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Poema Tiempo Del Amor de José Luis Cano



En el amor el tiempo es como un pájaro
aleteante, estremecido, trágico.

Parece detenerse en nuestros brazos,
jadear dulcemente en nuestros labios.

Y fluye tierno como el valle verde
por un secreto afán de vida breve.

Su vuelo cesa bajo el beso largo,
tensas las alas, dulce y hechizado.

Y cuando el beso acaba hay en su luz
un brillo de asombrada juventud.

Ahora acecha cautivo de los labios
el lento desunirse, desmayados.

Ahora yace, quemadas ya las alas,
mientras ávidamente se desangre.

En el amor el tiempo es como un pájaro
aleteante, estremecido, trágico.



Poema Tiempo De La Ternura de José Luis Cano



Como la playa en soledad, más pura
luce su desnudez, y como el pájaro
más melodioso vuela si más solo,
así este paraíso de ternura
no pide verso para ser cantado.

Su alentar, en su mundo de penumbra
-tibio interior en soledad amante-
deja su llama, y extasiado sueña
su luz, su vuelo entre caricias quietas.

Aquí halla el alma su razón de vida,
su lentísimo éxtasis la carne,
y el incorpóreo tacto besa mudo
la rosa inmóvil de la piel tranquila.

Ignorada ternura. A los amantes
hace más puros, casi transparentes.
¿Son el sueño de un Dios? Son melodía
callada del amor. Son quieta lumbre.



Poema Sobre Unos Labios Muertos de José Luis Cano



Ciega, impasible muerte de tu boca.
Está callada, está rota y oscura
aquella su rosada arquitectura
fiel a mis labios cálidos de roca.

La gloria de tu aliento ya no evoca
calientes rosas de esta tierra dura,
sino la sombra y soledad futura
de tus labios de mar. ¡Oh sol, invoca

tu luz más viva, y quema entre esos dientes,
de nieve ya, su lengua, amarantina,
clavel de su garganta delicada!

¡Fulgura en su humedad, y en los ardientes
arenales, de tu onda sibilina
un último sabor a su granada!



Poema Luz Del Tiempo de José Luis Cano



La luz, la luz más pura está en el tiempo,
es su zumo dorado que nos moja
el alma diariamente y la desnuda.
Como la luz, como el amor a veces,
el tiempo es tuyo, y él te tiene, míralo
morando ya en tu carne lentamente
posando en ella su ceniza triste,
sus minutos que brillan amarillos
y tus labios golpean tercamente.
y pues no puedes detenerlo, ahora
que escapa más de prisa, ya vencidas
tu juventud y tu esperanza, escucha
cada latido suyo, cada ola
de su invisible, silenciosa música,
y acecha el don, su luz de cada día.
Dale tú, en cambio, paz al tiempo, honda
paz si es que alguna guardas en tu alma.
Da tu hora al amor, al beso, al ocio,
pues no es dinero -time is money- el tiempo,
y da a tu soledad el tiempo oscuro
que ella te pida, y tu minuto abierto
a ese niño que ríe, y a ese perro
vagabundo que pide pan y dueño,
y al poema que espera, y a ese pájaro
que vuela ebrio por el vasto cielo.



Poema Estío de José Luis Cano



Una dura raigambre de alto helecho
he elegido por tumba prematura
en esta soledad de arena oscura
donde gime la sangre de mi pecho.

Lejos está el amor. Aquí cosecho
un bronco sol para mi sepultura.
Aquí crece mejor la quemadura
que quiero para el fondo de mi pecho.

Todo ese inmenso mar no bastaría
para volver la vida y la mirada
a esta osamenta gris, a este esqueleto.

Hace tiempo que amó. Ya no sabría
dar su ofrenda al amor, su calcinada
sangre, su corazón lejano y quieto.



Poema Espumas de José Luis Cano



Este cuerpo de amor no necesita
quemar su luz en otra ardiente rama.
La lava en que se quema y que derrama,
por su propio volcán se precipita.

Tu hermosura sin voz sólo me incita,
no un corazón ni el vuelo de una llama.
Mi alimento es mi amor, y lo que ama
mi sangre, es esa piel, que un astro imita.

¿Qué esconde esa belleza? Sólo espumas,
Oh hermosa nada que a mi amor convoca,
raudo cielo sin Dios, mar sin secreto.

Pero besar todas sus dulces plumas
es ya el único sino de esta boca,
la única gloria ya de este esqueleto.



Poema Dulce Tumba de José Luis Cano



Junto a la orilla de este mar quisiera
a la sombra morir de su hermosura,
entreabiertos los labios, y esta dura
melancolía hiriendo el sol de fuera.

Como otro pino más de la ribera
quisiera allí soñar. Allí mi impura
sangre desnudará su rama oscura
y allí la tendrá el aire prisionera.

A flor de arena el cuerpo amortecido,
allí el vívido azul de la bahía
hermoseará su nombre y su latido.

Y el eco oiré, cual una melodía,
de unos pies al pasar, ya en dulce olvido
de tu hermosura, oh playa triste y mía.



Poema Viernes De Las Delicias de José Luis Cano



Cuando salgo a la luz de este viernes dorado
estrena la mañana sus pájaros primeros.
Es un viernes de barrio, humilde pero hermoso,
viernes de Las Delicias, viernes arrabalero.

Da gusto ver su piel, fresca como la aurora,
herida tiernamente por la luz del otoño,
esta luz increible que mi corazón bebe
sorbiendo la mañana como una fruta de oro.

Es una luz tan tierna, tan acariciadora,
que a las cosas propaga una humana ternura,
y da alegria al árbol, al viajero que llega,
al perro en libertad ávido de aventuras.

Y el dulce viejecillo que vende caramelos,
el obrero que pasa, la chiquilla que ríe,
la sal para el pescado derramada en la acera,
brillan con alegria bajo esta luz del viernes.

Van las alas del viernes dorando la mañana
y tornándola pura como una melodía,
mientras yo voy alegre escuchando sus sones,
su concierto de pájaros y cristalinas brisas.

Mientras yo voy alegre, porque el corazón sabe
que atrás queda, soñando, la materia que ama,
la materia de un alma que beso cada noche
en los labios que ahora soñarán con el alba.



Poema Tiempo De Ternura de José Luis Cano



Como la playa en soledad, más pura
luce su desnudez, y como el pájaro
más melodioso vuela si más solo,
así este paraíso de ternura
no pide verso para ser cantado.

Su alentar, en su mundo de penumbra
-tibio interior en soledad amante-
deja su llama, y extasiado sueña
su luz, su vuelo entre caricias quietas.

Aquí halla el alma su razón de vida,
su lentísimo éxtasis la carne,
y el incorpóreo tacto besa mudo
la rosa inmóvil de la piel tranquila.

Ignorada ternura. A los amantes
hace más puros, casi transparentes.
¿Son el sueño de un Dios? Son melodía
callada del amor. Son quieta lumbre.



Poema Tiempo De Amor de José Luis Cano



En el amor el tiempo es como un pájaro
aleteante, estremecido, trágico.

Parece detenerse en nuestros brazos,
jadear dulcemente en nuestros labios.

Y fluye tierno como el valle verde
por un secreto afán de vida breve.

Su vuelo cesa bajo el beso largo,
tensas las alas, dulce y hechizado.

Y cuando el beso acaba hay en su luz
un brillo de asombrada juventud.

Ahora acecha cautivo de los labios
el lento desunirse, desmayados.

Ahora yace, quemadas ya las alas,
mientras ávidamente se desangre.

En el amor el tiempo es como un pájaro
aleteante, estremecido, trágico.



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