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Poema De La Brevedad Engañosa De La Vida de Luis De Gongora



Menos solicitó veloz saeta
Destinada señal, que mordió aguda;
Agonal carro en la arena muda
No coronó con más silencio meta,

Que presurosa corre, que secreta,
A su fin nuestra edad. A quien lo duda
(Fiera que sea de razón desnuda)
Cada sol repetido es un cometa.

Confiésalo Cartago, ¿y tú lo ignoras?
Peligro corres, Licio, si porfías
En seguir sombras y abrazar engaños.

Mal te perdonarán a ti las horas,
Las horas que limando están los días,
Los días que royendo están los años.



Poema De La Ambición Humana de Luis De Gongora



Mariposa, no sólo no cobarde,
Mas temeraria, fatalmente ciega,
Lo que la llama al Fénix aun le niega,
Quiere obstinada que a sus alas guarde,

Pues en su daño arrepentida tarde,
Del esplendor solicitada, llega
A lo que luce, y ambiciosa entrega
Su mal vestida pluma a lo que arde.

Yace gloriosa en la que dulcemente
Huesa le ha prevenido abeja breve,
¡Suma felicidad a yerro sumo!

No a mi ambición contrario tan luciente,
Menos activo sí, cuanto más leve,
Cenizas la hará, si abrasa el humo.



Poema De Don Rodrigo Sarmiento, Conde De Salinas de Luis De Gongora



Del León, que en la Silva apenas cabe,
O ya por fuerte o ya por generoso,
Que a dos Sarmientos, cada cual glorioso,
Obedeció mejor que al bastón grave,

Real cachorro y pámpano suave
En este infante en tierna edad dichoso;
Cupido con dos soles, que hermoso
De ángel tiene lo que el otro de ave.

La alta esperanza en él se vea lograda
Del claro padre y de la antigua casa
Que a España le da héroes, si no leyes,

Tal, que do el Norte yela al mar su espada
Temida, y donde el Sol la arena abrasa,
Triunfador siempre, coma con sus reyes.



Poema De Don Francisco De Padilla, Castellano De Milán de Luis De Gongora



A este que admiramos en luciente,
Émulo del diamante, limpio acero,
Igual nos le dio España caballero
Que de la guerra Flandes rayo ardiente.

Laurel ceñido, pues, debidamente,
Las coyundas le fían del severo
Suave yugo, que al lombardo fiero
Le impidió sí, no le oprimió la frente.

¿Qué mucho si frustró su lanza arneses,
Si fulminó escuadrones ya su espada,
Si conculcó estandartes su caballo?

Del Cambresí lo digan los franceses:
Mas no lo digan, no, que en trompa alada
Musa aun no sabrá heroica celebrallo.



Poema De Chinches Y De Mulas Voy Comido de Luis De Gongora



De chinches y de mulas voy comido,
Las unas culpa de una cama vieja,
Las otras de un Señor que me las deja
Veinte días y más, y se ha partido.

De vos, madera anciana, me despido,
Miembros de algún navío de vendeja,
Patria común de la nación bermeja,
Que un mes sin deudo de mi sangre ha sido.

Venid, mulas, con cuyos pies me ha dado
Tal coz el que quizá tendrá mancilla
De ver que me coméis el otro lado.

A Dios, Corte envainada en una villa,
A Dios, toril de los que has sido prado,
Que en mi rincón me espera una morcilla.



Poema Cura Que En La Vecindad de Luis De Gongora



Cura que en la vecindad
Vive con desenvoltura,
¿Para qué le llaman cura,
Si es la misma enfermedad?

El Cura que seglar fue,
Y tan seglar se quedó,
Y aunque órdenes recibió
Hoy tan sin orden se ve,
Pues de sus vecinas sé
Que perdió la continencia,
No le llamen Reverencia,
Que se hace Paternidad.

Cura que en la vecindad
Vive con desenvoltura,
¿Para qué le llaman cura,
Si es la misma enfermedad?

Si una y otra es su comadre
De cuantas vecinas vemos,
De hoy más su nombre mudemos
De Cura en el de Compadre:
Y si le llamare Padre
Algún rapaz tiernamente,
La voz de aquel inocente
Misterio encierra y verdad.

Cura que en la vecindad
Vive con desenvoltura,
¿Para qué le llaman cura,
Si es la misma enfermedad?

