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Poema Que Pida A Un Galán Minguilla de Luis De Gongora



Que pida a un galán Minguilla
Cinco puntos de jervilla,
Bien puede ser;
Mas que calzando diez Menga,
Quiera que justo le venga,
No puede ser.

Que se case un don Pelote
Con una dama sin dote,
Bien puede ser;
Mas que no dé algunos días
Por un pan las damerías,
No puede ser.

Que la viuda en el sermón
Dé mil suspiros sin son,
Bien puede ser;
Mas que no los dé, a mi cuenta,
Porque sepan dó se sienta,
No puede ser.

Que esté la bella casada
Bien vestida y mal celada,
Bien puede ser;
Mas que el bueno del marido
No sepa quién dio el vestido,
No puede ser.

Que anochezca cano el viejo,
Y que amanezca bermejo,
Bien puede ser;
Mas que a creer nos estreche
Que es milagro y no escabeche
No puede ser.

Que se precie un don Pelón
Que se comió un perdigón,
Bien puede ser;
Mas que la biznaga honrada
No diga que fue ensalada,
No puede ser.

Que olvide a la hija el padre
De buscarle quien le cuadre,
Bien puede ser;
Mas que se pase el invierno
Sin que ella le busque yerno,
No puede ser.

Que la del color quebrado
Culpe al barro colorado,
Bien puede ser;
Mas que no entendamos todos
Que aquestos barros son lodos,
No puede ser.

Que por parir mil loquillas
Enciendan mil candelillas,
Bien puede ser;
Mas que, público o secreto,
No haga algún cirio efeto,
No puede ser.

Que sea el otro Letrado
Por Salamanca aprobado,
Bien puede ser;
Mas que traiga buenos guantes
Sin que acudan pleiteantes,
No puede ser.

Que sea médico más grave
quien más aforismos sabe,
Bien puede ser;
mas que no sea más experto
el que más hubiere muerto,
No puede ser.

Que acuda a tiempo un galán
con un dicho y un refrán,
Bien puede ser;
mas que entendamos por eso
que en Floresta no está impreso,
No puede ser.

Que oiga Menga una canción
Con piedad y atención,
Bien puede ser;
Mas que no sea más piadosa
A dos escudos en prosa,
No puede ser.

Que sea el Padre Presentado
Predicador afamado,
Bien puede ser;
Mas que muchos puntos buenos
No sean estudios ajenos,
No puede ser.

Que una guitarrilla pueda
Mucho, después de la queda,
Bien puede ser;
Mas que no sea necedad
Despertar la vecindad,
No puede ser.

Que el mochilero o soldado
Deje su tercio embarcado,
Bien puede ser;
Mas que le crean de la guerra
Porque entró roto en su tierra,
No puede ser.

Que se emplee el que es discreto
En hacer un buen soneto,
Bien puede ser;
Mas que un menguado no sea
El que en hacer dos se emplea,
No puede ser.

Que quiera una dama esquiva
Lengua muerta y bolsa viva,
Bien puede ser;
Mas que halle, sin dar puerta,
Bolsa viva y lengua muerta,
No puede ser.

Que el confeso al caballero
Socorra con su dinero,
Bien puede ser;
Mas que le dé, porque presta,
Lado el día de la fiesta,
No puede ser.

Que junte un rico avariento
Los doblones ciento a ciento,
Bien puede ser;
Mas que el sucesor gentil
No los gaste mil a mil,
No puede ser.

Que se pasee Narciso
Con un cuello en paraíso,
Bien puede ser;
Más que no sea notorio
Que anda el cuerpo en purgatorio,
No puede ser.



Poema ¿qué Lleva El Señor Esgueva? de Luis De Gongora



Yo os diré lo que lleva.

Lleva este río crecido,
Y llevará cada día
Las cosas que por la vía
De la cámara han salido,
Y cuanto se ha proveído
Según leyes de Digesto,
Por jüeces que, antes desto,
Lo recibieron a prueba.

¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.

Lleva el cristal que le envía
Una dama y otra dama,
Digo el cristal que derrama
La fuente de mediodía,
Y lo que da la otra vía,
Sea pebete o sea topacio;
Que al fin damas de Palacio
Son ángeles hijos de Eva.

¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.

Lleva lágrimas cansadas
De cansados amadores,
Que, de puro servidores,
Son de tres ojos lloradas;
De aquél, digo, acrecentadas
Que una nube le da enojo,
Porque no hay nube deste ojo
Que no truene y que no llueva.

¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.

