poemas vida obra v

Poema Venecia de María Sanz



Aún la sigues soñando, y es tan plácida
como la rumorosa lejanía
donde se balancean los silencios.
Seda del mar, tapices
en fasto vespertino que provocan
ilusión prematura en los dorados,
cuando vuelven del sol a desangrarse.
El verano barroco
puede ser buena época
para un encuentro a solas con la estatua
más viril, cuyo rostro
posea la belleza del diablo.
Venecia y el amor, tu sueño húmedo
como una estancada cercanía
donde sigues hundiéndote con ellos.



Poema Versos De Amor de María Monvel



1

Dentro de todo es dulce
vivir como yo vivo
pendiente de tu amor
como un globo cautivo.

Corre el mundo a mis pies,
pero yo no lo siento:
sólo tu amor me agita
como un ligero viento.

Tú de lejos sostienes
tus hilos temblorosos,
yo de lejos te envío
sonrisas y sollozos …

2

Tienes la maldad fría y sutil del veneno,
sabes la muerte lenta que dan los infiernos,
y sabes además que por eso te quiero!.

Amargas el brebaje que tienes con los,
echas sal en mi pan y en mi goce echas miedo
y sazonas el filtro del amor porque muero!.

Aprendiste a hacer deseables el infierno,
sabes hacer amable la caricia del fuego
y sabes el secreto de hacer mi amor eterno!.

Conoces la manera de ceder al deseo
para que sus raíces no perezcan sin riesgo
y eternizar el río sediento de mis besos !.

3

Tu letra es como tú, firme, ruda, sincera;
tu letra es cruel y mala.
Te amas más en tu letra que no ha temblado nunca
que en la vanidad fría de tu carta.

Te amo, y aborrezco tus cartas y tu letra,
la letra con que escribes tan hondo amor de mi alma.

4

Copa de cristal pulido
bebo, bebo y no me embriago,
con sabor a corazón
y sabor divino a labios.

Bacante soy de una orgía
deliciosa y no me exalto.
Ruedan abiertas las rosas
sobre mi corpiño intacto
y yo bebo y bebo más
el licor que sabe a labios.

Maravilloso licor
del que ya he bebido tanto
sin que se alteren mis venas,
sin que en mi mente haga estragos.

centellea, como dos
ojos negros en mi vaso,
prende infinitas antorchas
en mi corazón helado
y arrastra mi pensamiento
hacia caminos fantásticos.

Bebo, y no estoy ebria no,
Muerdo el cristal de mi vaso
y hago trizas los espejos
que miran y estoy mirando

Me sumerjo en mi licor
como en olas de cobalto
y aunque bebo, no me estalla
roto el cerebro en pedazos …

Disuelvo mi pensamiento,
licor con sabor a labios
y en tus olas de emoción
toda la voluntad deshago.

Centellar de ojos ardientes,
aunque muero, no me embriago,
y aunque he disuelto mi vida
en la copa de tu labios!.

5

Junto a mi vera un camino,
y aquí tranquilos mis pies
y no me llevan consigo!.

Me incita a mi lado el mar
y un barco a la vela presto
y no me voy a viajar.

Me consumo deseando,
y tu boca guarnecida
de besos, aquí a mi lado!…

Pero entre mi alma y tu alma
hay una pared muy alta …
Tú sabes como se llama!

6

Ya nada más. Miro borrosos
los negros días del pasado.
De tu semblante tan amado
no queda un rasgo tembloroso.

Tu nombre no turba el reposo
de mi corazón fatigado
de haberte tanto y tanto amando
con amor hondo y silencioso.

Libre de fiebre al fin me siento
Mi corazón libre camina
endeble, pero indiferente,
y es la vida espejo pulido
donde contemplo consumido
mi rostro convaleciente.

7

Mi corazón acoge al amor sin reserva.
Le acaricia los rizos con blandura inefable
porque le sabe niño, porque le sabe amable
y porque aquella cruel juventud le recuerda …

Mi corazón le acoge con pausa dulce y fría.
Besa sus labios dulces sin temblar, y le deja
jugar con el carcaj y la saeta vieja
apuntando en el blanco de mi alma vacía.

Pobre amor!, pobre niño! . Mi rencor no te alcanza,
pero no hace surgir la más leve esperanza
el murmullo que siempre derramas en el oído.

Mi corazón repudia tus besos inocentes,
y aunque mis manos buenas te acaricien clementes,
ya no eres para mí sino un sueño perdido.

