poemas vida obra javier de bengoechea

Poema Nada de Javier De Bengoechea



También en los supuestos de la nada,
el amor se presiente en la querella
de una futura creación: doncella
sabiéndose fecunda, recreada.

Antes de ser mi vida inaugurada,
fui barro enamorado de una huella,
de un talle vegetal, de alguna estrella…
Yo estoy hecho de tierra enamorada.

Y enamorado estoy de ti, y sustento
este amor enraizado y presentido
más allá de la vida y el momento.

Enamorado sin haber nacido,
y ahora tan muerto y nada, que presiento
la tierra enamorada que ya he sido.



Poema A Una Mejilla Blanca de Javier De Bengoechea



( Madrigal póstumo )

Lento el carmín, cayó de su mejilla.
Ya se apagó ese pétalo de fuego.
Ya no es la sangre más desasosiego
que el de saberse quieta y amarilla.

Aquella de antes, ágil y sencilla,
es esta dura realidad de luego.
Jugó la rosa a terminar. Yo juego
a lamentar su lenta maravilla.

Ahora todo es igual de diferente:
la llamarán como antes la llamaban,
la olvidarán inolvidablemente…

En un principio fue lo que se acaba.
Sigue siendo lo mismo. Solamente
que ya no está una rosa donde estaba.



Poema Vida de Javier De Bengoechea



Yo no sé ya si soy, ni sé si era
el hombre que no amaba, ni si he sido
sin amor, como un muerto que ha vivido
esperando nacer cuando se muera.

No sé si estaba en mí, si estaba fuera,
ni de dónde ni cómo me ha venido,
pero sé que está aquí, que me ha nacido
la muerte de vivir porque te quiera.

Oh muerte en el amor, oh vida nueva,
oh moribunda flor definitiva
que el ritmo de mi pulso me comprueba.

Oh vida de esta muerte decisiva
que yo sé que me arrastra, que me lleva,
que llevaré esta muerte mientras viva.



Poema Sesión Continua de Javier De Bengoechea



Volveremos al Roxy y al Astoria,
a los ingenuos nombres del pasado.
En la sesión vermuth está atrapado
el final -no lo cuentes- de mi historia.

Hoy estrena recuerdos la memoria.
De cine es y será cómo te he amado.
Por el deseo estoy encañonado
junto a ti. No tenía escapatoria.

No tenía razón estar a oscuras,
estar luchando nuestras calenturas
en una fría y desigual batalla.

Sinceros de tan puros insinceros,
pues éramos los labios verdaderos
del beso que tapaba la pantalla.



Poema Seguro Otoño de Javier De Bengoechea



¿Qué será del amor, cuando estas manos
que acariciaron, vivas, la belleza,
no sean más que hierba en la maleza
de la muerte y la nada?… Gestos vanos

con que mi muerte avise a los humanos
que la vida termina cuando empieza…
Oh aquella breve y cálida pereza
con que toqué sus frutos más lozanos.

Esas caricias son pecado grave.
Pero hombre impertinente soy, lo sabe
el corazón, notario de mis besos.

La carne en flor aún, y en esperanza…
Y la tormenta de la muerte avanza
a punto ya de deshojar mis huesos.



Poema Seguramente de Javier De Bengoechea



Seguramente tú porque tú eres
una nube que pasa, un puro río,
y yo tengo una sed, y un cielo frío,
seguramente como tú prefieres.

Como los quieres tú, como los hieres,
seguramente es cierto que te ansío,
y es todo cierto, sí, ¿ verdad, bien mío?
seguramente, cuando tú me quieres.

Cuando en mi vida -río- te derramas,
seguramente sé -adiós torrente-
que alguien me ha de olvidar. Y tú me llamas,

y me has de amar apasionadamente.
¿Y quién me ha de olvidar, si tú me amas?
Seguramente, tú, seguramente.



Poema Muchacha de Javier De Bengoechea



Esa boca después, esa burbuja
de una sangre que hoy hierve alborotada…
Esos ojos después, esa mirada
que ha incendiado al clavel, y lo dibuja…

Y el corazón después, que hoy late y puja…
La mariposa de su vida… Nada…
Después la muerte, digo, despiadada,
la clavará a la nada con su aguja.

Esa boca, esa voz… Aquel invento
de clavar mariposas al olvido,
es así de feroz como lo cuento.

Y contaré lo hermosa que hayas sido,
que parecías tú, que fue un momento,
muchacha fría ya y sin parecido.



Poema Mi Edad Media de Javier De Bengoechea



Esos rostros románicos inmóviles, iguales
en sus ojos redondos, ¿sabemos lo que vieron?
Telarañas de siglos hasta que aparecieron
los rostros delicados de cejas ojivales.

Considero mi vida, repaso sus anales.
Pregunté a los tomistas y no me respondieron.
¿Cuál fue el aquel de aquellas matanzas que se hicieron
hasta que se inventaron las muertes naturales?

Piadosamente olvido mis siglos infantiles,
aquel cumplir diciembres pero jamás abriles,
aquel ir a la guerra tan triste de Mambrú.

Amor cortés, el mío, aunque en mis escrituras
se me hayan prolongado las edades oscuras:
hasta mi siglo veinte, no apareciste



Poema Mala Es Mi Sombra, Mala de Javier De Bengoechea



Mala es mi sombra, mala. ¿Me convino
nacer? Pero nací. O así lo cuentan.
Y si me busco en mí, mis manos tientan
una pared al fondo de un camino.

Yo soy un ser nacido a contra sino.
Los hombres formidables me lamentan.
Aumentan segurísimos, y aumentan
mis posibilidades de asesino.

Soy una solución que siempre yerra.
(Siguen en pie la muerte y sus baluartes.)
Un hospital en medio de una guerra.

Me llamo trece, y me apellido martes.
Pero sé lo que soy: algo de tierra
rodeada de Dios por todas partes.



Poema Estoy de Javier De Bengoechea



La escalera del viento hacia Tu altura,
se deshace en mis pies, y yo no puedo
subir, oh Dios, y sin subir, me quedo
flotando como pluma a la ventura.

¿En dónde estoy, oh Dios, o en qué postura
pondré mi vida, o cómo desenredo
los hilos de mi ansia, y me hallo, y cedo
-a quién, mi Dios- mi peso de amargura?

Así impaciente, por llegar, me estiro,
y me rompo la vida, y más me afano,
y arriba voy volando en un suspiro…

Mas Tu cielo es un velo tan lejano…
¿En dónde estoy, mi Dios, en dónde? Y miro,
y estoy sobre 1a palma de Tu mano.



Página siguiente »


Políticas de Privacidad