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Poema Pequeño Testamento de Miguel D´ors



Os dejo el río Almofrey, dormido entre zarzas con mirlos,
las hayas de Zuriza, el azul guaraní de las orquídeas,
los rinocerontes, que son como carros de combate,
los flamencos como claves de sol de la corriente,
las avispas, esos tigres condensados,
las fresas vagabundas, los farallones de Maine, el Annapurna,
las cataratas del Niágara con su pose de rubia platino,
los edelweiss prohibidos de Ordesa, las hormigas minuciosas,
la Vía Láctea y los ruyseñores conplidos.

Os dejo las autopistas
que exhalan el verano en la hora despoblada de la siesta,
el Cántico espiritual, los goles de Pelé,
la catedral de Chartres y los trigos ojivales,
los aleluya de oro de los Uffizi,
el Taj Mahal temblando en un estanque,
los autobuses que se bambolean en Sao Paulo y en Mombasa
con racimos de negros y animales felices.

Todo para vosotros, hijos míos.
Suerte de haber tenido un padre rico.



Poema Primera Madrugada de Miguel Arteche



Escucha, susurrante, el tiempo de las estrellas,
la silabeante madrugada que se acerca.
Escúchate el cuerpo que tembloroso aguarda,
la llave desolada del abrazo, el trémulo contacto,
la mano que te cierra los ojos, la tierra que se abre
con ignorados frutos. ¡Levántate, dormida!
La noche final te atraviesa,
todo el mundo nos atraviesa, nos envuelve.

Mi cuerpo está en ti.
Nuestros cuerpos gimen a través de la tierra.
Muerdo el gozo del rocío y levantamos las banderas del amor
en lo alto de los edificios orgullosos.
Y en ti tomo la humedad de los bosques,
las solitarias fuentes escondidas.
Y liberto en tu sangre los ríos en esta hora de las colinas que se
estremecen,
ahora que tú rasgas la noche que se aleja,
y yo surjo de ti, nutrido de tu amorosa profundidad.



Poema País Del Llano de Miguel Ángel Gómez



a Adelina del Carril de Güiraldes

Siento la pampa sola,
sus ojos más lejanos vencidos por el viento,
cuando el cereal se hunde como lunas
pujantes de belleza.

La pampa es diferente a todo otro planeta.

Mirad sus aguas. Caen calladamente,
su verde espacio inundan, solitarias, con lagunas de sueño.

Dejadme ver su aliento sumiéndose en los pechos,
sus colores de amante,
su lejano suspiro,
su deseo:
ese fulgor caído en su grandeza.

Quiero su luz para cavar guitarras,
sus potros desbordados como llamas quiero
y el árbol donde busca su lamento.



Poema Por Ley De Herencia de Melchor De Palau



Arrojáronlos, sí, pero en sus ojos
quedó impreso el hermoso panorama
del Paraíso, y la siniestra llama
de aquella espada, fulminando enojos.

Por eso al contemplarse todo amante
en las pupilas de su dueño amado,
ve en el fondo el Paraíso reflejado,
y chispas de la espada fulgurante.



Poema Presencia En El Olvido de Meira Delmar



Tú ya no tienes rostro en mi recuerdo. Eres,
nada más, la dorada tarde aquella
en que la primavera se detuvo
a leer con nosotros unos versos.

Y eres también esta tenaz y leve
melancolía que sus pasos mueve
sobre mi corazón,
y casi no es
melancolía…

Alguna vez yo tuve
tu rostro y tus palabras…
¡Hoy no sé qué se hicieron!

Hoy eres solamente
esas pequeñas cosas que se llaman
un día, un libro, el lento

caminar de la mano de la estrella,
y a veces, -pocas veces-, el silencio
fijándome los ojos desolados
en un sitio del aire, como ciegos…

Yo se que estás lejano de mi límite.
Que ya no eres ni la voz ni el eco…
si por el cauce de mi sangre subes,
llegas, vano fantasma, hasta mi sueño.

Y te quiero mirar, y es esta tarde
dorada, que ya dije,
lo que encuentro…

La tarde que tenía un campanario
entre los dedos
y una humana dulzura en la manera
de entendernos…

Tú ya no tienes rostro.
Ya no eres.



Poema Perfume de Meira Delmar



Vuelvo a tenerte, amor,
como si nunca
te me hubieras ido.

Tus manos me recorren
el rostro suavemente,
y te oigo la voz en un
susurro
que me roza el oído.

Vuelvo a tenerte
y pienso en el perfume
que de nuevo me hiere
aunque el jazmín no exista.



Poema Pasa El Viento de Meira Delmar



De aquel amor que nunca fuera mío
y sin embargo se tomó mi vida,
me queda esta nostalgia repetida
sin fin, cuando sollozo y cuando río.

A veces desde el fondo del estío,
llega la misma música entre oída
en el tiempo gozoso, la encendida
música que cayera en el vacío.

Y quiere asirla el corazón. Beberla
como un vaso de vino. Retenerla
para creer de nuevo en la dulzura.

Pero se escapa y huye con el viento,
y me deja tan sólo este lamento,
donde esconde su rostro la amargura.



Poema Poema De La Carne de Medardo Angel Silva



¡Carne del asesino, maldita podredumbre
que pende de las horcas en fúnebres racimos
y muestra a las pupilas de ávida muchedumbre
la malévola herencia que todos recibimos!…

Oh carne de los mártires (Gloria in excelsis Deo)
que de nuestro Rey Cristo son divinas cosechas;
Oh, labios siempre abiertos al consuelo de un Creo
¡divina vestidura traspasada de flechas!…

-Oh, carne de las vírgenes que la inocencia armiña,
nieve, azucena, estrella, lirio polar campiña
donde no puso amor la llama de su planta!

Hostia, carne de Dios para la cena mística,
y que, por el milagro de la gracia eucarística,
a nuestra carne inmunda une su carne santa!



Poema Poema Que Escribió Como Respuesta A Otro Que Le Envió El Poeta Al-muhannad, Antiguo Alumno Suyo, En La Que La Comparaba En Virtud A La Virgen María Y Como Poetisa A Al-jansa, Una Mítica Poetisa Pre-islámica. de Mayra Bint Abi Ya´qub Al-faysy



¿Quién puede disputar contigo en palabras y obras?
Te apresuras a ser generoso, sin que se te pida.
Mas, ¿cómo no mostrar mi agradecimiento
cuando has puesto en mi cuello, collar de perlas,
de gratitud por el pasado?
Me has adornado con alhajas
y aparezco resplandeciente
por encima de las qeu no se adornan con joyas.
Dios te ha concedido un noble carácter,
dulce como el agua del Éufrates y un poema de amor.
Tu poesía está llena de imágenes retóricas
y aparece como el más bello ejemplo.
Quien tiene como padre a la afilada espada,
no puede engendrar sino sables y lanzas.



Poema Poesía De Lo Propio de Maya Rossana Cú Choc



Nací mujer
predestinada
al llanto
desde siempre
bebí palabras
sumergidas en sueños
en mis dos países
hubo muros que
aún quiero derribar
-botar piedras de siglos
no es fácil
para cuatro niñas
de cinco años –
en mis dos países
aprendí a amar
a las de mi piel
de mi voz
de mi cuerpo
de mis lenguas
nunca encontré
mi camino
lo sigo buscando
nací mujer
nací sola
crecí sola
sigo
sola



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