Poema Rota… de Jacqueline Goldberg
rota
en los comienzos
sin tierra
sin nadie que me siga
con la única puerta
atravesada
en la piel
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rota
en los comienzos
sin tierra
sin nadie que me siga
con la única puerta
atravesada
en la piel
vigílame
en tu cuerpo abierto
que no haya prisa
ni brazos
desvelados
solo yo
arrimada
seca
uno termina amando
el fastidio de los cuerpos
se nos llama santas
o putas
el caso es que andamos
por allí
intentando un homenaje
de techos bajos
un descuido
de lo indecible
todo termina
por ser prescindible
la violenta fuga
de unas gotas en el baño
la traducción de mis plegarias
el dormitar sereno
en la habitación de cualquier hotel
prescindible
y torpe
a la larga
cuando el oyente
concluye su viaje
y dice ligereza
en vez de hastío
cuando las mudanzas nos cruzan
por casualidad
en el roce bestial
de no pocas ganas
teniéndome cerca
de espaldas a mi nombre
interrumpida tantas veces
por desconocidos
sin misión
con restos de agua en las manos
y esos locos
ese imperio tras de mi
también los quirófanos son un sermón
en ese paisaje malogrado
que abarca el padecimiento
se entra a ellos
con el mismo cuerpo horizontal que atrinca la muerte
se sale
con los ojos virados
sobre algún amparo
alguna pequeña verdad
que renueva el estremecimiento
el camino
entre la familia y el viscoso recinto
es una medianoche lentísima
un atisbo de terquedad
un lujo que conspira
contra todo empeño
si quedara un hombre
un sólo hombre para después
y la eternidad
corregido en su mínima condición
desechado
si quedara para más nunca
postergado al tropiezo
la triza infinita
si existiera y nos viéramos
y me explicara el secreto que lo mantiene solo
alumbrado y solo
pleno de encierros
si existiera
y pudiera irme lejos
no desear
arrimarme única
sola sin palabras
si el paciente emana de su encierro
sabrá que hay enfermeras de piernas largas
que el verano arreció con las quemaduras limpias
que aún es sensato buscar un trago
y pensar en grotescas ceremonias
si sale
si vuelve
si quiere
habremos de animarlo
caerá del cielo
más silencioso
quizá torpe
relleno de habladurías
ojalá pueda
al menos
contemplar las robustas confusiones
el mundo en llamas
que guardamos para su resurrección
será inútil mi empeño
habrá noches afiladas
por la ausencia
golpes amargos
sobre las arrugas de mi cama
te hablaré de mentiras
países masacrados por la dulzura
hablaré y hablaré
hasta pedir perdón
aunque no me creas
no me interesa
el milagro de los cuerpos
juntándose en el sudor
ya nada me importa
apenas duermo
y sobrevivo
por ti
por ese lamentable orgullo
que somos