poemas vida obra p

Poema Parque Central de María Eugenia Brito



Abandonada de ti
te llevo en mí
como la antigua Venus
su belleza en los brazos rotos
sabiendo que al final de mí
me esperas tú
para cortármelos.



Poema Poemas Con Sol, En Tres Tiempos (fragmento) de Nadia Contreras



I

En el adentro de un corazón en jirones:

                                    voces desgajadas 
                                    en el filo de la tragedia. 

            Cierro los ojos: 
            cuerpos, túneles en oscura sangre, 

                                                            avispas, 

                                                cantos de palomas 
                                                como maldiciones,    
                                                                        conjuros. 

Si el sol 

por un instante? 

             La casa es tumba vacía.

             ¿Quién viene a consolarme? 

            Escucho pasos, 
                       pero las puertas 

                       no se abren.

Soy una raíz. 

Una raíz torcida 
bajo el nido 
de los coyotes.

Ayer dije: 

            río, 
            montaña, 
            cascabel. 

La imaginación 
no da 
para tanto. 

II

En la mesa del quirófano
soy el cuerpo 

y las próximas 24 horas 

No sentiré nada
           ?acaso un cosquilleo
            un ligero ardor?

?Cuando despierte 

todo habrá pasado?
?dicen?

Al fondo del sueño:
                       una casa vacía, 
                       una montaña

¿Por cuánto tiempo más he de morirme?

¿Por cuánto 

buscarán en mí 

lo que no existe?

III

Estoy dispuesta 

dispuesta

a dejarlo todo: 

            mis poemas, 
            mis libros,
la muñeca que soy 

            frente al espejo 

            del invierno.

No puedo más. 
La soledad corroe, 

su corriente, agua en brío. 

Despertar es arder,
dentro de mí:
            la mujer 

de la flor y la manzana
                    : el látigo de su ausencia. 

Algo andaba mal 

                       desde entonces
el rumbo, 
mi ascendencia 
de hombres 
y mujeres absortos. 

             [Mira: me quitaron los senos, 

            el vientre 
              del que ahora nacen ramas secas]

Contra el orgullo 

                                      estoy dispuesta. 
Y que el amor
de una vez por todas

se quiebre como una nuez.



Poema Poema (fragmentos) de Myriam Moscona



El dios hijo cordero lobo en aguas de fondo inmenso calamar el dios
del soplo man in black el dios de estar en cavidades donde el negro
es primario ningún color El dios llameante

negro marfil sube al cúmulo de mí

seremos eco en sus porciones

sólo fragmentos

carencia

estatua en negro marfil black ivory

aquí los corazones

como la cabeza de Juan

y yo: despierta

Se es feliz en lo infeliz se es negro en blanco black in man se es
carbón molido se es color el miedo y el lugar del miedo se es la
esposa y el padre se es la hija la hermana la piedra cristal
soplado se es el cuerpo y el espíritu santo el dogma la consu-
mación El deseo incumplido el secreto guardado la pira del secreto
Desdicha en lo supuesto feliz Avanza la expiación

*

Se encuentra el amado entre sábanas negras se incorpora se vuelca hacia la piedra con trapo húmedo la moja aparece un fresco en rojos y amarillos La música porosa En tierra de nadie en tierra de ocres: La fe

*

Son melancólicos los tonos son deliberadamente en platas oigo las cuerdas contra el chelo oigo el arpa son los tonos no elegidos Son lo que son lo que empincela en tinta el borde de los cuerpos Como un país Como la lluvia de un país Como la lluvia del arpa contra el chelo: los dedos hurgando el punto de la emanación el punto negro-llama el centro de equilibrio llueve hacia el vacío dedos hurgando en el origen de un color que se degrada El todo se cierne en un aquí: donde se toca el propio extravío

*

Era el humo liberado de un incendio el gris elevante que surcaba el negro aún en el temblor los cuerpos se amalgaman están en otro y vuelven a lo solo como un vapor

En lo envolvente Como un dibujo

En marca de agua He perdido

Me he plegado Dónde

Si no El sino

De estos días



Poema Por Qué Amo Yo La Muerte de Miriam Elim



¿Verdad que tú no sabes por qué amo yo la muerte?
Porque es el fin piadoso de esta jornada loca
en que es una sentencia el jamás poseerte
ni como a aquella flor que con unción se toca.

