poemas vida obra luis de gongora

Poema No De Fino Diamante O Rubí Ardiente de Luis De Gongora



No de fino diamante o rubí ardiente
(Luces brillando aquel, este centellas)
Crespo volumen vio de plumas bellas
Nacer la gala más vistosamente,

Que obscura el vuelo, y con razón doliente,
De la perla católica que sellas,
A besar te levantas las estrellas,
Melancólica aguja, si luciente.

Pompa eres de dolor, seña no vana
De nuestra vanidad. Dígalo el viento,
Que ya de aromas, ya de luces, tanto

Humo te debe. ¡Ay, ambición humana,
Prudente pavón hoy con ojos ciento,
Si al desengaño se los das y al llanto!



Poema Ni En Este Monte, Este Aire, Ni Este Río de Luis De Gongora



Ni en este monte, este aire, ni este río
Corre fiera, vuela ave, pece nada,
De quien con atención no sea escuchada
La triste voz del triste llanto mío;

Y aunque en la fuerza sea del estío
Al viento mi querella encomendada,
Cuando a cada cual de ellos más le agrada
Fresca cueva, árbol verde, arroyo frío,

A compasión movidos de mi llanto,
Dejan la sombra, el ramo y la hondura,
Cual ya por escuchar el dulce canto

De aquel que, de Strimón en la espesura,
Los suspendía cien mil veces. ¡Tanto
Puede mi mal, y pudo su dulzura!



Poema Muerto Me Lloró El Tormes En Su Orilla de Luis De Gongora



Muerto me lloró el Tormes en su orilla,
En un parasismal sueño profundo,
En cuanto don Apolo el rubicundo
Tres veces sus caballos desensilla.

Fue mi resurrección la maravilla
Que de Lázaro fue la vuelta al mundo,
De suerte que ya soy otro segundo
Lazarillo de Tormes en Castilla.

Entré a servir a un ciego, que me envía,
Sin alma vivo, y en un dulce fuego,
Que ceniza hará la vida mía.

¡Oh qué dichoso que sería yo luego,
Si a Lazarillo le imitase un día
En la venganza que tomó del ciego!



Poema Mientras Por Competir Con Tu Cabello de Luis De Gongora



Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lilio bello;

Mientras a cada labio, por cogello,
Siguen más ojos que al clavel temprano,
Y mientras triunfa con desdén lozano
Del luciente cristal tu gentil cuello,

Goza cuello, cabello, labio y frente,
Antes que lo que fue en tu edad dorada
Oro, lilio, clavel, cristal luciente,

No sólo en plata o vïola troncada
Se vuelva, más tú y ello juntamente
En tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.



Poema Manda Amor En Su Fatiga de Luis De Gongora



Manda Amor en su fatiga
Que se sienta y no se diga;
Pero a mí más me contenta
Que se diga y no se sienta.

En la ley vieja de Amor
A tantas fojas se halla
Que el que más sufre y más calla,
Ese librará mejor;
¡Más triste del amador
Que, muerto a enemigas manos,
Le hallaron los gusanos
Secretos en la barriga!
Manda Amor en su fatiga
Que se sienta y no se diga;
Pero a mí más me contenta
Que se diga y no se sienta.

Muy bien haré si culpare
Por necio cualquier que fuere
Que como leño sufriere
Y como piedra callare;
Mande Amor lo que mandare,
Que yo pienso muy sin mengua
Dar libertad a mi lengua,
Y a sus leyes una higa.
Manda Amor en su fatiga
Que se sienta y no se diga;
Pero a mí más me contenta
Que se diga y no se sienta.

Bien sé que me han de sacar
En el auto con mordaza
Cuando Amor sacare a plaza
Delincuentes por hablar;
Mas yo me pienso quejar,
En sintiéndome agraviado,
Pues el mar brama alterado
Cuando el viento le fatiga.
Manda Amor en su fatiga
Que se sienta y no se diga;
Pero a mí más me contenta
Que se diga y no se sienta.

Yo sé de algún joveneto
Que tiene muy entendido
Que guarda más bien Cupido
Al que guarda más secreto;
Y si muere el indiscreto
De amoroso torozón,
Morirá sin confesión
Por no culpar su enemiga.
Manda Amor en su fatiga
Que se sienta y no se diga;
Pero a mí más me contenta
Que se diga y no se sienta.



Poema Luto Poético de Luis De Gongora



Por una negra señora
un negro galán doliente
negras lágrimas derrama
de un negro pecho que tiene.

Hablóla una negra noche,
y tan negra, que parece
que de su negra pasión
el negro luto le viene.

Lleva una negra guitarra,
negras las cuerdas que tiene,
negras también las clavijas,
pues negro es el que las tuerce.

?«Negras pascuas me dé Dios,
si más negros no me tienen
los negros amores tuyos
que el negro color de allende.

»Un negro favor te pido,
si negros favores vendes,
y si con negros favores
un negro pagarse debe.»

