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Poema Haruko Sam de Juan Guzmán Cruchaga



Amante silenciosa de una noche,
fina muñeca de marfil antiguo,
cuando mi cuerpo duerma el sueño largo
recuerda al extranjero que te quiso.

Mi alma estará en la sombra, solitaria,
y en la neblina viviré perdido.
Entreabre las ventanas, y tu lámpara
será como una estrella en el camino.

Entonces en las alas de los pájaros
y en el rayo de luz vendrá mi espíritu
a reír en el agua de la fuente
y a encender la mañana de mis hijos.



Poema Himno Al Ocio de Juan Gil – Albert



A veces cuando escucho de la sangre
este claro rumor, cuando a mis labios
fluye el ocio su oscura caballera
como por una brisa sacudida
por los mismos latidos de mi pecho
y en esa tan divina intrascendencia
un ser real, viviente, entre mis brazos
paréceme tener, como en los ríos
las tendidas laderas cuando sienten
pasar una presencia inagotable,
háblole como amigo de la dicha
mensajero de paso por la tierra
que ha doblado sus alas y descansa
su pulmón de ventura en torno nuestro:
fluye amoroso campo de la vida,
fluye amor tu tesoro manifiesto,
fluid, fluid, hermosas estaciones,
los racimos, los frutos y las nieblas
tras de las que se ocultan en otoño
los frescos manantiales de la gracia.

Fluye tiempo tu canto melodioso
con tus breves espinas en los dedos,
y tú melancolía y tú tristeza,
cual pájaros oscuros que trinando
hablan de Dios, fluid de la espesura,
mientras duerme el mancebo aquí en mi cuerpo
su poderosa noche. Fluya en tanto
la prohibida selva que lo mece
y haga visible el viento la pureza
de mis instintos dueños ya del orbe.

El está en mí me tiene coronado
con su lánguida estela de laureles
y oye dormido el paso de la vida
en un humano corazón dichoso.

Silencioso rebelde entre murallas,
rápido es su temblor y su cansancio;
pronto levantará su cabellera
taciturna de hastío, y lentamente
volará hacia las nubes y en cenizas
anegará mis labios, como un vino
de hiel se torna un dios cuando no ama.

Paraíso perdido entre sus brazos
que cual alas me nimban, id fluyendo
deleites de los ojos, primaveras
de errante paso antiguo, latitudes
de lejanas nostalgias y columnas
dulcemente quebradas por el viento:
levantad la cabeza como flores
mientras lícito goce nos depara
el fatigado dueño de las cosas.



Poema Himno De La Victoria de Juan Gelman



(en ciertas circunstancias)

en madrugada en pleno su esplendor
quién sino yo como ginebras destruyendo a sus víctimas amadas
para dar luz a la indecisa claridad de sus mesas
quién sino yo con papelitos lujosas descripciones hechas para callar
o la palabra mesa las mentiras
los metros de mentiras para vestir los codos del borracho
los sastres están tristes pero se cose y canta
se miente en cantidad hermanos míos resulta bella la fealdad
amorosas las pústulas gran dignidad la infamia
al pájaro al cantor al distraído le han crecido reptiles
con asombro contempla su gran barbaridad
hurrah por fin ninguno es inocente
caballeros brindemos las vírgenes no virgan
los obispos no obispos los funcionarios no funcionan
todo lo que se pudre en ternura dará
miro mi corazón hinchado de desgracias
tanto lugar como tendría para las bellas aventuras



Poema Haciendo El Amor A Un Ángel de Juan Daniel Perrotta



Sé que no eras un ángel
ni una puta
Me cojías como un ángel
hasta hacerme estornudar
por el roce de las plumas
de tus alas y ?claro?
caían lágrimas de mis ojos
Llorabas entonces
como una puta
enamorada
de un ocasional cliente
caliente
y nuestros gemidos
no sexuales
se elevaban a los cielos
Allí quedó nuestro amor
colgado
después de alguna noche
de sexo
en la que perdiste las alas
al golpear contra una nube
y caíste hacia algún lugar del planeta
No te volví a ver
pero sigo buscándote
y reavivando tu recuerdo
en iglesias y burdeles



Poema He Perdido Mi Carné… de Juan Carlos Lemus



Yo no me sé reunir con sabios
Cambio de acera cuando los encuentro
Y no les devuelvo el saludo

