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Poema Tacto Fresco de Miguel Antonio Jiménez



Al tacto fresco del día mi voz se duerme
y en tibia fiesta el sueño surge
ahora se deshace el punto subrayado
y robo al tiempo todas mis edades
a la deriva recorro la ciudad
y me encuentro a varios siglos del futuro
revelado a los ojos que traspasan descubro
árboles brotando en espiral
unos hombres que me miran extraños
deshojado el aire en perspectiva un rumor se aleja
una calle marchándose en cómputos
del cielo se descuelga una araña
con sus labios de piedra
y una indiferencia transcurre extinguiéndola
las aguas de un estanque copian una antigua glorieta
un astro mira el regreso como un pacto
en el dolor de mí la sombra fuga
desgarra el plano el acto de su fe
y mi palabra se extingue en el universo
de una gota de agua
donde oigo resollar las multitudes
y deseo volver a los brazos amados
al té que mi mamá con gusto
cada día nos brinda
ansía la vigilia la otra orilla
al tacto fresco del día que me ve despertar.



Poema Toco La Carta Suavemente de Mía Gallegos



XIV
Toco la carta suavemente. El mago murmura
algunas palabras que no entiendo. Dice que
la mujer del coche soy yo.

No puedo lanzarme desde aquí, aunque quisiera
tener el valor de hacerlo. Soy yo, la mujer,
esta criatura mágica que tira de las riendas
de este coche, sin haber descubierto nunca
quien las puso en mis manos.

No comprendo cuál es mi papel. Lo cierto es que
estoy aquí desde siempre, en lo alto, mirando
hacia adelante, sin parar, sin hacer un solo
momento de tregua. No puedo hacerle concesiones
a nadie. Estoy aquí yeso me basta.

Quiero que otra persona venta de pronto.
Pero no. Nadie podría atravesar conmigo
tantos lugares, tan altos, tan angostos y
gigantescos sueños, aquí conmigo en este
coche.

Temo perder las riendas. Si alguien viene
podría adueñarse del coche, de los dragones
y también de mí. Necesito llegar lejos, a
las cumbres, a las puertas azules de los montes,
o quizás más alto aún: a las nubes.

Temo quedarme sola; sin embargo no puede
detenerme.
Es el destino ya ese sitio se llega a oscuras
en la ceguera total. Tiene que haber un final, por
eso continúo mi ruta, mi viaje total con las
estrellas. ¿Cómo será ese fin? ¿Será la muerte
líquida, será la muerte blanca, la de la creación,
la que me aguarda, o será la muerte-muerte?

Basta, no importa ya nada. Tengo mi alma y el
coche en movimiento. Soy la mujer que dirige
un carruaje con los dragones de Medea. Sé hacia
dónde voy. Si alguien pregunta por mí, díganle
que me vieron pasar, que salí al alba y que no
regreso más.



Poema Tanteos En La Mar Violenta… de Mercedes Roffé



Tanteos en la mar violenta. Agitación. Un cierto envolvimiento de remolino o torrente. Depende de la dirección. Depende de si se podría siquiera hablar de dirección o de mejor deshacerse. ¿Indulgencia? ¿por qué no? Al menos insistir. Un acto de presencia, como tantos (tanteos en la mar). ¿Recuerdas? Un poco de historia. La arena, la guerra, la India… ¿oh, la mujer! El siglo, con atajos. No olvidemos que desde los hombros de los Padres…

En cuanto a las mareas: toma tu baldecito de lata y aspira hondo. Húndelo hasta el final. (Al principio, la boca te dará en la muñeca. No importa, sigue. Húndelo más. Como si enjuagaras las sábanas de tu ama la Desdicha. ¿O acaso algo ha cambiado?) Tira con fuerza. Ya está. Mira si no es tu cara. Y ahora no brinques o te perderás. No hables o te perderás. No atiendas al bramar de la tierra o te perderás. Es cuestión de ausentarse. Se trata

de fundar un vacío.



Poema Todavía de Meira Delmar



Amor de amor aquel que nos uniera
una vez en el tiempo ya distante.
Amor en que tú fuiste amado, amante
y yo amante y amada también fuera.

Otro amor sin igual no conociera
nunca el haz de la tierra. Fulgurante,
más que el sol del verano delirante,
toda sombra su lumbre destruyera.

Amor de amor. Tan alto y extremado,
que el mismo cielo al serle comparado,
cosa fútil y vana parecía.

La vida canceló su encendimiento…
Y sin embargo en el recuerdo siento
que me quema la sangre todavía.



Poema Tienes Algo De Montaña de Matilde Alba Swann



Tienes algo de montaña…
A tu lado me he sentido leve y me he creído blanca.
Sin reparo te he mostrado mis llagas
y a tu cumbre nevada a veces traje barro,
y hecha pedazos mi alma.
Y he vuelto siempre limpia, y he vuelto siempre sana.

Tienes algo de planta…
es tan fresca tu sombra y es tan calma
la voz de tu follaje, y es tu raíz tan honda.
Al rumor de tu savia, descansé mi fatiga
y adormecí mis ansias…

Tienes algo de mar…
Toda la majestuosa distancia, del gigante de sal.
Espuma y linfa, por magia de tu espejo
mi cara entristecida, se ha visto cristalina.
Y cuando en hora perpleja llegué a tus orillas
tu verde voz me trajo de nuevo una olvidada
tibieza de regazo.
Eres tan humano que no pareces hombre
tan majestuoso y blanco, tan fresco y tan hondo
que pareces montaña, planta, mar…
y aunque te asombre tan humano eres
que no pareces hombre.



