poemas vida obra h

Poema Hasta Mañana de Leopoldo Panero



Hasta mañana dices, y tu voz
se apaga y se desprende
como la nieve. Lejos, poco a poco,
va cayendo, y se duerme,
tu corazón cansado,
donde el mañana está. Como otras veces,
hasta mañana dices, y te pliegas
al mañana en que crees,
como el viento a la lluvia,
como la luz a las movibles mieses.
Hasta mañana, piensas; y tus ojos
cierras hasta mañana, y ensombreces,
y guardas. Tus dos brazos
cruzas, y el peso leve levantas, de tu pecho confiado.
Tras la penumbra de tu carne crece
la luz intacta de la orilla. Vuela
una paloma sola y pasa tenue
la luna acariciando las espigas
lejanas. Se oyen trenes
hundidos en la noche, entre el silencio
de las encinas y el trigal que vuelve
con la brisa. Te vas siempre
hasta mañana, lejos. Tu sonrisa
se va durmiendo mientras Dios la mece
en tus labios, lo mismo
que el tallo de una flor en la corriente;
mientras se queda ciega tu hermosura
como el viento al rodar sobre la nieve;
mientras te vas hasta mañana, dulcemente
por esa senda pura que, algún día,
te llevará dormida hacia la muerte.



Poema Hijo Mío de Leopoldo Panero



Desde mi vieja orilla, desde la fe que siento,
hacia la luz primera que toma el alma pura,
voy contigo, hijo mío, por el camino lento
de este amor que me crece como mansa locura.

Voy contigo, hijo mío, frenesí soñoliento
de mi carne, palabra de mi callada hondura,
música que alguien pulsa no sé dónde, en el viento,
no sé dónde, hijo mío, desde mi orilla oscura.

Voy, me llevas, se torna crédula mi mirada,
me empujas levemente (ya casi siento el frío);
me invitas a la sombra que se hunde en mi pisada,

me arrastras de la mano… Y en tu ignorancia fío,
y a tu amor me abandono sin que me quede nada,
terriblemente solo, no sé dónde, hijo mío.



Poema Hay Restos De Mi Figura de Leopoldo Maria Panero



Hay restos de mi figura y ladra un perro.
Me estremece el espejo: la persona, la máscara
es ya máscara de nada.
Como un yelmo en la noche antigua
una armadura sin nadie
así es mi yo un andrajo al que viste un nombre.

Dime ahora, payo al que llaman España
si ha valido la pena destruirme
bañando con tu inmundo esperma mi figura.
Tus ángeles orinan sobre mí.

San Pedro y San Rafael
en una esquina comentan
mientras avanzo borracho
sobre esa piedra, payo,
que llaman España.

De Piedra negra o del temblor



Poema Himno A Satán de Leopoldo Maria Panero



Sólo la nieve sabe
la grandeza del lobo
la grandeza de Satán
vencedor de la piedra desnuda
de la piedra desnuda que amenaza al hombre
y que invoca en vano a Satán
señor del verso, de ese agujero
en la página
por donde la realidad
cae como agua muerta.



Poema Holocausto de Leopoldo Lugones



Llenábanse de noche las montañas,
y a la vera del bosque aparecía
la estridente carreta que volvía
de un viaje espectral por las campañas.

Compungíase el viento entre las cañas,
y asumiendo la astral melancolía,
las horas prolongaban su agonía
paso a paso a través de tus pestañas.

La sombra pecadora a cuyo intenso
influjo arde tu amor como el incienso
en apacible combustión de aromas,

miró desde los sauces lastimeros,
en mi alma un extravío de corderos
y en tu seno un degüello de palomas.



Poema Historia De Mi Muerte de Leopoldo Lugones



Soñé la muerte y era muy sencillo;
una hebra de seda me envolvía,
y a cada beso tuyo,
con una vuelta menos me ceñía
y cada beso tuyo
era un día;
y el tiempo que mediaba entre dos besos
una noche. La muerte era muy sencilla.
Y poco a poco fue desenvolviéndose
la hebra fatal. Ya no la retenía
sino por solo un cabo entre los dedos…
Cuando de pronto te pusiste fría
y ya no me besaste…
y solté el cabo, y se me fue la vida.



Poema Hermano de Leon Felipe



Hermano… tuya es la hacienda…
la casa, el caballo y la pistola…
Mía es la voz antigua de la tierra.
Tú te quedas con todo
y me dejas desnudo y errante por el mundo…
mas yo te dejo mudo… ¡mudo!…
Y cómo vas a recoger el trigo
y a alimentar el fuego
si yo me llevo la canción?



Poema Haceme Prensa de Laura Yasan



sacame en las noticias
inventame
cargá un prontuario salvaje y terminal
un acto delictivo
que me busque la mafia
hombres tatuados que recorran
su larga cicatriz con el pulgar
revuelvan mis cajones
desgarren mi remera de dormir

dame otra vida mañana en las noticias
dame relieve
clase
quiero ser la heroína en los desaguaderos de la noche
el humo que corroe las piernas congeladas de las putas
evidencia y testigo presencial

sacá
sacame en patrullero
subime a una mujer hecha de cables
abrile un titular ponele alias
frotala hasta que hable
no la mates
que aprenda a confesar en donde oculta
la llave de mi tedio



Poema Horas Nocturnas de Ketty Alejandrina Lis



Leo las noches
en el limbo de las horas todas
del árbol.
Deslizo
por el costado impreciso
de los cálices.
Lúcida nimiedad
de las palabras.



Poema He Bajado A Los Infiernos de Julio Torres Recinos



He bajado a los infiernos, a los fijos,
a los reales como una piedra en el rostro,
los que se nombran países, naciones,
territorios que en mi cara tornan

sus nombres en exilio, en tránsito, en ajeno.
He conocido buenas gentes, a qué negarlo,
que me han ayudado, que se han acercado
a la tripulación con un vaso de vino,

con carne seca, con una manta en buen estado.
Son esas gentes las que hacen un puerto,
las que al momento de comer ven al mar,
a la puerta, al marino hambriento,

a algún hijo olvidado de su tierra.
Por esas gentes soy hombre en reino extraño,
yergo la frente y veo al océano, grande
como una jaula donde sin tino corro.

He bajado a los infiernos, a los pétreos
donde el barro quema, el agua no cala.
He soñado con mapas. He querido acertar
en los filos de las piedras señales,

augurios, voces de aliento. El mar
me hiende mil caminos. El mar me lleva
a pueblos que relucen como escamas,
me confunde en la maraña de las formas.

Una tarde encendida hará que el rumbo olvide;
una joven de voz sedosa me entretendrá.
He soñado con mapas. He visto trazos
en las ánforas, en las máscaras trágicas.

En un templo asolado quise atinar
las iniciales de mi padre. Un rectángulo
no es más que un nítido concierto
si en él no se quiere ver una estampa.

He bajado a los infiernos y he vuelto.
He ido a lo hondo del mar, al sol mismo.
He tratado con los muertos y los astros.
Una diosa prometió estar a la diestra,

otras me arrojaron estrellas en los ojos.
Vagué por el mar; di un millar de vueltas
a las islas. Y volví. Por arte de embrujo
vuelvo a Itaca, Penélope, agradecido.



« Página anterior | Página siguiente »


Políticas de Privacidad