8

Te odio. Lo digo con la unción enorme
con que te dije te amo.
Pasaste de un extremo al otro extremo,
sin transición , de un salto.
Ayer no más te amé y hoy te aborrezco
y apenas he cambiado.
Siempre sueño contigo por las noches
con hondo sobresalto.
Siempre y sin darme cuenta, me detengo
muda, ante tu retrato.
Siempre que miro un árbol en las tardes
es que te estoy mirando,
Siempre que no respondo a una pregunta
es que en ti me distraigo,
y siempre que se nubla en mi vida
y que quiero morir, estoy pensando
en aquel roce silencioso y último
de tu mano y mi mano …
Todo es igual, pero antes amor era
y ahora es odio en cambio.

9

Tienes la frialdad horrible de una estatua,
de una estatua de piedra en un jardín dormido.
En vano echo a tu cuello las dos serpientes blancas
de mis dos brazos blancos; nada puedo contigo!.

Me tienta el espejismo de tus ojos de acero
y me doblo ante el frío rayo de su mirada.
Si levanto la voz, en sus focos de oro
como un collar de vidrio se quiebran mis palabras.

Pecho de hierro donde se golpean mis puños
hasta sangrar … Te amo, y me muero de anhelo.
Yo no soy sino el hilo de un deseo que asciende
de un amor a tus pies como nudo deshecho!.

10

En tus ojos profundos
está todo mi mundo.

Allí está mi secreto
en tus ojos sujeto …

Busca en ti y no en mí y hallarás
el por qué nunca hallé, dicha, paz.

11

Porque me quieres me torturas
y ya eras dueño de mis días
y siempre habrán mis alegrías
de entremezclarse de amarguras.

Porque me quieres, no venturas,
sino dolor, melancolías.
Porque me quieres, nunca mías
la tarde azul, las muchas puras …

Porque me quieres me atormentas.
Porque me quieres, con violentas
y crueles manos, hieres, hieres.

Porque me quieres, va muriendo
presa de vértigo tremendo
mi corazón, porque me quieres!.

12

Cuando es muy dura para mi la vida,
te miro entras por esa puerta abierta
y es la visión tan nítida y tan cierta
que hago mía otra vez la dicha ida.

Tiembla mi mano de la tuya asida,
se alza de nuevo mi esperanza yerta
y revive en tu amor mi vida muerta
a todos los halagos de la vida…

Otra vez vivo y otra vez me muero
cuando mi boca estrechas con tu cabo
en cruel y pasajera fantasía
para desvanecerte tan ligero,
que despierta otra vez, mi mano toca
la puerta a que no llegas todavía !.

13

Amor que te niegas, espera aun, espera,
soy joven todavía.
No cruces a mi lado sin detener el paso,
soy joven todavía!.

Ni una arruga me cruza la frente melancólica
sin tu caricia fría.
Entre mis manos frágiles tu angustia y tu deseo
cabrían, sí , cabrían.
y si acaso las mueves, mi mano aguda y pálida
se que se prestaría
a la caricia tímida o a la caricia cruel
que tú le enseñarías.
Mientras los animaste, en mis pupilas jóvenes
la dicha sonreía.
No supe de otros goces ni de otro dolor supe
que el que de ti venía.

Sólo de amor lloré, sólo de amor sufrí,
sólo de amor reía.
Tú que mi vida fuiste, nunca pensé, oh ingrato,
que me abandonarías!.
Invéntame torturas, pruébame en mil fatigas,
todo lo sufriría
porque de nuevo amor, se abrase en tu calor
esta mi vida fría …

Amor que te me niegas, espera aun, espera,
espera todavía !.



Poema Vaso Furtivo de María Eugenia Vaz Ferreira



Por todo lo breve y frágil,
superficial, fugitivo,
por lo que no tiene bases,
argumentos ni principios;
por todo lo que es liviano,
veloz, mudable y finito;
por las volutas del humo,
por las rosas de los tirsos,
por la espuma de las olas
y las brumas del olvido…
por lo que les carga poco
a los pobres peregrinos
de esta trashumante tierra
grave y lunática, brindo
con palabras transitorias
y con vaporosos vinos
de burbujas centelleantes
en cristales quebradizos…



Poema Van Los Trenes de María Eugenia Caseiro



Los trenes pasan
a ambos lados de Dios
sin arruinar la muerte
que lima cada paso.

Ausentes de palabra
de leyes, de constelaciones
caminan lentamente
mordiendo las arenas sin pudor.

Se anaranjan
descienden, almas en pena;
después de las campanas
anochecen.

En la reserva
en el gris empedrado
bajo el ocre desteñido de las casas
no se detienen
junto al hambre, pasan.

Van los trenes
rumiando su dolor
marcando el paso
sin que nadie logre comprenderlos.