He perdido mi carné
Para ingresar al reino de la poesía
Intento colarme por una ventana
Pues no quiero estar con la muchedumbre
Que hace fila con su boleto en mano

He decidido que un día
Pondré una bomba
Nada poética
Para que desalojen el paso
Mujeres poetas
Indios poetas
viejos farsantes

Y los editores

Así entraré sin dar tregua
Tímidamente
Con todas mis farsas y con mis fuerzas
Pues ando totalmente fuera de mis controles



Poema Hay Tardes Más Tristes… de Juan Carlos Lemus



Hay tardes más tristes
que las señoras que aman a Dios
tienen la intensidad
de la llovizna y su capa de agua en el patio

Son horas en las que se cabila
por pasillos sin pasos
y la tarde es una orquesta con sus instrumentos rotos



Poema Hojamarga de Juan Bañuelos



Hija del campo
y de la luz/
vientre de piedra
sollamada/
nunca
se elevó
tan bajo
tu hambre/
tu sombra sin
su cuerpo/
la impostura/
la ceniza
de tus trojes
quemadas/
el látigo/los nadies
de la sed…
-qué sé yo qué!-

Y a punto
de salpicar
está
la sangre estando
fraternal
estaba
y doliente
dolida

La muerte
entona
entonces
zancudona
mente
una canción
de cuna
a donde el sol
camina

Perdida
a lo lejos
no puedo asir tu mano seca
como un río
Sé que vives: ven
– no sé dónde – sé
que vives / van
a acudir /
vendrán
todos tus hijos: las mujeres
y los hombres murciélago /
los cigarra
y los hormigas/
también
los pobladores de las Siete
Cuevas/
son los hombres de
maíz
con su rostro de limo

Dime
qué ves/vuelve
la cara/
gira/
danza
alrededor
de nuestro Árbol
de la Vida

Sordomuda
(no se dice tu nombre
se respira)

Habla
me
aunque es de noche
no tardes en llegar
oh Patria amarga:
Acompaña
me
Acompaña
nos
aunque es de noche

En tierra de acahuales
andamos andando
Bailemos
Bailemos



Poema He Ahí de José Miguel Ullán



No te imagino heroica
tampoco en vano

Déjame al ir
Velarte
Sin dar tu nombre

Virtud de no estar nunca
Lo suficiente

En cualquier parte



Poema Hoy Vuelves Como Siempre, Primavera de José María Valverde



Hoy vuelves como siempre, primavera,
cuando a tu luz ya había renunciado
y el corazón está desconcertado
por este gozo nuevo que le altera.

Casi siente que le redimas… ¡Era
tan bello su rincón iluminado
en que, triste, se había refugiado
para vivir tan sólo con su hoguera!

Mas sí, rebosaré por tu sendero,
que, aunque tú vuelvas siempre, me iré un día
y sin mí brotarán igual las flores.

Pero el gozo de estar lleno y entero
al subirme a la boca se me enfría…
¡estar en primavera y sin amores!

De «Nuevas elegías. Anticipo»



Poema Himno Para Gloriar A Mi Esposa de José María Valverde



«Creo en la resurrección de la carne»

Siempre que vuelve por tus ojos
un viento de tus años de niña a atravesar,
y te llama un paisaje
que empezaste y dejaste a la mitad;

siempre que un cielo y una playa
de otro tiempo, te insisten con nostalgia de allá,
y querrías volver
a esos recuerdos donde has muerto ya,

no llores, sino calla y oye
cómo vive en tu cuerpo, cómo en tu carne va
todo lo que has vivido,
en tu carne que nunca morirá.

Grabado está en tus huesos cada
dolor, cada ilusión que ha cruzado tu edad:
por tu cuerpo de días
resucitado, a Dios entreverás.

Y en esa huella de la vida,
como están dos pisadas en una sola, igual
la huella de mi nombre
al golpe del amor ha de quedar.

Ante el Señor, tu nuevo cuerpo
hará de mí más luz entre su claridad:
iré en lo que fue tuyo,
reflejado en tu nombre de cristal.

Y tu figura, como un cántico,
cruzará de eco en eco toda la eternidad,
sonando por tus hijos
de rostro en rostro, por siempre jamás.

Publicado por primera vez en Ínsula n°125

De «Voces y acompañamientos para San Mateo»



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