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Poema El De Los Versos de Héctor Rosales



vinculado al espionaje bajo letras

motivos del ser y el no ser descerraja
con lápiz carcomido a madrugadas

le pone lentes al espejo le pregunta
rostros

recurre al vértice oculto de la esfera
y se sienta en el giro y escribe

conmueve la pupila del cráter

le temen a los colmillos de sus
provocaciones

aunque conviva entre peros
él seguirá ejercitando alquimias
colonizando folios incautando
murmullos a las piedras

eraesiserá símil de sombralerta

palabracaidista



Poema Del Ciprés de Héctor Rosales



Del ciprés enhiesto en la llanura
los días afilan las sombras.
La soledad, agachada, lo ve.
Y huye sin querer que se lo nombren.



Poema Corona de Héctor Rosales



La llovizna partió.
En el cuarto, viejo
baúl de la noche, nicho,
mi vida se amontonaba.

(Allí, recuerdos
de sol nunca
llegaron).

Nadé hasta la última sombra
donde el nombre no soporta
su ventura: esperar
lo imposible
despacio.

Hallé una corona. Agazapada
en su seno la memoria,
esférica penitencia
oscurecida. La llovizna,
ya sin agua,
me esperaba.



Poema Bar, Ese Hombre de Héctor Rosales



En el mostrador anudó su actualidad,
y el mar del tenebroso recipiente
lo llevó, remo a vaso,
vaso a remo, hasta la isla
de marca similar.

Las aves traían restos de navios,
leves escudos de rutas diluidas.

Para el infierno sobraban pasaportes,
sobraban días, cuando aquel mi temor
joven contemplaba la advertencia
de la isla.



Poema Armarios (fragmento 9) de Héctor Rosales



Y te doy el hechizo de las eras
en las doradas fechas de placidez fecunda.
Y también el sello donde un ciervo
salta entre dos cartas
enviadas a regiones contrarias, equívocas.
Los documentos están aquí;
puedes incluir cualquier crepúsculo
en estas fotos rancias y en la firma
que tiembla al son
de algún astro descarriado.
Pero acepta el duende que morirá lejos,
recoge los llamados del pasado
y perdona, corazón mío,
a esta sangre sin claraboyas
que tantas malas veces ofrecí
como único alimento.



Poema Acto De Magia de Héctor Rosales



me quedé recostado en
el sur
con el ceño arqueando
distancias y precipicios

abracadabra
repetí
por decenas

en los cristales empañados
la lengua de la burla
escribía desafío
y un duende
metía la magia
bajo los colchones

los pasteles del infierno
estaban fríos
y no sé quién preguntaba
por un plomero

abracadabra
repetí

y me quedé recostado
en los cristales
arqueando con el ceño
la lengua
de un duende
hasta
estrangularlo

en el su



Poema Acróstico Inicial de Héctor Rosales



Límite impreso larva del símbolo ilimitado
En ti el sonido del alma queda blindado
Trinchera en el papel de la emoción escrita
Recluta en tus hilos de tinta esta breve cita
Antes que la olvide y antes que sea olvidado

11.198



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