poemas vida obra luis de gongora

Poema Al Túmulo De Écija, En Las Honras De La Señora Reina Doña Margarita de Luis De Gongora



Ícaro de bayeta, si de pino
Cíclope no, tamaño como el rollo,
¿Volar quieres con alas a lo pollo,
Estando en cuatro pies a lo pollino?

¿Qué Dédalo te induce peregrino
A coronar de nubes el meollo,
Si las ondas que el Betis de su escollo
Desata han de infamar tu desatino?

No des más cera al Sol, que es bobería,
Funeral avestruz, máquina alada,
Ni alimentes gacetas en Europa.

Aguarda a la ciudad, que a mediodía,
Si mase Duelo no en capirotada,
La servirá mase Bochorno en sopa.



Poema Al Tronco Filis De Un Laurel Sagrado de Luis De Gongora



Al tronco Filis de un laurel sagrado
Reclinada, el convexo de su cuello
Lamía en ondas rubias el cabello,
Lascivamente al aire encomendado.

Las hojas del clavel, que había juntado
El silencio en un labio y otro bello,
Violar intentaba, y pudo hacello,
Sátiro mal de hiedras coronado;

Mas la invidia interpuesta de una abeja,
Dulce libando púrpura, al instante
Previno la dormida zagaleja.

El semidiós, burlado, petulante,
En atenciones tímidas la deja
De cuanto bella, tanto vigilante



Poema Al Tramontar Del Sol de Luis De Gongora



Al tramontar del Sol, la ninfa mía,
De flores despojando el verde llano,
Cuantas troncaba la hermosa mano,
Tantas el blanco pie crecer hacía.

Ondeábale el viento que corría
El oro fino con error galano,
Cual verde hoja de álamo lozano
Se mueve al rojo despuntar del día.

Mas luego que ciñó sus sienes bellas
De los varios despojos de su falda
(Término puesto al oro y a la nieve),

Juraré que lució más su guirnalda
Con ser de flores, la otra ser de estrellas,
Que la que ilustra el cielo en luces nueve.



Poema Al Sol, Porque Salió, Estando Con Su Dama, Y Le Fue Forzado Dejarla de Luis De Gongora



Ya besando unas manos cristalinas,
Ya anudándome a un blanco y liso cuello,
Ya esparciendo por él aquel cabello
Que Amor sacó entre el oro de sus minas,

Ya quebrando en aquellas perlas finas
Palabras dulces mil sin merecello,
Ya cogiendo de cada labio bello
Purpúreas rosas sin temor de espinas,

Estaba, oh claro Sol invidïoso,
Cuando tu luz, hiriéndome los ojos,
Mató mi gloria y acabó mi suerte.

Si el cielo ya no es menos poderoso,
Por que no den los tuyos más enojos,
Rayos, como a tu hijo, te den muerte.



Poema Al Serenísimo Infante Cardenal de Luis De Gongora



Purpúreo creced, rayo luciente
Del Sol de las Españas, que en dorado
Ya trono el Tíber os verá sagrado
Leyes dar algún día a su corriente.

De coronas entonces vos la frente,
Vuestro Padre de orbes coronado,
Deba el mundo un redil, deba un cayado
A vuestras llaves, a su espada ardiente.

Creced a fines tan esclarecidos,
Oh vos, a cuyo glorïoso manto
Sombra son eritreos esplendores,

Y en quien debidamente repetidos
De vuestros dos se ven progenitores
El nombre, lo católico, lo santo.



Poema Al Puerto De Guadarrama, Pasando Por Él Los Condes De Lemus de Luis De Gongora



Montaña inaccesible, opuesta en vano
Al atrevido paso de la gente
(O nubes humedezcan tu alta frente,
O nieblas ciñan tu cabello cano),

Caistro el mayoral, en cuya mano
En vez de bastón vemos el tridente,
Con su hermosa Silvia, Sol luciente
De rayos negros, serafin humano,

Tu cerviz pisa dura; y la pastora
Yugo te pone de cristal, calzada
Coturnos de oro el pie, armiños vestida.

Huirá la nieve de la nieve ahora,
O ya de los dos soles desatada,
O ya de los dos blancos pies vencida.



Poema Al Poeta Pedro Soto De Rojas de Luis De Gongora



Poco después que su cristal dilata,
Orla el Dauro los márgenes de un Soto,
Cuyas plantas Genil besa devoto,
Genil, que de las nieves se desata.

Sus corrientes por él cada cual trata
Las escuche el Antípoda remoto,
Y el culto seno de sus minas roto,
Oro al Dauro le preste, al Genil plata.

Él, pues, de rojas flores coronado,
Nobles en nuestra España por ser Rojas,
Como bellas al mundo por ser flores,

Con rayos dulces mil de Sol templado
Al mirto peina, y al laurel las hojas,
Monte de musas ya, jardín de amores.



Poema Al Padre Maestro Hortensio, De Una Audiencia Del Padre Maestro Fray Luis De Aliaga, Confesor Del Rey Don Felipe Iii de Luis De Gongora



Al que de la consciencia es del Tercero
Filipo digno oráculo prudente,
De una y otra saeta impertinente
Si mártir no le vi, le vi terrero.

Tanto, pues, le ceñía ballestero,
Cuanta le estaba coronando gente,
Dejándole el concurso el despidiente
Hecho pedazos, pero siempre entero.

Hortensio mío, si esta llamo audiencia,
¿Cuál llamaré robusta montería,
Donde cient flechas cosen un venado?

Ponderé en nuestro dueño una paciencia,
Que en la atención modesta fue alegría
Y en la resolución sucinto agrado.



Poema Al Padre Juan De Pineda, De La Compañía De Jesús, Por Haber Antepuesto Un Soneto Al Que El Poeta Hizo En La Beatificación De San Ignacio (atribuido) de Luis De Gongora



¿Yo en justa injusta expuesto a la sentencia
De un positivo padre azafranado?
Paciencia, Job, si alguna os han dejado
Prolijos los escritos de su Encia.

Consuelo me daréis, si no paciencia,
Porque en suertes entré, y fui desgraciado,
En el mes que perdió el apostolado
Un Justo por divina providencia.

¿Quién justa do la tela es pinavete,
Y no muy de Segura, aunque sea pino,
Que ayer fue pino, y hoy podrá ser vete?

No más judicatura de teatino,
Cofre, digo, overo con bonete,
Que tiene más de tea que de tino.



Poema Al Padre Francisco De Castro, De Su Libro Retórica de Luis De Gongora



Si ya el griego orador la edad presente,
O el de Arpinas dulcísimo abogado
Merecieran gozar, más enseñado
Éste quedara, aquél más elocuente,

Del bien decir bebiendo en la alta fuente,
Que en tantos ríos hoy se ha desatado
Cuantos en culto estilo nos ha dado
Libros vuestra Retórica excelente.

Vos reducís, oh Castro, a breve suma
El difuso canal desta agua viva;
Trabajo tal el tiempo no consuma,

Pues de laurel ceñido y sacra oliva,
Hacéis a cada lengua, a cada pluma,
Que hable néctar y que ambrosía escriba.



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