Porque la piedra fría con que oculte al mundo
la caridad consciente de algún piadoso hermano,
a mis huesos dará un calor más humano
que el que me den tus ojos de mirar tan profundo.

Tan profundo y mezquino…
ni una lágrima vierte de sus entrañas nunca.
El sol de su mirada mi jardín floreciera.
Por faltarme su luz está mi vida trunca.

¿Verdad que ahora sabes por qué amo yo la muerte?
Porque aunque tú me niegas todo cuanto te pido,
es muy cruel agonía el ir siempre temiendo
que despiertes mis ojos, puedan dejar de verte.



Poema Poema De Tu Voz de Miguel Otero Silva



Tu voz puebla de lirios
los barrancos soleados donde silban mis versos de combate.
Tu voz siembra de estrellas y de azul
el cielo pequeñito de mi alma.
Tu voz cae en mi sangre
como una piedra blanca en un lago tranquilo.
En mi pecho amanecen pájaros y campanas
cuando muere el silencio para nacer tu voz.

Amo tu voz cuando cantas
y hay un temblor de nidos y de bosques en tu garganta blanca.
Amo tu voz cuando cantas
y te estremece el ritmo de las fuentes que bajan de la montaña.
Amo tu voz cuando cantas
y sacude tu voz la ternura fecunda
de las brisas que transportan el polen en las tardes de primavera.
Amo tu voz cuando estás en silencio
porque el silencio es un sutil presagio de tu voz.

Y amo tu voz con un amor intenso como la muerte
cuando ella se deshoja en palabras confusas,
en palabras mojadas de tu aroma y tu sangre,
en menudas palabras que en la sombra me buscan
como niños perdidos,
en palabras quemantes como llamas azules,
en el tibio murmullo que no llega a palabra.
Amo tu voz intensamente en el corazón de la medianoche.
Cuando tu voz se abrasa en la selva incendiada de nuestro amor.



Poema Plegaria Del Joven Dormindo de Miguel Labordeta



Hermanas Estrellas:
¿Me escucháis?
¿Oís el palpitar de mi ardiente manantial tronchado
indagando su fervor de precipicio
en este planetario estío
de hermosura sin faz?
Vosotras, mis hermanas mayores:
¿qué sabéis?
¡Decidme! ¡Habladme del sentido del abismo
todo futuro sido en el espacio curvo…!
Contadme, mis hermanas gigantes,
contadme que fueron las borrascas nebulosas
preñadas de gérmenes dulcísimos
y de terribles olvidos sepultados
hacia una furiosa potencia en carne viva
devorándose a sí misma
en silencio y hormiga
labio y galaxia o brisa
siempre muerte resucitada…
¿Lo sabéis? ¿Sabéis a dónde iré yo?
¿Sabéis a dónde iréis vosotras,
mis lejanas hermanas?
¿Sabéis a dónde irá todo
cuando el Ojo Secreto
se aniquile en burbujas de Luz?
¿O no tendremos fin…?
¿Será todo como este ensueño
en que os sueño,
mis hermanas estrellas,
mis lejanas, mis gigantes hermanas?
¡Decidme! ¡Habladme!
¿Sabéis el destino de nuestros muertos
implacables de enigmas?
¿Qué sois,
anhelo puro,
vientres de luz?
¿Acaso pensamiento
de una serena grandeza fugacísima?
¿O frías criaturas de fuego
que esperáis algo inauditamente,
una mañana de primavera perenne quizá?
¿Lo sabéis? ¿O no conocéis nada?
¿O no existís ya
y sólo contemplo el último parpadeo
que lanzasteis sobre la Vía Láctea
cuando las cunas eran tan sólo
pleamares de lodo y semilla de engaño?
¿Me escucháis?
¿O no tienen respuesta mis palabras
de suicida recién nacido?
¿Nos encontraremos al final?
¿O el punto y el anciano,
la senda y el minuto,
el signo y la Bondad
son tan sólo perdidos amuletos de la Mente,
cenizas de fotones
callando nuestras fuentes milagrosas
polvo de melodías eternas,
certero enigma sin pupila,
derramándose sobre quietos lagos desconocidos?
¿Y yo? ¿Sabéis quién soy?
¿Os sonreís? ¿O sois ciegas?
Sí.
¿O sois ciegas como yo?
Hermanas Estrellas,
mis lejanas, mis gigantes hermanas
moribundas sin acto,
frágil nota acurrucada
como polen de otoño
o labio encendido de muchacha
que ha de morir.
¿Qué matriz cercenada
se abre en vuestro misterioso nido?
¿Qué pecado pavoroso columbra
vuestra incógnita?
¿Hacia qué Totalidad embriagada
os dirigís sedientas de promesa y descanso?
Contadme,
contadme vuestros mitos maravillosos
de amor hacia los soles inacabables.
¿O no sabéis nada? ¿O sois ciegas como yo?