Lleva pescado de mar,
Aunque no muy de provecho,
Que, salido del estrecho,
Va a Pisuerga a desovar;
Si antes era calamar
O si antes era salmón,
Se convierte en camarón
Luego que en el río se ceba.

¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.

Lleva, no patos reales
Ni otro pájaro marino,
Sino el noble palomino
Nacido en nobles pañales;
Colmenas lleva y panales,
Que el río les da posada;
La colmena es vidriada
Y el panal es cera nueva.

¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.

Lleva, sin tener su orilla
Árbol ni verde ni fresco,
Fruta que es toda de cuesco,
Y, de madura, amarilla;
Hácese de ella en Castilla
Conserva en cualquiera casa,
Y tanta ciruela pasa,
Que no hay quien sin ella beba.

¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.



Poema Por Niñear, Un Picarillo Tierno de Luis De Gongora



Por niñear, un picarillo tierno,
Hurón de faltriqueras, subtil caza,
A la cola de un perro ató por maza
(Con perdón de los clérigos) un cuerno.

El triste perrinchón en el gobierno
De una tan gran carroza se embaraza;
Grítale el pueblo, haciendo de la plaza
(Si allá se alegran) un alegre infierno.

Llegó en esto una viuda mesurada,
Que entre los signos, ya que no en la gloria,
Tiene a su esposo, y dijo: «Es gran bajeza

Que un gozque arrastre así una ejecutoria
Que ha obedecido tanta gente honrada,
Y se la ha puesto sobre su cabeza.»



Poema Para La Cuarta Parte De La Pontificial Del Doctor Babia de Luis De Gongora



Este, que Babia al mundo hoy ha ofrecido
Poema, si no a números atado,
De la disposición antes limado
Y de la erudición después lamido,

Historia es culta, cuyo encanecido
Estilo, si no métrico, peinado,
Tres ya pilotos del bajel sagrado
Hurta al tiempo y redime del olvido.

Pluma, pues, que claveros celestiales
Eterniza en los bronces de su historia,
Llave es ya de los tiempos, y no pluma.

Ella a sus nombres puertas inmortales
Abre, no de caduca, no, memoria,
Que sombras sella en túmulos de espuma.



Poema Para El Principio De La Historia Del Señor Rey Don Felipe Ii, De Luis De Cabrera de Luis De Gongora



Vive en este volumen el que yace
En aquel mármol, Rey siempre glorioso;
Sus cenizas allí tienen reposo,
Y dellas hoy él mismo aquí renace.

Con vuestra pluma vuela, y ella os hace,
Culto Cabrera, en nuestra edad famoso;
Con las suyas le hacéis victorïoso
Del Francés, Belga, Lusitano, Trace.

Plumas de un Fénix tal, y en vuestra mano,
¿Qué tiempo podrá haber que las consuma,
Y qué invidia ofenderos, sino en vano?

Escriba lo que vieron, tan gran pluma,
De los dos mundos, uno y otro plano,
De los dos mares, una y otra espuma.



Poema ¡oh Claro Honor Del Líquido Elemento de Luis De Gongora



¡Oh claro honor del líquido elemento,
Dulce arroyuelo de corriente plata,
Cuya agua entre la yerba se dilata
Con regalado son, con paso lento!,

Pues la por quien helar y arder me siento
(Mientras en ti se mira), Amor retrata
De su rostro la nieve y la escarlata
En tu tranquilo y blando movimiento,

Vete como te vas; no dejes floja
La undosa rienda al cristalino freno
Con que gobiernas tu veloz corriente;

Que no es bien que confusamente acoja
Tanta belleza en su profundo seno
El gran Señor del húmido tridente.



Poema Oh, Bien Haya Jaén de Luis De Gongora



Oh, bien haya Jaén, que en lienzo prieto
De luces mil de sebo salpicado
Su túmulo paró, y de pie quebrado
En dos antiguas trovas sin conceto.

Écija se ha esmerado, yo os prometo,
Que en bultos de papel y pan mascado
Gastó gran suma, aunque no han acabado
Entre catorce abades un soneto.

Todo es obras de araña con Baeza,
Donde el fiel vasallo el regimiento
Pinos corta, bayetas solicita:

Hallaron dos, y toman una pieza
Para el tumbo real o monimento
¡Nunca muriera doña Margarita!



Poema Noble Desengaño de Luis De Gongora



Noble desengaño,
Gracias doy al cielo
Que rompiste el lazo
Que me tenía preso.

Por tan gran milagro
Colgaré en tu templo
Las graves cadenas
De mis graves yerros.