Contacto con María Eugenia Caseiro: buhowriter@hotmail.com



Poema Vana Invitación de María Enriqueta Camarillo



-Hallarás en el bosque mansa fuente
que, al apagar tu sed, copie tu frente.

Dijo, y le respondí: -No tengo antojos
de ver más fuente que tus dulces ojos;

sacian ellos mi sed; son un espejo
donde recojo luz y el alma dejo…

-Escucharás, entonces, los latidos
del gran bosque en los troncos retorcidos;

o el rumor de la brisa vagarosa
que huye y vuela cual tarda mariposa…

-Bástame oír tu voz; tiene su acento
gritos de mar y susurrar de viento.

-Hay allí flores, como el sol, doradas,
y otras níveas cual puras alboradas.

-En tu mejilla rosa está el poniente
y la blanca alborada está en tu frente.

-Hay allí noches profundas y tranquilas…
?Esas noches están en tus pupilas.

-Hay sombra en la maleza enmarañada…
-Hay sombra en tu cabeza alborotada…

-Lo que se siente allí, no lo has sentido.
-A tu lado el amor he presentido.

-¡Ven! Ese bosque misterioso y quieto
va a decirte al oído su secreto…

-¡Es en vano el afán con que me llamas!,
¡si tú ya me dijiste que me amas!…

-Hay un árbol inmenso, majestuoso,
de altísimo follaje rumoroso;

en él, como serpiente, está enredada
una gigante yedra enamorada…

-Tú eres ese árbol majestuoso y fuerte:
¡deja que en ti me apoye hasta la muerte!.



Poema Vida De Los Animales Y Las Plantas de Margarito Cuéllar



La luz es importante para la respiración de los peces y la movilidad de las
esporas.
El sabor de la sandía es rojo.
El sueño del mar es verde.
Un vaquero juega con una vaca pinta en la sala de su casa.
Una mujer desnuda, a cualquier hora del sueño, es un peligro para el tráfico.
Gonzalo Rojas piensa en Monterrey.
El río suena: la fórmula del vidrio es inversamente proporcional a la vida de
los peces y al destello de las esporas.
La textura de una mata de pelo aparece en la lente del microscopio como una
bugambilia imaginada por el sol.
La mixtura de tu piel es necesaria para la respiración de las plantas.
Yo soy una planta.



Poema Versura Para La Costilla Izquierda de Margarito Cuéllar



Alegre es mi enfermera como viernes por la tarde o sábado en la mañana.
Los deshausiados vuelven a su color al solo paladeo de su nombre.
En tres letras encierra el festival de todas las campanas.
No nació de la costilla de nadie, Dios preparó la harina para vestirla.
La tierra deja de girar en su eje para contemplarla.
A veces mi corazón se detiene para nacer de nuevo entre sus manos.
Y soy feliz cuando ella pasa alegre como un trébol en su pókar de ases.
Su cofia escribe la crónica de los hospitales del mundo.
En su día de descanso el índice de muertos llega al cielo ¿qué será si mañana
se jubila?
Los pájaros la envidian cuando canta, se suicidan los ángeles y yo muero con
tal de que su canto me reviva.
Sus pestañas me protegen del agua aunque no llueva.
Cuando baila, Señor, el aire se detiene cortado por el hilo de sus pasos
y los geómetras buscan teorías para la medición del asombro.
El día que ella no esté será de noche siempre y reinará en la tierra la tristeza
de antes.
El mundo sería otro si en vez de ejércitos hubiera enfermeras.



Poema Vaca En El Aire de Margarito Cuéllar



…unos niños
volaban con sus vacas
y sus caballos y sus corderos
en medio de la tarde…
Enrique Fierro

Vaca azul sobre los edificios platinados
adiós sus ojos pardos locos de contento;
al ritmo su aleteo
alerta a las aves del paraíso.
Una vaca en el aire
es como el paso de una geisha.
Vemos ahora como desaparecen
sus mandíbulas rojas.
Hace rato era sólo
una mancha de tinta sobre el lienzo
inventario en la memoria de papel.
Hoy que se pierde
rumiante en la espesura
parece un avión gordo de cartón
regalo sorpresa para los habitantes del cielo.



Poema Valdivia de Margarita Laso



me llamas con humedad
me humedeces con llamas
tu cama es una plantación de palmeras

olla silbadora
el vértigo mío
vértigo viejo como tu espíritu
vértigo tu espíritu
viejo tú



Poema Verano de Manuel Machado



Frutales
cargados.
Dorados
trigales…

Cristales
ahumados.
Quemados
jarales…

Umbría
sequía,
solano…

Paleta
completa:
verano.



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