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Poema Ser de Paul Éluard



Con la frente como una bandera perdida
te arrastro cuando estoy solo
por calles heladas
por cuartos negros
proclamando infortunios

No quiero abandonar
tus manos claras y complicadas
nacidas en el encerrado espejo de las mías

Todo lo demás es perfecto
todo lo demás es todavía más inútil
que la vida

Excava la tierra bajo tu sombra,
un estanque junto a los senos
donde hundirse
como una piedra.

Versión de Luis A. Cano



Poema Nusch de Paul Éluard



Los sentimientos aparentes.
Ligereza del acercarse.
La cabellera de las caricias.

Sin preocupación, sin sospechas.
Tus ojos se entregan a lo que ven:
Son vistos porque ellos miran.

Confianza de cristal
entre dos espejos.
Tus ojos se pierden en la noche
para añadir el insomnio al deseo.

Versión de Luis A. Cano



Poema La Muerte, El Amor, La Vida de Paul Éluard



Creí que me rompería lo inmenso lo profundo.
Con mi pena desnuda, sin contacto, sin eco,
me tendí en mi prisión de puertas vírgenes
como un muerto sensato que había sabido morir.
Un muerto coronado sólo de su nada …
Me tendí sobre las olas absurdas del verano
absorbido por amor a la ceniza.
La soledad me pareció más viva que la sangre.

Quería desunir la vida,
quería compartir la muerte con la muerte,
entregar mi corazón vacío a la vida
borrarlo todo, que no hubiera ni vidrio ni vaho…
Nada delante, nada detrás, nada entero.
Había eliminado el hielo de las manos juntas,
había eliminado la osamenta invernal
del voto de vivir que se anula.
Tú viniste y se reanimó el fuego,
cedió la sombra el frío,
aquí abajo se llenó de estrellas
y se cubrió la tierra.
De tu carne clara me sentí ligero…
Viniste, la soledad fue vencida,
tuve una guía sobre la tierra y supe
dirigirme, me sabía sin medida,
adelantaba ganaba tierra y espacio

Iba sin fin hacia la luz …
La vida tenía un cuerpo, la esperanza tendía sus velas
promisoria de miradas confiadas para el alba.
De la noche surgía una cascada se sueños.

Los rayos de tus brazos entreabrían la niebla.
El primer rocío humedecía tu boca
deslumbrando reposo remplazaba el cansancio.
Yo amaba el amor como en mis primeros días.

Los campos están labrados las fábricas resplandecen
y el trigo hace su nido en una enorme marea,
las mieses, la vendimia, tienen muchos testigos,
nada es singular ni simple,
el mar está en los ojos del cielo o de la noche,
el bosque da a los árboles seguridad
y los muros de las casas tienen una piel común,
los caminos siempre se encuentran.

Los hombres están hechos para entenderse
para comprenderse, para amarse,
tienen hijos que serán padres de los hombres,
tienen hijos sin fuego ni lugar
que inventarán de nuevo a los hombres,
y la naturaleza y su patria
la de todos los hombres
la de todos los tiempos.

Versión de Andrés Holguín



Poema La Costumbre de Paul Éluard



Todas mis amiguitas son jibosas;
Ellas aman a su madre.
Todos mis animales son obligatorios,
Tienen patas de mueble
Y manos de ventana.
El viento se deforma,
Necesita un traje de medida,
Desmesurado.
He aquí por qué
Digo la verdad sin decirla.

De «Mourir de ne pas mourir»

Versión de Aldo Pellegrini



Poema La Aventura Pende de Paul Éluard



La aventura pende del cuello de su rival
El amor cuya mirada se encuentra o se extravía
En los espacios de los ojos desiertos o poblados.

Todas las aventuras del rostro humano
Gritos sin eco signos de tiempos muertos que nadie recuerda
Tantos rostros hermosos tan hermosos
Ocultos por las lágrimas
Tantos ojos tan seguros de sus noches
Como amantes que mueren juntos
Tantos besos al abrigo de la roca y tanta agua sin nubes
Apariciones surgidas de ausencias eternas
Todo era digno de ser amado
Los tesoros son paredes con sombra ciega
Y el amor está en el mundo para olvidar al mundo.

De «Défense de savoir»

Versión de Aldo Pellegrini



Poema Enamorada ( Otra Versión ) de Paul Éluard



Está de pie frente a mis párpados,
sus cabellos entre los míos.
Tiene la forma de mis manos
y tiene el color de mis ojos.
Y fui por ella devorado
como una isla por el mar.

Tiene los ojos siempre abiertos,
me tiene siempre desvelado;
a plena luz sueña sus sueños
que hacen declinar el sol,
me hace reír, me hace llorar
llorar y reír, y hablar
sin tener nada que decir.

Versión de Eduardo Carranza



Poema En El Corazón De Mi Amor de Paul Éluard



Un hermoso pájaro me muestra la luz
Que aparece claramente en sus ojos
Un pájaro que canta sobre la bola de muérdago
En medio del sol.

