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Poema Viaje Sin Partida de Julia Prilutzky



No amarse ahora, pero haber amado.
Y encontrarse otra vez, recuerdo grave
como el de alguna flor de aroma suave
que se mustia en un libro ya olvidado,

Va surgiendo el recuerdo desvelado:
una palabra, un gesto… Es una clave
que nadie descifró, que nadie sabe;
recinto nuestro, cántico inviolado.

Estamos en silencio, frente a frente.
Y sin verte, yo sé que me has mirado
con no sé qué recuerdo transparente

en los ojos lejanos… No has cambiado.
Y es dulce estarse así, indolentemente,
pero no amarse ya. Haberse amado.



Poema Voy Hacia Ti Como Una Rosa Viva de Julia Prilutzky



Voy hacia ti como una rosa viva
deshojada en distancias y en esperas…
No lo sabes aún. Y no aceleras
el encuentro en la hora decisiva.

Voy hacia ti con precisión altiva
y antes que yo -oscuras mensajeras
del porvenir- las grises hilanderas
van tejiendo la trama fugitiva.

Estás en mí. Y no eres el culpable:
algo de tu presencia indescifrable
me dilata en las venas el latido

y se estira en mi piel con grave alarde.
Mis pájaros se alargan en la tarde
y todo es tan perfecto, que ya ha sido.



Poema Viajes De Penélope (8) de Juana Rosa Pita



No crean que te espero
porque sé que vendrás a alzar tu casa
de las aguas hambrientas
o de los pretendientes

Te espero porque estás:
nunca te has ido a los asuntos vanos
(las paredes te conocen la voz
en las estancias más calladas)
y todas las pisadas se someten
al ritmo de tus pasos
y hasta la soledad toma tu rostro
al borde de mi almohada



Poema Viajes De Penélope (55) de Juana Rosa Pita



¿Quién canta y con qué voz
me sueña aquel color en la mirada?
Tejiendo la marea entre las islas
¿qué voces silenció el fragor del tiempo?

Salvo la soledad que vuela dentro
tal parece que nadie vive:
pero vibra la estela adamantina
de la tela que voló sobre el mar

Este que fuera cuento es vida en mí
y de una cierta isla hará la historia



Poema Viajes De Penélope (50) de Juana Rosa Pita



Año tras año
diste muerte a los tercos pretendientes
que orillaban mi patio:
desde fuera del tiempo
los vencías
antes aun de divisar la playa
en que nos damos cita

Y yo que los quería ya de tanto
tejer por destejerles y por tanto
reclamar tu mirada
los veía morir uno tras otro
a golpes de infinito
tiernamente inmutable

Así murió el que me entreabría
las ventanas del alma
murió el que sepultaba
las llaves de mi nombre
en el océano:
murieron porque aún no había Dios
ni trinidad ni magia

Y cada primavera yo volvía
a proyectar torneos estivales
suscritos a una lágrima:
certidumbre
de la doble faena de tus manos
en su áspero venir a nuestro abrazo



Poema Viajes De Penélope (39) de Juana Rosa Pita



No basta con tejer para la espera
es preciso viajar: volar la pluma
por la ternura encuadernada en sueños:
chalupa más sutil
cóncava y ágil
que las viriles naves de Ulises
intermitentemente prisionero

Madre isla que estás venida a remos
convertida en solar de pretendientes:
infundiendo los viajes:
¿quién guardará tus playas de naufragio?
Penélope no está: queda su imagen



Poema Viajes De Penélope (27) de Juana Rosa Pita



Te has dado a la pasión de los espejos
quijote de los mares:
echas tu vida a pique por la fama
te das brillo en los hombros
y crees que los gigantes se convierten
en rústicos delfines

Se te detiene el tiempo en los palacios
donde cantan tus glorias
y lloras a luz viva
los recuentos de olvido:
con bravo sacramento
comulgas propia vida en canto ajeno

Ah si te desbautizaras…llegarías



Poema Viajes De Penélope (1, 4, 5) de Juana Rosa Pita



1

Me ha dado por creerme Penélope
hermosa y bienamada:
tejedora sí soy para que alienten
los que habrán de morir
y es la mía la almohada
más llorada del siglo

Si yo fuera Penélope
suelo que yo pisara sería Ítaca:
al regresar Ulises
se quedara

4

Quién cantará tus viajes infinitos
Penélope:
tu Ulises era apenas un chiquillo
chapoteando en la fuente

y aventurera inmóvil trascendías
como un rayo de luz sobre la tela
confiscada a los dioses:
tejida sueño a sueño

5

Hilo a prueba de nortes
y de ausencias
con fibra de cereal desenlazado…
Y mientras tu hombre frágil de prodigios
desislaba su sombra
tú -tejedora máxima- le urdías
en su anuente memoria
el milagro callado de una isla



Poema Villancico de Juan Timoneda



Soy garridica
y vivo penada
por ser mal casada

Yo soy, no repuno,
hermosa sin cuento,
amada de uno,
querida de ciento.
No tengo contento
si valgo ya nada
por ser mal casada

Con estos cabellos
de bel parecer
haría con ellos
los hombres perder.
Quien los puede haber
no los tiene en nada
por ser mal casada.



Poema Vértigo de Juan Ramón Mansilla



Él dijo: sé práctica, nivela la euforia
y la flaqueza, mesura el vértigo
de las cumbres y las simas.
Él, que nunca entendió por qué Sísifo
no se zafó de la piedra.
Que gustaba de largos horizontes
y del clima calmo del invierno.
Imágenes del sosiego y la eternidad.

Lo dijo. Y un instante después
habría de venirse abajo, sobre un suelo
movedizo, bajo una luz más ciega.

Contuso, vacilante, exhausto,
con una mano aferra las raíces.
Con la otra enciende su mechero.
Y cuanto más le vence el vértigo,
más sujeta la esperanza. ¿Será vana?

Nunca se sabe.



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