poemas vida obra ramon de garciasol

Poema Arenga A Las Rosas de Ramón De Garcíasol



Rosas, creced, pujad, multiplicaos
hasta invadir las cajas de caudales,
hasta impedir las ametralladoras,
hasta sembrar la pólvora y el hierro
de luz y primavera,
hasta ocupar el odio y las entrañas
de obuses, bombas, balas y morteros.

¡Creced, rosas, creced! ¡Pujad sin tregua!
Llenad los ojos de los tocineros,
floreced los cerebros belicosos,
corroed de esperanza a los podridos,
iluminad la mente de las bestias,
que se alimentan de oro, y sangre, y lágrimas;
que son capaces de matar la vida
porque palpita y brilla en nuestras manos.
Árboles, aguas, pájaros, frutales,
mieses, vides, obreros, plantas, madres,
óleos, músicas, máquinas, ideas,
vamos a proclamar la resistencia
de amor contra la guerra.

Están sembrando el aire de temores
para amargarnos la alegría,
para que nos matemos tú y yo, hermano,
ahora que ya maduran los dolores, y el sentido
va a revelarse al mundo.
Trabajad
de espaldas al temor. Abrid los ojos,
Rosas, hombres, al bien y a la belleza.
¡Creced! ¡Cantad! La vida es nuestra.
La tierra es nuestra, y nuestro es el futuro.
Trabajos, pensamientos, esperanzas,
vuestros y nuestros, rosas, hombres.
Nosotros encendemos las estrellas
y traemos el día,
y por nosotros se hará la paz.
Estamos en peligro, rosas, hombres,
perfume, sol, materia, inteligencia,
ciencia, fe, muerte, piedra, gracia, Dios.

¡Ahoguemos a los bárbaros en luces!
¡Avanzad, rosas, hombres! ¡Ocupad el mundo!



Poema Y Debemos Andar De Otra Manera de Ramón De Garcíasol



Y debemos andar de otra manera
por los caminos de la Mancha, hermano,
por si, fecunda tierra de secano,
diese trigo su augusta calavera.

Ay, huesos, donde ardió la sed más pura,
sustentando con más viril coraje
el ¡no! en pie y de cara al oleaje
que rompe contra el hombre y su figura.

Comed el pan despacio, andad a besos
por los lagares y por los molinos,
que ya todo es Quevedo derramado.

Polvo de humano polvo son sus huesos,
mas aunque sean polvo en los caminos,
polvo serán de España enamorado.



Poema Proclamación De La Esperanza de Ramón De Garcíasol



El aire se enrarece, adensa, espesa
hasta hacerse de plomo en los pulmones,
porque se está matando al hombre.

La sangre se entontece y aguachirla
de no salir al mundo y propagarse,
porque se está matando al hombre.

La luz de las estrellas palidece
y no consuela como en nuestra infancia,
porque se está matando al hombre.

La risa se deshoja, mustia, pasa
sin que nadie la coja y la disfrute,
porque se está matando al hombre.

El beso y el amor no tienen gusto,
agusanados de preocupaciones,
porque se está matando al hombre.

La selva está cercando nuestras casas,
y aúlla, brama y hoza en los umbrales,
porque se está matando al hombre.

Porque se está matando al hombre arde mi canto
tal un diluvio de oro por los trigos;
porque se está matando al hombre y nadie grita
quiero clamar hasta tirar las sombras;
porque se está matando al hombre mis palabras
quieren clavarse como puñaladas,
quieren herir, buscar raíces nobles,
dar coletazos que despierten siglos.

Le está doliendo su dolor al hombre,
un dolor que ya no es literatura
ni puede ser espanto y madamismo,
porque no quedará vivo quien cante
el naufragio indecente de las ratas:
porque los que se salven no tendrán memoria.

Está el hombre ante sí, trágicamente solo,
mientras las aguas crecen sin espera
ahogando justamente, santamente
lo que debe morir.

Perecerá quien deba perecer.
El hombre,
desnudo, hacia el mañana, sobre el miedo.

Por eso está mi canto repicando
sobre el fuego, la muerte, y os convoca,
hombres, para que proclamemos la esperanza



Poema Pero A Tu Sombra, Amor de Ramón De Garcíasol



Rompe el tabique, trae a la ceguera
el diálogo, tu música. Me llenas
de otra luz esta carne donde penas,
recuerdos van. Tú sigue, compañera,

cogida de mi mano. Me redime
esa voz tan alzada de romero,
de campo con simienza y caminero
paso. Veo en tu verbo, creo. Dime

por qué este olor -¿es mayo?-, cómo ha sido.
Habla o calla, mujer, pero a mi lado,
pero a tu sombra, amor, pero a tu oído,

pero a tus brazos. Habla o calla, esposa,
pero ahí. ¡No me sienta abandonado
sobre la Tierra inmensa, silenciosa!



Poema Nadie Me Cantará Como Te Canto de Ramón De Garcíasol



Nadie me cantará como te canto,
madre, con una llama que se enciende
en ti y en mi termina. Nadie entiende
la sangre de su fin y de mi llanto.

Yo no tengo semilla que me cante
en hijos de consuelo, salvadores,
por el tiempo y los hombres, labradores
que vuelvan a sembrar para adelante

la vida en criatura, y aún en pena,
pasajera, que luego se enardece
en la flor sin memoria ni condena

de la santa alegría. Aquí se apaga
el agua que se agota en sí, perece
sin salir a la mar que la propaga.