Poema Tiemble Tu Corazón… de Matilde Alba Swann



Tiemble tu corazón antes de hacerlo.
Vas a juzgar.
No olvides, que hay un dolor de siglo
en cada hombre,
y una causa anterior , a lo querido.
Cuando pongas tu pesa en la balanza,
Suma en piedra
la parte que nos toca.
Suma orgullo y desprecio y abandono,
suma rosas y pan
incompartido.
Mira
que en cada una de tus sentencia pongas
tu señal de durar
a signo limpio.
Que tu sangre camine
gota a gota,
decantada,
traslúcida, sin prisa,
que las culpas ajenas necesitan
un reposado espacio
de medida.
Guarda
no olvidar a tu madre ni a tus hijos
cada vez que señales
un culpable,
ni olvidarte de Dios cuando castigas;
y perdona
si es que temes tener
que perdonarte.
Suelta al fondo de ti hasta la pura
contextura de sal que te contiene;
palpa
el rostro
rugoso de la culpa,
muerde amarga condena, sufre rejas
y retorna
cuando sientas crecer
árbol de cuna
y poblarte piedad desde tus hojas.
Funde razón a fuego
de conciencia
duele el hombre que llevas, y medita;
bajo la toga, hay un hueso
que cruje la partida
y una carne final
que ya deshace.
Vas a juzgar, detén….!
Y cuando sepas
Que la ley es aquello que tú lates
y que vas conformándote a minuto
propia génesis lenta de conducta,
y comprendas,
en el filo más fino de tu duda,
en la ultima hebra
de certeza
que tu estrado es banquillo
y que te juzgan,
alza recién
desde el barro
y, juzga…!



Poema Tan Humano de Matilde Alba Swann



Tienes algo de montaña…
A tu lado me he sentido leve y me he creído blanca.
Sin reparo te he mostrado mis llagas
y a tu cumbre nevada a veces traje barro,
y hecha pedazos mi alma.
Y he vuelto siempre limpia, y he vuelto siempre sana.

Tienes algo de planta..
es tan fresca tu sombra y es tan calma
la voz de tu follaje, y es tu raíz tan honda.
Al rumor de tu savia , descansé mi fatiga
y adormecí mis ansias…

Tienes algo de mar…
Toda la majestuosa distancia, del gigante de sal.
Espuma y linfa, por magia de tu espejo
mi cara entristecida, se ha visto cristalina.
Y cuando en hora perpleja llegué a tus orillas
tu verde voz me trajo de nuevo una olvidada
tibieza de regazo.
Eres tan humano que no pareces hombre

tan majestuoso y blanco, tan fresco y tan hondo
que pareces montaña, planta, mar…
y aunque te asombre tan humano eres
que no pareces hombre.



Poema Tijera de Marta Leonor González



No sólo repta.
En el pozo está,
atrapada de aldabas.
La mano confirma el orificio húmedo
ojal oscuro de la infancia,
vaginal caverna
que la atrapa.
La atrapa.
El tacto pulula rodea el albergue,
vacuo
vano va sobre el veneno.
Recorre la mano la hornacina,
esponjoso el sitio y frío mullido en lo oscuro
el vestido blanco es almácigo
como torga.

Boaco, abril 1978



Poema Todas La Muerte Y La Vida Se Colmaron De Tul… de Marosa Di Giorgio



Todas la muerte y la vida se colmaron de tul.
Y en el altar de los huertos, los cirios humean. Pasan los animales del crepúsculo, con las astas llenas de cirios encendidos y están el abuelo y la abuela, ésta con su vestido de rafia, su corona de pequeñas piñas. La novia está todo cargada de tul, tiene los huesos de tul.
Por los senderos del huerto, andan carruajes extraños, nunca vistos, llenos de niños y de viejos. Están sembrando arroz y confites y huevos de paloma. Mañana habrá palomas y arroz y magnolias por todos lados.
Tienden la mesa; dan preferencia al druida; parten el pastel lleno de dulces, de pajarillos, de perlitas.
Se oye el cuchicheo de los niños, de los viejos.
Los cirios humean.
Los novios abren sus grandes alas blancas; se van volando por el cielo.



Poema Temblor De Fábula de Marita Troiano



para tu acoso dulcísimo de mar
guardé mi entraña
para tu vientre indócil
para tus manos sabias
para tu boca amarga

sin querer traigo un olor a triste
aromas de inmensidad por explorar
sin querer eres desierto de incalculables áreas
huérfano de horizontes ajeno a los oasis
un entrevero de horas largas
un teorema insoluble de fósiles grabados
en tu divina espalda

y sin querer
cuando no estás conmigo
ruego que me sepulte el agua
que se pierda el lenguaje
someterme al castigo del Aerópago
morir en estado de fuego perpetuada
trémula columnata
triturada
ahorcada
feroz panuelo rojo
nudo fatal de diez pulgadas
marinera cuerda en mi cuello
saber signos de hielo aqui en mi pecho
Diademas de dolor
triunfantes crótalos en mi devoto pubis
palidez y mal aguero

Tu sabes como es…
cuando no estás conmigo
Vivo un temblor de fábula

me guardo entonces
completamente
Me guardo toda con sigilo
hasta mañana
Para sentir de nuevo
en mis entrañas
tu acoso
tu acoso dulcísimo de mar.



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