*

Los ojos de los animales cantores
Y sus cantos de cólera o de hastío
Me prohiben dejar este lecho
Donde pasaré la vida.

El alba en países sin encanto
Toma las apariencias del olvido
Y si al alba una mujer conmovida se adormece
Al caer de cabeza, su caída la ilumina.

Constelaciones,
Conocéis la forma de su cabeza.
Aquí todo se oscurece:
El paisaje se completa, las mejillas se encienden
Las masas disminuyen y circulan por mi corazón
Unidas al sueño.
¿Y hay quién quiera tomar mi corazón?

*

Jamás soñé con noche tan bella
Las mujeres del jardín tratan de besarme
Sostenes del cielo, los árboles inmóviles
Abrazan fuertemente la sombra que los sostiene.

Una mujer de corazón pálido
Guarda la noche en sus vestidos
El amor ha descubierto la noche
Sobre sus senos impalpables.

¿Cómo poder gozar de todo?
Mejor borrarlo todo.
El hombre de la movilidad total
Del sacrificio total, de la conquista total
Duerme. Duerme, duerme, duerme.
Borra con sus suspiros la noche minúscula, invisible.

No sufre ni frío ni calor.
Su prisionero se ha evadido para dormir
No está muerto, duerme.

Mientras dormía
Todo lo asombraba,
Jugaba ardorosamente,
Miraba,
Oía.
Su última palabra:
«Si volviera a empezar, te encontraría sin buscarte».

Él duerme, duerme, duerme.
En vano el alba alza la cabeza,
Él duerme.

De «Mourir de ne pas mourir»

Versión de Aldo Pellegrini



Poema En Abril De 1944, Paris Todavía Respiraba de Paul Éluard



Descendíamos hacia el río fiel: ni su ola ni nuestros ojos habían
abandonado a París.
No pequeña ciudad, sino ciudad infantil y maternal.
Ciudad que todo lo atraviesa, como un sendero de verano,
lleno de flores y de pájaros, como un beso profundo, lleno también
de niños sonrientes, y de madres frágiles.
No una ciudad en ruinas, sino una ciudad compleja, marcada por
su desnudez.

Ciudad entre nuestras muñecas como una atadura rota, entre nuestros
ojos como un ojo ya visto, ciudad repetida indefinidamente como un
poema.
Ciudad siempre semejante a sí misma.
Vieja ciudad… Entre la ciudad y el hombre no había ni siquiera el espesor
de un muro.
Ciudad de la transparencia, ciudad inocente.

Entre el hombre abandonado y la ciudad desierta, había más que
el espesor de un espejo.
Sólo había una ciudad que presentaba los colores del hombre, tierra
y carne, sangre y savia.

El día que juguetea en el agua, la noche que muere sobre la tierra.
El ritmo del aire puro es más fuerte que la guerra.
Ciudad con la mano tendida, y, entonces, todo mundo ríe y todo mundo
goza. Ciudad ejemplar.

Nadie pudo saltar los puentes que nos conducían al sueño y del sueño
a nuestros sueños y de nuestros sueños a la eternidad.
Ciudad perdurable, donde viví un día nuestra victoria sobre la muerte.



Poema El Espejo De Un Momento de Paul Éluard



Disipa el día,
Muestra a los hombres las imágenes desligadas de la apariencia,
Quita a los hombres la posibilidad de distraerse,
Es duro como la piedra,
La piedra informe,
La piedra del movimiento y de la vista,
Y tiene tal resplandor que todas las armaduras y todas las máscaras
quedan falseadas.
Lo que la mano ha tomado ni siquiera se digna tomar la forma
de la mano,
Lo que ha sido comprendido ya no existe,
El pájaro se ha confundido con el viento,
El cielo con su verdad,
El hombre con su realidad.

De «Capitale de la douleur»

Versión de Aldo Pellegrini



Poema El Ave Fénix de Paul Éluard



Soy el último en tu camino
la última primavera y última nieve
la última lucha para no morir.

Y henos aquí más abajo y más arriba que nunca.

De todo hay en nuestra hoguera
piñas de pino y sarmientos
y flores más fuertes que el agua…

Hay barro y rocío…

La llama bajo nuestro pie la llama nos corona.
A nuestros pies insectos pájaros hombres
van a escaparse

Los que vuelan van a posarse.

El cielo está claro, la tierra en sombra
pero el humo sube al cielo
el cielo ha perdido su fuego.

La llama quedó en la tierra.

La llama es el nimbo del corazón
y todas las ramas de la sangre
Canta nuestro mismo aire..

Disipa la niebla de nuestro invierno
hórrida y nocturna se encendió la pena,
floreció la ceniza en gozo y hermosura
volvemos la espalda al ocaso.

Todo es color de aurora.

Versión de Andrés Holguín



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