Poema Gracias Hermanos de Ramón De Garcíasol



A Gabriel Celaya

Sois tan buenos y desdichados,
tan sobrehumanos,
que me tenéis en algo.
Y voy apuntalado
Por vosotros, por vuestras manos
trabajadoras, vuestros labios
sonreídos del alba, brazos
sostenedores, respaldado.
Tan solitario
estoy que apenas valgo
con mi sombra. ¡Cuánto
en lo mío es vuestro, y proclamo,
en mi trabajo!
Y no me caigo
del todo, que sería malo
para vuestras creencias. Y me canso
tanto
que no quisiera haberme despertado
una mañana más al tajo,
llamo
a la materna muerte, a su regazo
acunador, me pongo a vuestro lado
y procuro mostraros
lo más sano
de mi palabra, el relámpago
que dignifique el barro
original, lo claro
de mis oscuridades, hago
el papel asignado
por el azar en el teatro
del mundo amargo
a ratos,
fascinante, entreclaro
y terrible, aún no descifrado,
criaturas de fe, de canto,
que no sabéis -¡ay, risas!- el milagro
diariamente renovado
que sois. Os amo,
gentes del pueblo llano,
de mis raíces, campo
pegujalero de mi sangre, árbol
de luz y fruto de mi llanto.
Y me callo, falto
y sin verbo adecuado
para rezarlo,
hermanos.



Poema Fe de Ramón De Garcíasol



Dulcinea del Toboso es la más hermosa
mujer del mundo…
Quijote, 2 LXIV

Has de matarme sin lograr que ceda,
y ni entonces podrás decir que dudo.
Si tu fuerza mi cuerpo vencer pudo,
nunca llegó a mi fe, ni habrá quien pueda.

Derribado, no esperes que conceda
un sí para tu gloria. Muerto y mudo,
por mí hablarán mis hechos más agudo
lenguaje que en palabra humana queda.

Aprieta más la lanza, caballero:
no puedo confesar a mi señora
segundona de nadie en hermosura.

A tu merced y en tierra vine, pero
tengo intacto el esfuerzo, y la ventura
no siempre de lo justo se enamora.



Poema Desafío De Amor Frente A Las Sombras de Ramón De Garcíasol



Otro doce de octubre, compañera,
con la serena flor de la alegría
y más luz en los ojos. Se diría,
coraje renaciente, que te espera

nuevo «milagro de la primavera».
seria la hora, dura la sangría,
el aire temeroso, esposa mía,
atormentado el ceño, sementera

de tiempo anubarrado. ¿habrá mañana
con plazuelas y niños juguetones,
espigas candeales la besana,

mozas de arracimado amor, parejas
como tú y como yo, los corazones
empavesados, dime? Sí: de tejas

abajo está muy grave la esperanza,
y de tejas arriba silenciosos,
mudos los astros, tan majestuosos
como siempre en sus órbitas. alcanza

el terror con la mano el hombre, avanza
entre fuerzas hostiles, tormentosos
los pulsos, con espanto los sabrosos
frutos sobre la mesa. la balanza

no está en el fiel de la justicia, pesa
espanto y más espanto. ¿Qué nos trae
a la espalda el futuro? Niebla espesa,

perdidiza y cobarde, sin agallas
el verbo imbécil. El vigor decae.
Y tú Dios, ¿por qué duermes, por qué callas?

Mas frente al miedo, mientras viva, digo
que no a las sombras. Trae la mano, esposa,
y avancemos. ¡Atrás los monstruos! ¡Rosa,
florece contra el hielo! ¡Sube, trigo,

más gallardo que nunca! ¡Ven, amigo,
a cantar con nosotros la gloriosa
salud trabajadora, la grandiosa
coral voz del Océano! ¡Conmigo

los vientres y las tiernas labrantías,
la rabia y el honor de los talleres
forjadores de panes y de días!

¡Adelante, a la vida sin fracaso!
si todos desertores, sé que eres,
Mariuca, la bandera de mi paso.



Poema Del Amor De Cada Día de Ramón De Garcíasol



Es posible que se haya dicho todo
y que hayamos nacido tal vez tarde.
Mas esta gloria que en mis venas arde,
nadie -¡nadie!- la vive de este modo.

Todo es posible. Todo ha sido en nombre:
todo. Pero este beso tuyo y mío,
esta luz, esta flor, este rocío,
son nuestros nada más, mujer y hombre.

Mujer y hombre únicos, primeros,
-tú y yo, yo y tú- con nombres y apellidos
que no se han de dar más en criatura.

Empezamos la Historia, verdaderos
primer hombre y mujer reconocidos,
proclamando el amor y su aventura.



Poema Dehesa De La Villa de Ramón De Garcíasol



( Madrid )

¡Dehesa de la villa!
Desde esa hora,
el azul se te espesa,
se te enamora.

¡Qué maravilla!
En tu hierba, Dehesa,
fue su mejilla.

¡Fue tu mejilla, esposa!
Cómo lucía
en el aire la rosa
de tu alegría.

¡Viva mi suerte!
Sobre la hierba un día,
volveré a verte.



Página siguiente »


Políticas de Privacidad