poemas vida obra marita troiano

Poema Proserpina En Madison Avenue de Marita Troiano



La ciudad de Borsippa está muy lejos de sus ojos
Mientras va,
Fantasma en su lujuria
a la busca de un velo
que lo cubra y lo salve
Mientras va,
persiguiéndolo ciego
por la senda que ascendía
la calle Cuarenta y dos y Broadway

/dónde quedó tu agua fluyendo?
De dónde tú hechicero y peregrino
Desolado en tu propio laberinto?/

La mano trémula, insensata
subrayando la malicia
dibujándole el contorno de los labios
a la indócil Proserpina
/la hija de Ceres trasnochada/
Entonando un madrigal por Times Square
recordándoles a los vagabundos de la luna
que Pan nació en la Arcadia
y que él,
no tiene nada
Ni visa de residente
Ni Social Security
Ni American Express para sus cuentas

Y los tragó la noche
sin más solemnidades
Como una teodicea inesperada
Con un rumor de frenos apurados
de taxis amarillos
que recogen maldiciendo
feligreses de los teatros
y alumbrados ambos con muy poco
Con el malsano brillo de un estilete fiero
/lima de uñas, compañero inseperable del bolsillo
abrelatas oportuno en los picnics de cemento
Ganador de un agujero entre sus filos/.

No todos llevan un nombre en Nueva York
/urbe fatal revivida con la sangre de sus muertos/
pero este ?subterráneo-ciudadano sí
Se llama Ainisuel
Es una lengua muerta
En un idioma oculto entre las piedras de Rockefeller Center
(por donde vende baratijas a las gentes)

Y son enigmas sus orígenes
/podría ser de Guatemala par algunos
por el corte del cabello,
o tal vez el fugitivo de un pueblo sexualero
donde no había arena
y se amamantaba con sudor/
Pero llevaba barro entre sus letras
y guardaba su sombra sigilosa
en un rincón del muelle
dentro de un arca de ciprés.
(Inmigraciones piensa que es Plutón con disfraz de callejero)
Nadie da más razón de Ainisuel.

Y Proserpina
La de indomable cabellera y senos voluptuosos
/como naranjas de cascaras muy gruesas/
sigue de cerca el ulular del viento
con sus muslos en ángulo perfectamente obtuso.
Torturándose el olfato con aromas
de esa piel color de tierra, sabor a sal
Girando girando alrededor de un cheque en blanco
y por instinto americano,
masca dos chicles a la vez
en sobrehumano esfuerzo por endulzar el gesto
/y todo aquéllo
merced a su oficio paganero
al marketeo de apareos obligados
en su trepidante altar de Madison Avenue, ciudad de Nueva York/

Proserpina es mitológica
Desigual e indefinida
Un hada roja con la garganta seca
humedecida a veces con fellatios
La divinidad urbana incapaz de vuelos
de más de tres metros de altitud
la amiga del neón, a la que beben el alma
en sorbos clandestinos
los cronistas de una radio
y unos viejos mormones que olvidaron Utah
y escribieron en sus vientres
una postdata a Satanás.

Proserpina,
la divina Proserpina
Obsesión sagrada de Plutón
Dejas tu esquina
Estás viajando por la noche
con este hijo, tal vez de Costa Rica
/que bien podría ser un totem animado
o un discreto plumajero en Filipinas/
Con la existencia resignada
Conmutando una condena de reina destronada
por ninfetas de quince años
nacidas del corazón del Bronx.

Y se mantiene muda/ha advertido la llegada del diluvio/
Y se mantiene quieta/ha descubierto a su sombra fugitiva/

En un amanecer tardío
el New York Times violenta una sección
de su cuerpo de papel
y reaviva, con un decir sereno
de una crónica infeliz
detalles del encuentro
entre la dura de la noche
y el de las cejas negras
El hechicero raro que dicen que tenía
la caligrafía mejorada
cuando escribe con acero sobre piel

Oh, cruel amante rechazado!
Oh, estilete impío de redomados filos!
Cumplieron a su modo
algún ritual de fe
antes de la luna nueva
Tornando una existencia
en estrechez, en muérdago
en dos metros de tierra
donde podrá crecer la yerba.