Las fuertes coyundas
Del yugo de acero,
Que con tu favor
Sacudí del cuello,

Las húmidas velas
Y los rotos remos
Que escapé del mar
Y ofrecí en el puerto,

Ya de tus paredes
Serán ornamento,
Gloria de tu nombre,
Y de Amor descuento.

Y así, pues que triunfas
Del rapaz arquero,
Tiren de tu carro
Y sean tu trofeo

Locas esperanzas,
Vanos pensamientos,
Pasos esparcidos,
Livianos deseos,

Rabiosos cuidados,
Ponzoñosos celos,
Infernales glorias,
Gloriosos infiernos.

Compóngante himnos,
Y digan sus versos
Que libras cautivos
Y das vista a ciegos.

Ante tu deidad
Hónrense mil fuegos
Del sudor precioso
Del árbol sabeo.

Pero ¿quién me mete
En cosas de seso,
Y en hablar de veras
En aquestos tiempos,

Donde el que más trata
De burlas y juegos,
Ese es quien se viste
Más a lo moderno?

Ingrata señora
De tus aposentos,
Más dulce y sabrosa
Que nabo en Adviento,

Aplícame un rato
El oído atento,
Que quiero hacer auto
De mis devaneos.

¡Qué de noches frías
Que me tuvo el hielo
Tal, que por esquina
Me juzgó tu perro,

Y alzando la pierna,
Con gentil denuedo,
Me argentó de plata
Los zapatos negros!

¡Qué de noches de éstas,
Señora, me acuerdo
Que andando a buscar
Chinas por el suelo,

Para hacer la seña
Por el agujero,
Al tomar la china
Me ensucié los dedos!

¡Qué de días anduve
Cargado de acero
Con harto trabajo,
Porque estaba enfermo!

Como estaba flaco
Parecía cencerro:
Hierro por de fuera,
Por de dentro hueso.

¡Qué de meses y años
Que viví muriendo
En la Peña Pobre
Sin ser Beltenebros,

Donde me acaeció
Mil días enteros
No comer sino uñas,
Haciendo sonetos!

¡Qué de necedades
Escribí en mil pliegos,
Que las ríes tú ahora,
Y yo las confieso!

Aunque las tuvimos
Ambos, en un tiempo,
Yo por discreciones
Y tú por requiebros.

¡Qué de medias noches
Canté en mi instrumento:
«Socorred, señora,
Con agua a mi fuego!»

Donde, aunque tú no
Socorriste luego,
Socorrió el vecino
Con un gran caldero.

Adiós, mi señora,
Porque me es tu gesto
Chimenea en verano
Y nieve en invierno,

Y el bazo me tienes
De guijarros lleno,
Porque creo que bastan
Seis años de necio.



Poema No Vayas, Gil, Al Sotillo de Luis De Gongora



No vayas, Gil, al Sotillo
Que yo sé
Quien novio al Sotillo fue,
Que volvió después novillo.

Gil, si es que al Sotillo vas,
Mucho en la jornada pierdes;
Verás sus álamos verdes,
Y alcornoque volverás;
Allá en el Sotillo oirás
De algún ruiseñor las quejas,
Yo en tu casa a las cornejas,
Y ya tal vez al cuclillo.

No vayas, Gil, al Sotillo,
Que yo sé
Quien novio al Sotillo fue,
Que volvió después novillo.

Al Sotillo floreciente
No vayas, Gil, sin temores,
Pues mientras miras sus flores,
Te enraman toda la frente;
Hasta el agua transparente
Te dirá tu perdición,
Viendo en ella tu armazón,
Que es más que la de un castillo.

No vayas, Gil, al Sotillo
Que yo sé
Quien novio al Sotillo fue,
Que volvió después novillo.

Mas si vas determinado,
Y allá te piensas holgar,
Procura no merendar
Desto que llaman venado;
De aquel vino celebrado
De Toro no has de beber,
Por no dar en que entender
Al uno y otro corrillo.

No vayas, Gil, al Sotillo
Que yo sé
Quien novio al Sotillo fue,
Que volvió después novillo.



Poema No Destrozada Nave En Roca Dura de Luis De Gongora



No destrozada nave en roca dura
Tocó la playa más arrepentida,
Ni pajarilla de la red tendida
Voló más temeroso a la espesura;

Bella ninfa la planta mal segura
No tan alborotada ni afligida
Hurtó de verde prado, que escondida
Víbora regalaba en su verdura,

Como yo, Amor, la condición airada,
Las rubias trenzas y la vista bella
Huyendo voy, con pie ya desatado,

De mi enemiga en vano celebrada.
Adiós, ninfa crüel; quedaos con ella,
Dura roca, red de oro, alegre prado.



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