La negra señora entonces,
entafada del negrete,
con estas negras razones
al galán negro entristece:

?«Vaya muy en hora negra
el negro que tal pretende,
que para galanes negros
se hicieron negros desdenes.»

El negro señor entonces,
no queriendo ennegrecerse
más de lo negro, quitóse
el negro sombrero y fuese.



Poema Los Dineros Del Sacristán de Luis De Gongora



Los dineros del Sacristán
Cantando se vienen y cantando se van.

Tres hormas, si no fue un par,
Fueron la llave maestra
De la pompa que hoy nos muestra
Un hidalgo de solar;
Con plumajes a volar
Un hijo suyo salió,
Que asuela lo que él soló,
Y la hijuela loquilla
De ámbar quiere la jervilla
Que desmienta al cordobán.

Los dineros del Sacristán
Cantando se vienen y cantando se van.

Dos Troyanos y dos Griegos,
Con sus celosas porfías,
Arman a Elena en dos días
De joyas y de talegos;
Como es dinero de ciegos,
Y no ganado a oraciones,
Recibe dueñas con dones
Y un portero rabicano;
Su grandeza es un enano,
Su melarquía un truhán.

Los dineros del Sacristán
Cantando se vienen y cantando se van.

Labra el letrado un Real
Palacio, porque sepades
Que interés y necedades
En piedras hacen señal;
Hácelo luego hospital
Un halconero pelón,
A quien hija y corazón
Dio en dote, que ser le plugo,
Para la mujer verdugo,
Para el dote gavilán.

Los dineros del Sacristán
Cantando se vienen y cantando se van.

Con dos puñados de sol
Y cuatro tumbos de dado
Repite el otro soldado
Para Conde de Tirol;
Fénix le hacen Español
Collar de oro y plumas bellas;
Despidiendo está centellas
De sus joyas; mas la suerte
En gusano le convierte,
De pájaro tan galán.

Los dineros del Sacristán
Cantando se vienen y cantando se van.

Herencia que a fuego y hierro
Mal logró cuatro parientes,
Halló al quinto con los dientes
Peinando la calva a un puerro;
Heredó por dicha o yerro,
Y a su gula no perdona;
Pavillos nuevos capona,
Mientras francolines ceba,
Y al fin en su mesa Eva
Siempre está tentando a Adán.

Los dineros del Sacristán
Cantando se vienen y cantando se van.



Poema Los Blancos Lilios Que De Ciento En Ciento de Luis De Gongora



Los blancos lilios que de ciento en ciento,
Hijos del Sol, nos da la Primavera,
A quien del Tajo son en la ribera
Oro su cuna, perlas su alimento;

Las frescas rosas, que ambicioso el viento
Con pluma solicita lisonjera,
Como quien de una y otra hoja espera
Purpúreas alas, si lascivo aliento,

A vuestro hermoso pie cada cual debe
Su beldad toda. ¿Qué hará la mano,
Si tanto puede el pie, que ostenta flores,

Porque vuestro esplendor venza la nieve,
Venza su rosicler, y porque en vano,
Hablando vos, espiren sus olores?



Poema Lloraba La Niña de Luis De Gongora



Lloraba la niña
(Y tenía razón)
La prolija ausencia
De su ingrato amor.
Dejóla tan niña,
Que apenas creo yo
Que tenía los años
Que ha que la dejó.
Llorando la ausencia
Del galán traidor,
La halla la Luna
Y la deja el Sol,
Añadiendo siempre
Pasión a pasión,
Memoria a memoria,
Dolor a dolor.
Llorad, corazón,
Que tenéis razón.

Dícele su madre:
«Hija, por mi amor,
Que se acabe el llanto,
O me acabe yo.»
Ella le responde:
«No podrá ser, no:
Las causas son muchas,
Los ojos son dos.
Satisfagan, madre,
Tanta sinrazón,
Y lágrimas lloren
En esta ocasión,
Tantas como dellos
Un tiempo tiró
Flechas amorosas
El arquero dios.
Ya no canto, madre,
Y si canto yo,
Muy tristes endechas
Mis canciones son;
Porque el que se fue,
Con lo que llevó,
Se dejó el silencio,
Y llevó la voz.»
Llorad, corazón,
Que tenéis razón.



Poema Llegué, Señora Tía, A La Mamora de Luis De Gongora



Llegué, señora tía, a la Mamora,
Donde entre nieblas vi la otra mañana,
Desde el seguro de una partesana,
Confusa multitud de gente mora.

Pluma acudiendo va tremoladora
Andaluza, extremeña y castellana,
Pidiendo, si vitela no mongana,
Cualque fresco rumor de cantimplora.

Allanó alguno la enemiga tierra
Echándose a dormir; otro soldado,
Gastador vigilante, con su pico

Biscocho labra. Al fin, en esta guerra
No vi más fuerte, sino el levantado.
De la Mamora. Hoy miércoles. Juanico.



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