Tragedia ingrata de la calle
Doloroso vacío de poder para siempre
en esa esquina

Caravaggio ha prometido pintar
Un claroscuro más /para Sotheby?s/
con la sangre derramada
Friné esta latigando a las estatuas de sus dioses protectores
y Hermes se conforma con calzar alas que lo guíen
hacia el reino de Hades
Para ver a Proserpina entrando presurosa
y sin su velo.



Poema Overcharge de Marita Troiano



sin detener el rumbo de los cascos

ni los restos de viento sobre el puente

o los zapatos vencidos

por la pisada magra y sin destino

En venerados bosques

Con un temblor gitano

Rabiando nubes y secretos

Bajo la luz o al frío

Con todo lo que sea o

lo que pudo ser

Tengo miedo de morir

con tu nombre entre mis labios.



Poema Los Días De La Inocencia de Marita Troiano



En el sesentidos éramos pocos en Chincha
La moral era clara
Nos conocíamos todos por nombres apellidos
Por signos
Por origenes
Algunos viejos rechazaban la costumbre de vivir
Y otros iban lento por las horas
Con sus libros cabalgando en los bolsillos
Con retazos de sol entre las manos
Hacia un pálido cielo Mudándose al silencio

Se andaba sin temor a la extinción
Entre plazuelas quietas con palmeras bordadas
Entre la luz polvosa
Sabiendo a las almohadas inocentes
El cuerpo cultivado en buena tierra
La sangre fresca

En el sesentidos hubo un verano largo y
muchas tardes lentas
Las sonrisas se cosieron a las sombras
y el alma se nutría a sol y caña dulce
Recostados en murallas de adobe
Retozando tibios entre milagros perezosos
con el metabolismo lento
Dibujando pisadas con zapatos de charol
Los trajes blancos y sombreros con gracia los domingos

Creyendo saber mucho del diluvio universal
De la uva negra
De los gallos haciéndonos nacer muy pronto
Del rumor del sol en la floresta
De las sábanas de hilo
Del mantel manchado en Navidad con vino tinto

En el sesentidos dormíamos temprano
(salvo en la Nochebuena y para la procesión del
Señor de los Milagros)
Los insomnios venían extranjeros
con las tierras de Arabia y lepra en technicolor
Los filisteos y Sansón entre pantanos
Y ese león de la Metro rugiendo en ecranes gastados

En aquel tiempo
todos pensábamos que el Papa era un santo
Kennedy un ángel de los cielos
Y rojo muy rojo todo el diablo
No nos herían el tiempo o los inviernos
Mariposas amarillas cubrían firmamentos
Y en noches de luna llena
Venían de visita los ancestros

En el sesentidos tuvimos dos eclipses
Un sol furioso al mediodía tres semanas
Y cincuentaycuatro tías montadas en tacones
Cansando letanías a quienes saludar por las mañanas
Aquel año sentí temor de Dios
Vergüenza de mentir y fueron mis pezones mas rosados
Me corrí del azufre como aroma del maligno
Y escuche dos maldiciones al vicario mayor
Por debajo de la luna que?
se tornó amarilla de repente

En el sesentidos estaba todo en orden
Mi cuello mi casa mi columna vertebral
y mi esperanza
Era tiempo de caricias
De cuentos de Calleja
De nueva historia universal
Éramos la gente de ese pueblo junto al mar
Que leía el periódico muy tarde en las mañanas
Éramos con la risa quebrando los temores
Alejadas las lágrimas
Jugando ?mundo?en la vereda con
cáscaras de plátano resecas
aliento a mantequilla
y a mermelada de ciruelas hecha en casa

En el sesentidos era feliz

Qué duda cabe!

