoras
densas ramas de sombra:
la alta floración del verano y el verano mismo
ardiendo.

*

Y hubo un galope largo de jaguares manchados
y hubo un galope largo de ocelotes manchados
y hubo un galope largo de tigrillos manchados
y la mañana entera tuvo la piel manchada.

*

Los pumas soberbios fueron amigos de los venados
El hurón escapó con los conejos
Y las tortugas y los tapires también lo intentaron
y se reintegraron a la manada los solitarios tejones viejos.

*

Todos llevaban el incendio en los ojos.
Y el crepitar el crepitar el crepitar
El aire combustible como un papel delgado
Y el rojo crepitar
que cruje.

*

Atrás venía galopando el Fuego
opacando al crepúsculo.

*

Aun los más grandes árboles querían correr.

*

Y hubo una hoguera capaz de calentar el comal del cielo.

*

La cojolite lo dijo al tucán
las chachalacas a la codorniz
y las tórtolas al faisán

El zopilote lo dijo al pavón
los loros pequeños a las guacamayas
y la lechuza al picaflor

Lo dijeron las ranas a las salamandras
Lo dijeron los grillos a las nauyacas
Lo dijeron los sapos a las iguanas
y las mariposas a las arañas
y las abejas a las hormigas
y los insectos a los reptiles
y las ardillas a los tlacuaches
y los tlacuaches a los mapaches
y los mapaches al oso hormiguero
Y el oso hormiguero al caracol
y las lombrices al puerco espín
y el puerco espín al armadillo
y el armadillo al tepescuintle y al agutí

Y los que viven bajo la tierra allá se escondieron
y se cocieron
Y los que viven en la hojarasca se sorprendieron
y se encendieron
y se integraron a la ceniza:
se deshicieron

Y los que viven entre la fronda se espantaron
y se quedaron entre la fronda
y allí se asaron.

*

Había guacamayas empollando en un hueco del ramón
cuando el humo llegó
Y hubo un piar desolado que nadie escuchó
porque un nutrido crepitar de ramas bajas lo borró

Y las guacamayas volaron un rato junto a la copa del ramón
pero no dejaron el nido con huevos que se derrumbó
ni murieron solas las crías desoladas que nadie escuchó

Y con los colores de la guacamaya
toda lengua llameante se coloreó
y el feroz incendio se incendió.

*

Los frutos generosos: el mamey el zapote las anonas
la pomarrosa de aliento afrodisíaco y la guanábana sensual
sintieron las primeras oleadas del humo y del calor
y poco a poco se secaron
y poco a poco se partió su piel
y los frutos gotearon desde sus rajaduras una miel
amorosa
(pero su miel otrora dulce hirvió
lamida por las lenguas insaciables del Fuego)

Los frutos dieron humo se secaron
y empezaron a arder con amargas llamitas azulosas y verdes
Luego cayeron con un ciego rencor
al río rojo de las brasas.

*

Los micos de noche tuvieron tos
El ma′x y el ba′ts cayeron asfixiados
Desde lo alto del humo hasta las brasas se derrumbaron
Cuando tocaron brasa ya su pelambre se había quemado
En las brasas quedaron los cuerpos retorcidos y reventados
Se hacía blanca su sangre negra
Sus huesos blancos se ennegrecían

Y a carne asada olían la tarde y la ceniza.

*

Se hizo brasa la mano de cinco dedos
y las nobles barbas del mono aullador.

*

Y el pantano más grande se secó
Y el cocodrilo se coció
Y la tersa superficie de la laguna hirvió
Y el pequeño caimán se deshidrató
Y el tapir ciego perdió la orientación
y se arrojó entre el humo y se trabó
en las ramas rojizas del incendio
que lo quemó.

*

Se incendió regiamente la palma real
Se incendiaron la jimba y el chacaj
Se quemaron el guanacaste y el corozal
Ardieron la caoba colosal
los contrafuertes de la ceiba
el rojo cedro y el canshán

El humo traía a veces
ráfagas de pimienta
y de copal.

*

Ala del sur: herida ala sombría
Ala quebrada en varios fragmentos con un palo
Ala golpeada por la piedra
o la bala

Ala de la agonía
Ala que ya no vuela
Ala rota
Ala mía.



« Página anterior


Políticas de Privacidad