poemas vida obra gioconda belli

Poema Hermosura De La Dialéctica de Gioconda Belli



a Cosme, mi profesor de filosofía

Estoy viva
como fruta madura
dueña ya de inviernos y veranos,
abuela de los pájaros,
tejedora del viento navegante.

No se ha educado aún mi corazón
y, niña, tiemblo en los atardeceres,
me deslumbran el verde, las marimbas
y el ruido de la lluvia
hermanándose con mi húmedo vientre,
cuando todo es más suave y luminoso.

Crezco y no aprendo a crecer,
no me desilusiono,
ni me vuelvo mujer envuelta en velos,
descreída de todo, lamentando su suerte.
No. Con cada día, se me nacen los ojos del asombro,
de la tierra parida
el canto de los pueblos,
los brazos del obrero construyendo,
la mujer vendedora con su ramo de hijos,
los chavalos alegres marchando hacia el colegio.

Sí.
Es verdad que a ratos estoy triste
y salgo a los caminos,
suelta como mi pelo,
y lloro por las cosas más dulces y más tiernas
y atesoro recuerdos
brotando entre mis huesos
y soy una infinita espieral que se retuerce
entre lunas y soles,
avanzando en los días,
desenrollando el tiempo
con miedo o desparpajo,
desenvainando estrellas
para subir más alto, más arriba,
dándole caza al aire,
gozándome en el ser que me sustenta,
en la eterna marea de flujos y reflujos
que mueve el universo
y que impulsa los giros redondos de la tierra.

Soy la mujer que piensa.
Algún día
mis ojos
encenderán luciérnagas.



Poema Gozos Cibernéticos de Gioconda Belli



Aquí estoy: venada sobre el pasto azul.
Los horizontes son planos luminosos
por los que cursan ríos secretos
arroyuelos por donde corren inquietas descargas eléctricas
-cifras digitales preñadas de cotidianos pensamientos.

Podemos hablar. Zambullirnos en formas geométricas.
Traspasar a conductores minúsculos el gesto de la risa,
acariciar las ideas en su incesante movimiento.

En el misterio interior de la máquina
imagino una ciudad donde soy oráculo y diosa,
principio y fin. Donde la electricidad fluye con mi deseo de vivir
y el ordenador es el puerto hacia el espacio
donde mi cuerpo es el palpitar del cursor
que se agita imitando la frecuencia de mi aliento.

Nunca antes
sobre el pasto azul
han podido ser los venados tan juguetones,
dúctiles, ubicuos.

Y nunca fue tan cierta la misteriosa frase de la creación:
En el principio era el Verbo.

Mi palabra te lleva y te trae. En el misterio del uno y del cero,
danzo para vos
este canto de gozo cibernético.



Poema Estaré de Gioconda Belli



Estaré dilucidando nubes. Tratando de ponerle a mi
corazón la mancha grande del amor. Llevándome en un
saco la lluvia junto con mis lágrimas y los poemas que
buscan mi medida, la tuya, y están sentados al borde de la
acera esperando que yo los recoja, que pueda sacarle a la
vida la gran respuesta, el mensaje, la diferencia entre una
vida y otra, entre un cielo y una tierra.



Poema Esperándolo de Gioconda Belli



Por la mañana
me alzo como gacela
gozosa entre el monte
esperándote.

Al medio día,
hundida entre flores,
voy dibujando
tu nombre en el vientre de agua del río.

En el crepúsculo,
llena de amor, me doblo
y luego voy a esperarte
a que vengas en la noche,
a que vengas a posarte en mí como un pájaro
y ondees tu cuerpo
como bandera
sobre mi cuerpo.



Poema Es Larga La Tarde de Gioconda Belli



Es larga la tarde
como el camino curvo hasta tu casa
por donde regreso arrastrando los pies
hasta mi cama sola
a dormir con tu olor engarzado en mi piel,
a dormir con tu sombra.