Tenía apenas nueve años
Alejada la malicia de vivir
Iba sin soledades y mil sueños
corriendo por mi aldea consagrada

Fue un buen año aquel sesentidos
Muy buen año
De veras



Poema La Huésped Favorita De Mi Vida de Marita Troiano



Te amé desde el principio de tus días
cuando te cobijé en mi vientre
en ese fluído mágico
latiendo mis latidos
sudando mis sudores
esperando tu tiempo
No existía tu sombra
Eras una metáfora animada
germinando
materia de esperanza
(Cuando naciste
supe lo que era ser feliz
Esa palabra que creía solo una grafía escarlata)
Y pasaron los días de los años
y atravesamos por ellos de la mano
sumidas en la fábula
reconociendo el agua, la tierra y los colores de las cosas
robándonos un sol por las mañanas
constelaciones de plata
los luceros.
Eres una mujer chiquita
de cereal arcilla y coca cola
y cuanto más te conocía más te amaba
Golpe de suerte de mis entrañas veleidosas

El tiempo aquel se ha ido lejos
Hoy tienes diecisiete
y respetando el tiempo
se marcharon los tules, las hadas y los cuentos
los pétalos de azúcar
las sonrientes muñecas de polipropileno
el uniforme azul
tus pasos en silencio
Hoy siento que te escapas
hacia un jardín sin cercas.
(Estás abriendo puertas
temo cerrar ventanas
hoy que nuestras sombras se separan)
Se me vuela el alma
Estoy olvidando mi sonrisa
Conocerás la noche
Venus en ciernes
Verás que extraña y bella es su negrura
Caminaras sola
bajo los brazos transparentes de la luna
dueña de mil secretos
Empieza la aventura de vivir
ahora vuelas
expuesta al viento, a la lluvia, a las tormentas
Habrás de consentir a tus demonios,
Meterse fieros por entre tus costillas
Amar la soledad de cualquier día
Desear los días solos en silencio
y dar aliento a tus horas.
Conságrate a la vida sin temores
vive esa pirámide de fuego
que a tu edad se lleva dentro
Eres de las mujeres nuevas
de las que no se ciegan con relámpagos
de las que no se cansan en caminos con espinas
Mantén tu risa fresca su aroma de duraznos
Respeta al mar, sé amiga de mareas
del líquen, de la arena
Cumpliste diecisiete
ya eres una mujer hecha y derecha
Y aún sigo creyendo
que el amor y los milagros
no se dan todos los días
Para mí se hicieron ciertos cuando llegaste
aquella tarde rara en que le vi el perfil a Dios
Y hoy como al inicio de tu historia
sigues siendo la huésped favorita de mi vida.



Poema Isotermia de Marita Troiano



Te supe un condenado otoño
Al ras de las cortezas
En el sinuoso curso de meandros

Choque brutal de pupilas perplejas
Vorágine apretando estupro con el cielo
Acunándonos el vértigo Iniciados babilonios

Te supe a media voz Con un deseo mágico
Rozándonos tobillos los secretos más
Profundos del pecado

Sabía que existías
Que te extendías grave en severos firmamentos
Que conjugabas hechizos y serpientes

Que mecías tu cuerpo entre sombras ajenas y neblina
Que tu gula era salvaje
Que te enviaba Belili el infernal

Me convenció tu juego irreverente
Tu descarnada afrenta Tu azul arcano
Tu ser de sorpresiva ráfaga encantador heraldo

Y pregunté mil cosas esa noche
Era otoño Contestabas de perfil
Repasando obrajes de tu lengua por mis labios

Desbaratamos trágicas hipótesis empanadas ordalías
Amable triunfó la rosa de los vientos
Y mi mano fue a tu mano

Sentimos nos unía la linea el tiempo el color
Robando el paraíso lo trepamos entre estelas jeroglíficas
Colmamos tabernáculos de Ishtar con corderos y un buey blanco

Ondulando recíprocos por una ciencia infusa
Por una rara geometría acortando distancias de mortales
ufanos entre sables curvos propicia luna vino en cráteras