Mis hermanas, mis lejanas y gigantes hermanas Estrellas.



Poema Pena Bienhallada de Miguel Hernandez



Ojinegra la oliva en tu mirada,
boquitierna la tórtola en tu risa,
en tu amor pechiabierta la granada,
barbioscura en tu frente nieve y brisa.

Rostriazul el clavel sobre tu vena,
malherido el jazmín desde tu planta,
cejijunta en tu cara la azucena,
dulciamarga la voz en tu garganta.

Boquitierna, ojinegra, pechiabierta,
rostriazul, barbioscura, malherida,
cejijunta te quiero y dulciamarga.

Semiciego por ti llego a tu puerta,
boquiabierta la llaga de mi vida,
y agriendulzo la pena que la embarga.

* *



Poema Pirotécnicos Pórticos De Azahares de Miguel Hernandez



Pirotécnicos pórticos de azahares,
que glorificarán los ruy-señores
pronto con sus noctámbulos ardores,
conciertan los amargos limonares.

Entusiasman los aires de cantares
fervorosos y alados contramores,
y el giratorio mundo va a mayores
por arboledas, campos y lugares.

La sangre está llegando a su apogeo
en torno a las criaturas, como palma
de ansia y de garganta inagotable.

¡Oh, primavera verde de deseo,
qué martirio tu vista dulce y alma
para quien anda solo y miserable!



Poema Pietà de Miguel Florian



Retrocedemos por los caminos harapientos
de la sombra, galopamos por los acantilados
de la miseria, ansiamos polvo, áspero polvo,
y dichosos caemos hacia la masa informe
de los gérmenes. Ansiamos raíces, nosotros,
los aéreos. Amamos polvo, oscuro, untoso polvo,
el osario donde se tienden los nombres, lava
gris de la hojarasca redimida, hacia el sueño
retrocedemos con nuestros cabellos enredados
en muérdagos. De nada sirve que la luz
nos envuelva con su manto espectral,
volvemos hacia atrás, buscamos la caída a lo ignorado,
necesitados de lo informe, avarientos de vértigos.
Nada anuncian las flores del almendro, intactas
y rojizas después de la nevada, ni el seno
abierto de la mujer como un ave indefensa.
Añoramos cada estallido de la herrumbre,
cada cicatriz sobre el tronco del roble,
los cascos del caballo sobre el légamo
cuando dispersan el tiempo, el sueño
que es olvido, y esa madre auríspice
que gime desde sus vísceras abiertas
y nos llama a su sangre, a lo innombrable.



Poema Por Favor de Miguel D´ors



Se van muriendo uno tras otro
como en las películas de náufragos
o de aviones estrellados en neveros incógnitos.

Sucumbió el portero de fútbol catequístico
y el bailarín de valses bajo la luz periódica de un faro

y el estudiante que sueña
un verano arqueológico en Egipto

y el insensato que sufre por unos ojos
que eran una sucural del Cantábrico

y el posible profesor de español en Colorado.

Ahora está agonizando -es evidente- el aspirante a gran
poeta
y no vivirá mucho el montañero que conoce por sus
nombres
todas las aguas de Belagua y Zuriza.

No sé cuáles serán los supervivientes definitivos,
los miguel d′ors que lleguen a la última secuencia
-que según los antiguos es el paso de un río-,
pero le pido al Cielo que en aquel grupo esté, por favor,
el muchacho que una tarde,
mirándote mirar el escaparate de la librería Quera
en la calle Petritxol de Barcelona,
empieza a enamorarse de ti como un idiota.



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