Es larga la tarde
y el amor redondo como el gatillo de una pistola
me rodea de frente, de lado, de perfil.
El sueño pesa sobre mis hombros
y me acerca de nuevo a vos
al huequito de tu brazo,
a tu respiración,
a una continuación infinita de la batalla
de sábanas y almohadas que empezamos
y que pone risa
y energía
a nuestro cansancio.



Poema Devoluciones de Gioconda Belli



Devuélveme mi corazón, viajero.
Tú te irás ?me lo dices-,
montado en alado pegaso te alejarás
y dejarás sólo noches solas a mi alrededor.
Por esto, antes de que dobles el hueco del camino,
debes dejarme puesto en el pecho el corazón.
No te atrevas a llevártelo escondido en el equipaje
tentado por el deseo de acariciarlo
cuando encuentres que no encuentras otro
tan rojo, tan amante, tan lleno de cantos para vos.
Debes devolverme la roja lámpara
que alumbrará otros caminos andantes de mi pecho.
Debes dejármelo palpitando, trasplantado,
un poco enfermo seguramente,
pero vivo y aleteando vida.

Yo envolveré en una manta mis largos pies.
Te los daré para que, nerviosos, te sigan,
para que ellos vuelvan a traerte todo mi cuerpo
si alguna vez quieres trópico y corazón del sol
cuando el frío y las luces de neón
te rodeen como ejércitos enemigos.



Poema Dáteme Poema de Gioconda Belli



Dáteme poema.

No te me niegues como el niño juguetón
de mis sueños,
como el hijo que existe
en el ambiente interior de mis entrañas,
envuelto en un pequeño óvulo
en las trompas de Falopio.

Dáteme sin pasado obsesivo anatómico o erótico.

Dáteme sencillo,
dáteme desde afuera,
desde la piedra de algún camino
o desde el silencio de un ascensor
que lleva dos o tres personas desconocidas,
calladas en el silencio embarazoso
de la indiferencia.

Dáteme desde el agua,
desde la nieve inexistente de los trópicos,
dáteme rojo o azul,
confuso o transparente,
pero girame el alma,
volteame la mirada a otra parte,
haceme ver los pies sucios del pueblo,
el estómago grande del pueblo.

No me dejés tranquila, poema:
asaltame,
violame,
rebalsame los bordes,
los pliegues, los pechos
inundame de maravilloso asombro,
llename entera con el semen vital de la palabra,
con el milagro de un descubrimiento,
dáteme poema,
dáteme poema.



Poema Creación de Gioconda Belli



La soledad del escritor
La fragua lenta, íngrima, de la palabra
-el pelilgro y sus chispas-

El enfrentamiento cotidiano con el cansancio
y las distracciones
-el país que ando siempre colgado en la garganta
con sus campanarios-

Soledad del alma que añora ruidos lejanos
y la soledad del escritor
la de siempre
la de a diario
la pantalla encendida ausente y azul como un cielo sin estrellas,
un Universo donde soy la única Diosa posible.



Poema Como Tinaja de Gioconda Belli



En los días buenos,
de lluvia,
los días en que nos quisimos
totalmente,
en que nos fuimos abriendo
el uno al otro
como cuevas secretas;
en esos días, amor
en mi cuerpo como tinaja
recogió toda el agua tierna
que derramaste sobre mí
y ahora
en estos días secos
en que tu ausencia duele
y agrieta la piel,
y el agua sale de mis ojos
llena de tu recuerdo
a refrescar la aridez de mi cuerpo
tan vacío y tan lleno de vos.



Poema Cómo Pesa El Amor de Gioconda Belli



Noche cerrada
ciega en el tiempo
verde como la luna
apenas clara entre las luciérnagas.

Sigo la huella de mis pasos,
el doloroso retorno a la sonrisa,
me invento en la cumbre adivinada
entre árboles retorcidos.

Sé que algún día
se alzarán de nuevo
las yemas recién nacidas
de mi rojo corazón,
entonces, quizás,
oirás mi voz enceguecedora
como el canto de las sirenas;
te darás cuenta
de la soledad;
juntarás mi arcilla,
el lodo que te ofrecí,
entonces tal vez sabrás
como pesa el amor
endurecido.



« Página anterior | Página siguiente »