Tu calor era regresando del exilio
Incontenidas pasiones estallaban las arterias
Isotérmicos derruímos prologales muros del temor o la vergüenza

Aquella noche la primera Era otoño
Estación para gente de savoir vivre de savoir faire
Nosotros

Aquella vez se perdieron tus ojos en los míos
Y yo sin detener el alma
logré despedazar a tu tristeza



Poema Golpe Al Corazón de Marita Troiano



golpe de corazón adiamantado
pregón que rasga el celofán
contumaz eco de resentida arteria

bulle la sangre hierve
sin límite o clemencia
por el placer la pena
cautiva sangre de lujuria y réproba violencia
con la suntuosidad del gozo
con la estocada impía
con la esclavizada péndola
que mis manos agita

y erguido el golpe Brutal
Con un sentir callado de
muerte sustantiva
/dixit/Sépase del latido
irregular del corazón
pulso fatal y extravagante
Por esta vez
llamémosle EXTRASISTOLE



Poema Fauna Y Flora Sin Amaneceres de Marita Troiano



nos volvemos al álgebra y los versos
a la zozobra infinita
obviando cicatrices que dejan en la hoja
la inflorescencia inútil
en campos cuando vientos guían semillas
por rumbos de desiertos
Nos volvemos sin porqués
brotes embrionarios ejecutando mar y luna
en días venideros y pasados
con atributos de primario tallo/bocatto de murciélagos/
rinoceronte negro felino hierro
eclipsando inocencia de capullos
floral de rosas
Viva hoguera el toque de tus dedos
Yema escamada con átomos de hidrógeno
languideciendo miembros
Algas marinas atoradas de océano
En el canje y en la anáfora
Germinación de plantas primitivas
Identidad botánica
confesando pobrezas
en lo propio
en lo ajeno
somos fusión de frutos vasculares
en natural recinto con vestigios de hojas
y saudades
Donde el bárbaro reloj entreveía
hacer cadáver todo con su latiendo olvido
Mientras el falo-anguila impúdico en gajes del oficio
radiado ultravioleta
blande su biología
en mi despensa monocotiledónea
Asegurando proteínas y el polen tricolpado
en un foliar de Venus cazamoscas
Cuando gira tomándonos la mano
la flora de animalizada huella

Cuando el ala del ave con venganzas
es un segmento de rojas mariposas
Y hay un suspiro apenas en la observante rana
Una nota levísima de pena en el tímpano del pájaro
Primarias plumas jamás recuperadas en
el arborescente helecho que gobierna
Tentáculos de pulpo en cursos advertidos de la dinámica alga
Nos volvemos usureros de la polinización
Ora silvestre pino / Ora pedunculado sauco
En mayor o menor grado trompa prensil de arácnido
ocupado en empañar cenáculos
Foliosos líquenes lirios negros
Acaso acacias de ejes carnosos impelidos
Con digitado cáliz en recepción de un tallo altivo
que se engrosa en regulado ritmo en quehaceres subterráneos
Con primorios seminales sin calcular excesos
sobre tálamos ruidosos o somnolientas chacras
En un polvoso limbo que devora
aquel amanecer que vemos nunca
Al que inventamos pordioseando
desde un pálido sueño
o desde la vigilia que fatigada implora
un mundo al mundo
Cuando reposa mi carnívoro cáliz de tu salvaje fauna
Cuando descansa tu acuático tallo de mi insolente flora
Allá en el fin
Suspendidos



Poema En Lo Esencial de Marita Troiano



No hago cosas distintas a la gente
(bebo duermo me despierto tengo insomnios
Alguna vez sonrío indiferente)
Extasiada contemplo a las hormigas
con una candidez sin presunciones
Hago el amor voraz
A veces triste
Maldigo los impuestos
Creo enfrentar al mundo desde un banco de hierba
Y al caminar de prisa
Me suda como a usted la frente

