poemas vida obra salvador espriu

Poema No Conviene Que Digamos El Nombre de Salvador Espriu



No conviene que digamos el nombre
de aquel que nos piensa más allá de nuestro miedo,
Si tropezamos a tientas
con este extraño ciego
y nos sentimos observados siempre
por la blanca mirada del ciego,
¿dónde, sino en el vacío y en la nada,
fundamentaremos nuestra vida?
Intentaremos levantar sobre la arena
el peligroso palacio de nuestros sueños
y aprenderemos esta humilde lección
a lo largo del cansancio,
pues sólo así seremos libres para combatir
por la victoria última sobre el espanto.
Escucha, Sepharad: los hombres no pueden existir
si no son libres.
Que Sepharad sepa que nunca podremos existir
si no somos libres.
y clame la voz de todo el pueblo: «Amén».

Versión de José Corredor-Matheos



Poema Los Jacintos de Salvador Espriu



Sentir tan sólo, conocer de cada cosa
el nombre sencillo, el simple nombre, caricia
cual la de abril sobre las nuevas hojas,
mientras la luz de lluvia de la tarde
se aleja poco a poco con los jacintos.
Claro momento de la flor, reflejada,
muy escondida, última
belleza de unas flores en mis ojos.
Después, por el aire, apenas
frágil recuerdo, más allá del intenso verde
de la hierba que moja esta lluvia lenta.

Versión de José Batlló



Poema Lluvia de Salvador Espriu



De ninguna parte llega. ¿Partir?
No existe la mágica palabra que rompa
esta costumbre del ojo, este silencio
sonoro de dardos. La primavera, el lujo
de los años y de la luz, se perdía ahora
en el camino vencido. Las esperanzas
han muerto a tiempo. De nuevo, todo es perfecto
a lo largo del vacío: la lenta lluvia
no va a parte alguna.

Versión de José Batlló



Poema Llama de Salvador Espriu



En círculo, noche, observan
reciente silencio, mármol
en triunfo, apagada
boca rebelde. ¿Qué ritmo
extraño de metales, por árido
reino, te conduce
a un desnudo combate? Presiento
cómo se convierte en difícil,
perverso, príncipe de muertas
flores cenicientas, palabras.

Versión de José Batlló



Poema I Beg Your Pardon de Salvador Espriu



Meditación, con ciertos ripios, en
torno a la teoría atómica, tal como
se la alude en los periódicos.

Cuando el centro del rnundo
no eres exactamente tú
(por más ilusiones que te hagas),
si te despertasen en mitad de la noche,
no quieras preguntarte por qué vives:
distráete royéndote la uña de un dedo.
Cuando el centro del mundo
queda tan lejos
de ti
que honestamente
empiezas a comprender que eres nadie,
detente un momento
y arréales, a las primeras narices, un puñetazo.

Problemas cada vez más esquivos
vienen a turbarte el dulce sueño.
Ya sólo te faltaba, por lo que dices,
descubrir que no eres exactamente el centro del mundo.

Vecino de Badalona o de Estambul,
tanto si eres activo como si eres gandul,
en este nuestro mundo sin mañana
es muy difícil que ganes tu pan.
No te daré el más mínimo consuelo:
un día cualquiera te volarán.
Mas entretanto evita algunos trastornos
abrochándote muy bien los pantalones.

Versión de José Batlló



Poema Galope de Salvador Espriu



En tanto cabalgas temor, caminos,
potradas de noche y de voces, solitario
jinete ciego y ventoso, caído de golpe
en la paz, no pensado para siempre jamás.

Versión de José Batlló



Poema Final Del Laberinto de Salvador Espriu



Cuando aquellos dedos sensibles
toquen frágiles músicas
y lentamente vacilen
cambiantes luces de cirios,
sal de la fiesta. Mira
cuánta noche, qué extrema
soledad se te lleva,
por la risa, al hombre
justificado y libre
que nace de tu silencio.

B., 1945-1951

Vidi aquam egredientem de templo
a latere dextro, alleluia. Et omnes
ad quos pervenit aqua ista s6alvi
facti sunt et dicent: alleluia, alleluia.

Versión de José Batlló



Poema Espera de Salvador Espriu



Entonces diré: «Cimas y nubes
y tierras a lo lejos y la lenta
herida del río y el incendio
del cielo, muchos crepúsculos
sobre el desierto y los viejos árboles
amados cual dioses, aún vuelven
para los hombres.
Mas yo, que este día aguardaba,
he aquí que estoy muerto.»

Versión de José Batlló



Poema Es Propia De Mi Mundo Una Reservada Felicidad de Salvador Espriu



Detrás de esta puerta vivo,
pero no sé
si puedo llamarla vida.

Cuando vuelvo, al atardecer,
de mi diario odio contra el pan
(¿no sabías que tengo
la inmensa suerte de venderme
a trozos por una moneda
que llega ya a valer
mucho menos que nada?),
me quito un viejo abrigo, la esperanza,
y me adentro por los caminos de mis ojos,
por el vacío espanto donde siento,
más allá, a mi Dios,
más allá siempre, más allá de los falsos
profetas y de extrañas culpas
y de este viejo necio enfermo de los versos
disciplinados, como éstos, con pintas
de oscuras marcas que el afán de los críticos
un día aclarará para vergüenza mía.

Sí, puedes encontrarme, si te atreves,
detrás de la glacial nada de esta
puerta, aquí, en donde vivo y siento
esta añoranza y el grito de Dios y soy,
con los nocturnos pájaros de mi soledad,
un hombre ya sin sueños en mi soledad.



Poema Ensayo De Cántico En El Templo de Salvador Espriu



¡Oh, qué cansado estoy
de mi cobarde, vieja, tan salvaje tierra,
y cómo me gustaría alejarme,
hacia el norte,
en donde dicen que la gente es limpia
y noble, culta, rica, libre,
despierta y feliz!
Entonces, en la congregación, los hermanos dirían,
desaprobando: «Como el pájaro que deja el nido,
así el hombre que abandona su lugar»,
mientras yo, bien lejos, me reiría
de la ley y de la antigua sabiduría
de mi árido pueblo.
Pero no he de realizar nunca mi sueño
y aquí me quedaré hasta la muerte.
Pues soy también muy cobarde y salvaje
y amo, además,
con desesperado dolor,
a esta mi pobre,
sucia, triste, desdichada patria.

Versión de José Corredor-Matheos



« Página anterior | Página siguiente »


Políticas de Privacidad