Cura que a su barrio entero
Trata de escandalizallo,
Ya no es Cura, sino gallo
De todo aquel gallinero;
Que enfermó por su dinero
A las más que toca el preste
Ya no es cura, sino peste
Por tan mala cualidad.

Cura que en la vecindad
Vive con desenvoltura,
¿Para qué le llaman cura,
Si es la misma enfermedad?



Poema Cuatro O Seis Desnudos Hombros de Luis De Gongora



Cuatro o seis desnudos hombros
De dos escollos o tres
Hurtan poco sitio al mar,
Y mucho agradable en él.

Cuánto lo sienten las ondas
Batido lo dice el pie,
Que pólvora de las piedras
La agua repetida es.

Modestamente sublime
Ciñe la cumbre un laurel,
Coronando de esperanzas
Al piloto que le ve.

Verdes rayos de una palma,
Si no luciente, cortés,
Norte frondoso, conducen
El derrotado bajel.

Este ameno sitio breve,
De cabra, apenas montés
Profanado, escaló un día
Mal agradecida fe;

Joven, digo, ya esplendor
Del Palacio de su Rey,
El hueco anima de un tronco
Nueve meses habrá o diez,

A quien, si lecho no blando,
Sueño le debe fiel,
Brame el Austro, y de las rocas
Haga lo que del ciprés.

Arrastrando allí eslabones
De su adorado desdén,
Hierbas cultiva no ingratas
En apacible vergel.

¡Oh, cuán bien las solicita
Sudor fácil, y cuán bien
Émulas responden ellas
Del más valiente pincel!

Confusas entre los lirios
Las rosas se dejan ver,
Bosquejando lo admirable
De su hermosura cruel

Tan dulce, tan natural,
Que abejuela alguna vez
Se caló a besar sus labios
En las hojas de un clavel.

Sierpe de cristal, vestida
Escamas de rosicler,
Se escondía ya en las flores
De la imaginada tez,

Cuando velera paloma,
Alado, si no bajel,
Nubes rompiendo de espuma,
En derrota suya un mes,

Le trajo, si no de oliva,
En las hojas de un papel,
Señas de serenidad,
Si el arco de Amor se cree.



Poema Cuantas Al Duero Le He Negado Ausente de Luis De Gongora



Cuantas al Duero le he negado ausente,
Tantas al Betis lágrimas le fío,
Y, de centellas coronado, el río
Fuego tributa al mar de urna ya ardiente.

Volcán desta agua y destas llamas fuente
Es, ingrata señora, el pecho mío;
Los suspiros lo digan que os envío,
Si la selva lo calla, que lo siente.

Cenefas de este Erídano segundo
Cenizas son; igual mi llanto tierno
A la de Faetón loca experiencia.

Arde el río, arde el mar, humea el mundo;
Si del carro del Sol no es mal gobierno,
Lágrimas y suspiros son de ausencia.



Poema Cuando Pitos Flautas de Luis De Gongora



Da bienes Fortuna
que no están escritos:
cuando pitos flautas,
cuando flautas pitos.

¡Cuán diversas sendas
Se suelen seguir
En el repartir
Honras y haciendas!
A unos da encomiendas,
A otros sambenitos.
Cuando pitos flautas,
cuando flautas pitos.

A veces despoja
De choza y apero
Al mayor cabrero,
Y a quien se le antoja;
La cabra más coja
Pare dos cabritos.
Cuando pitos flautas,
cuando flautas pitos.

Porque en una aldea
Un pobre mancebo
Hurtó sólo un huevo,
Al sol bambolea,
Y otro se pasea
Con cien mil delitos.
Cuando pitos flautas,
cuando flautas pitos.



Poema ¿cuál Del Ganges Marfil, O Cuál De Paro de Luis De Gongora



¿Cuál del Ganges marfil, o cuál de Paro
Blanco mármol, cuál ébano luciente,
Cuál ámbar rubio, o cuál oro excelente,
Cuál fina plata, o cuál cristal tan claro,

Cuál tan menudo aljófar, cuál tan caro
Orïental safir, cuál rubí ardiente,
O cuál, en la dichosa edad presente,
Mano tan docta de escultor tan raro

Bulto de ellos formara, aunque hiciera
Ultraje milagroso a la hermosura
Su labor bella, su gentil fatiga,

Que no fuera figura al Sol de cera,
Delante de tus ojos, su figura,
Oh bella Clori, oh dulce mi enemiga?



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