Ser poeta no me vuelve diferente
(digamos en un sentido estricto)
Apenas algo rara por las noches
Cuando miro a la luna cara a cara
Y me carga de presagios
Y latiga mi faz
Y con su luz me embriaga
Cuando aspiro del campo sus olores y me nace
un océano de decires
Cuando el fuego deja marcas en mi sombra
Cuando ensayo danzas con la aurora
Cuando esparzo mi cuerpo en una playa
Cuando remonto el infinito con un beso
Cuando columpio mi todo al borde de quebradas
Después en lo esencial
Soy igual al resto de la gente
A veces pulcra a veces despeinada
Cruzando calles ciegas saltando cercas altas
Asombrada conmovida desterrada

Peregrina de cafés
Testigo de crímenes perfectos
Agudo protoplasma en una esquina
Esperando los días del invierno frío
Calculando destinos en indulgentes cábalas
Soy pues igual a todo el mundo
Salvo cuando desesperada
Al filo de desnudas madrugadas
Quiero ser flor
Quiero ser piedra
Arena
Águila
Y muero un poco mas
por tanto desear ser tantas cosas
Y mis mejillas a diferencia de otras
Se tornan transparentes



Poema Confesión de Marita Troiano



(Practico con regular frecuencia
actividades solitarias
rituales ajenos, comunes circunstancias
u otra cosa, de cualquier naturaleza
Cocino los feriados y domingos
Escribo lánguidos versos por las noches
alimentando insomnios penitentes, repetidos
y por ultimo,
me masturbo
en la ducha, en las mañanas
dominada por el aroma de dudosos jabones
y abundante espuma blanca

Si alguien considera que necesito compañía,
para cubrir una posible deficiencia en mi conducta
puede hablarme cualquier tarde
Presentarse,?
Y si cumple con algunos requisitos mínimos
como, hablar lento
y tener los ojos claros
compartiremos el domingo las recetas
le permitiré transcribir con letras góticas mis versos
y cuando caigan por el suelo
las restricciones consabidas,
y las ropas
viviremos un ménage a trois con mi tristeza.)



Poema Casi Una Vida de Marita Troiano



Cumplí trecientos años de antropoide incesante
Recomponiendo la luz
Visitando abismos
He cumplido tres siglos de desdeñosa faz
De corrupta azucena encendiendo juventudes
A radicales grietas de mi anunciada vejez
– victoria indiscutible de un verdugo sin decoro
que acaricia mis cuencas con tijeras con cuchillos
verdugo que muge y muge con el viento
sus conjuros-

Cumplí trecientos calendarios de papel
Pretendiendo robar alturas a las cumbres
Humedad al agua
Paz al silencio
Prendida del lenguaje precipitando sueños
Reventando la bestia acurrucada que escupe aburrimiento
En un lugar de nadie
Fusionada a la hiedra
Ajado el ghetto
Cumplí trecientos años negándome a ser parte del imperio
Del engaño / sumida en mi esfera marginal/en una
Inflorescencia de flor unisexual
En mi confín secreto
Barriendo con los pies pedazos de mi selva
(fragmento de almas / noción de patria y redención
tristeza por el número infinito)
Cumplí no sé cuantas campanadas de reloj
En un profundo océano
Hecho líquido el tiempo
En sendas nubes gaseoso evaporado
Al revés el alfabeto
Añorando terca al pleistoceno
Y a Quetzalcoátl la serpiente de emplumado aspecto
Solemnizando anatomías por la fuerza
Haciendo iridiscente la miseria
Con rabia por no entender la Via Láctea
Sumisa a bosquecillos
La demencia larga En descalabro mis arterias
Descifrando inútilmente lenguaje de gaviotas
Alrededor de extraños sin rostros y sin manos

Cumplí trecientos anos!
Casi una vida
-así como Matusalén-
Sembrando de ignorancia tantas playas
Mi libertad en embrión
Estrechada masoquista impotente
Bautizando mensajes junto a la protohistoria
Insistiendo con la tierra
Acusada de vivir tanto y poco
Tanto y nada

…Subversiva sin embargo



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