Poema 12el León Y El Ratón de Félix María Samaniego
Estaba un Ratoncillo aprisionadoEn las garras de un León; el desdichado En la tal ratonera no fue presoPor ladrón de tocino ni de queso, Sino porque con otros molestaba Al León, que en su retiro descansaba. Pide perdón, llorando su insolencia; Al oír implorar la real clemencia, Responde el Rey en majestuoso tono, No dijera más Tito: «Te perdono.» Poco después cazando el León tropieza En una red oculta en la maleza; Quiere salir, mas queda prisionero,Atronando la selva ruge fiero. El libre ratoncillo, que lo siente, Corriendo llega, roe diligenteLos nudos de la red de tal manera, Que al fin rompió los grillos de la fiera. Conviene al poderosoPara los infelices ser piadoso; Tal vez se puede ver necesitadoDel auxilio de aquel más desdichado.