poemas vida obra vicente huidobro

Poema Vaso de Vicente Huidobro



La puerta

abierta hacia la noche,
y el pájaro sonámbulo en los bosques
bebe
estas auroras rojas.

Los dioses blancos de tu boca
ahogándose en el vaso.

Aquel mar es tan profundo
que temblaban los barcos.
Sigamos.

Mis ojos entre el humo.
Y a la orilla del mundo,
tu mano
tendida a los naufragios.

Ahora nadie canta.

El planeta vacío que dormía en la copa
está en mi garganta.
Pequeño ruiseñor.



Poema Una Mirada Para Abatir Los Albatros de Vicente Huidobro



Una mirada
para abatir al albatros
Dos miradas
para detener el paisaje
al borde del río
Tres miradas
para cambiar la niña
en volantín
Cuatro miradas
para sujetar el tren que
cae en abismo
Cinco miradas
para volver a encender las estrellas
apagadas por el huracán
Seis miradas
para impedir el nacimiento
del niño acuático
Siete miradas
para prolongar la vida de
la novia
Ocho miradas
para cambiar el mar
en cielo
Nueve miradas
para hacer bailar los
árboles del bosque
Diez miradas
para ver la belleza que se presenta
entre un sueño y una catástrofe



Poema Sombra de Vicente Huidobro



La sombra es un pedazo que se aleja
Camino de otras playas

En mi memoria un ruiseñor se queja
Ruiseñor de las batallas
Que canta sobre todas las balas

Hasta cuando sangrarán la vida

La misma luna herida
No tiene sino una ala
El corazón hizo su nido
En medio del vacío

Sin embargo
Al borde del mundo florecen las encinas
Y la primavera viene sobre las golondrinas



Poema Solitario Invencible de Vicente Huidobro



Resbalando
Como canasta de amarguras
Con mucho silencio y mucha luz
Dormido de hielos
Te vas y vuelves a ti mismo
Te ríes de tu propio sueño
Pero suspiras poemas temblorosos
Y te convences de alguna esperanza

La ausencia el hambre de callar
De no emitir más tantas hipótesis
De cerrar las heridas habladoras
Te da una ansia especial
Como de nieve y fuego
Quieres volver los ojos a la vida
Tragarte el universo entero
Esos campos de estrellas
Se te van de la mano después de la catástrofe
Cuando el perfume de los claveles
Gira en torno de su eje



Poema Señora de Vicente Huidobro



Señora hay demasiados pájaros
En vuestro piano
Que atrae el otoño sobre una selva
Espesa de nervios palpitantes y libélulas

Los árboles en arpegios insospechados
A veces pierden la orientación del globo

Señora lo soporto todo. Sin cloroformo
Desciendo al fondo del alba
El ruiseñor rey de setiembre me informa
Que la noche se deja caer entre la lluvia
Burlando la vigilancia de vuestras miradas
Y que una voz canta lejos de la vida
Para sostener el espacio desclavado
El espacio tan lleno de estrellas que se va a caer

Señora a las diez huele a tabaco de artista
Amáis el nadir a cuerpo de pájaro
Sois un fenómeno ligero
Me voy solitario hacia el ocaso de los turistas
Es mucho más bello



Poema Por Qué Murió de Vicente Huidobro



He buscado en tu cuerpo la canción.
Alguien lleva un tesoro entre las manos.



Poema Las Olas Mecen Al Navío Muerto de Vicente Huidobro



Yo en la orilla silbando,
miro la estrella que humea entre mis dedos.



Poema Monumento Al Mar de Vicente Huidobro



Paz sobre la constelación cantante de las aguas
Entrechocadas como los hombros de la multitud
Paz en el mar a las olas de buena voluntad
Paz sobre la lápida de los naufragios
Paz sobre los tambores del orgullo y las pupilas tenebrosas
Y si yo soy el traductor de las olas
Paz también sobre mí.

He aquí el molde lleno de trizaduras del destino
El molde de la venganza
Con sus frases iracundas despegándose de los labios
He aquí el molde lleno de gracia
Cuando eres dulce y estás allí hipnotizado por las estrellas

He aquí la muerte inagotable desde el principio del mundo
Porque un día nadie se paseará por el tiempo
Nadie a lo largo del tiempo empedrado de planetas difuntos

Este es el mar
El mar con sus olas propias
Con sus propios sentidos
El mar tratando de romper sus cadenas
Queriendo imitar la eternidad
Queriendo ser pulmón o neblina de pájaros en pena
O el jardín de los astros que pesan en el cielo
Sobre las tinieblas que arrastramos
O que acaso nos arrastran
Cuando vuelan de repente todas las palomas de la luna
Y se hace más oscuro que las encrucijadas de la muerte

El mar entra en la carroza de la noche
Y se aleja hacia el misterio de sus parajes profundos
Se oye apenas el ruido de las ruedas
Y el ala de los astros que penan en el cielo
Este es el mar
Saludando allá lejos la eternidad
Saludando a los astros olvidados
Y a las estrellas conocidas.

Este es el mar que se despierta como el llanto de un niño
El mar abriendo los ojos y buscando el sol con sus pequeñas
manos temblorosas
El mar empujando las olas
Sus olas que barajan los destinos

Levántate y saluda el amor de los hombres

Escucha nuestras risas y también nuestro llanto
Escucha los pasos de millones de esclavos
Escucha la protesta interminable
De esa angustia que se llama hombre
Escucha el dolor milenario de los pechos de carne
Y la esperanza que renace de sus propias cenizas cada día.

También nosotros te escuchamos
Rumiando tantos astros atrapados en tus redes
Rumiando eternamente los siglos naufragados
También nosotros te escuchamos

Cuando te revuelcas en tu lecho de dolor
Cuando tus gladiadores se baten entre sí

Cuando tu cólera hace estallar los meridianos
O bien cuando te agitas como un gran mercado en fiesta
O bien cuando maldices a los hombres
O te haces el dormido
Tembloroso en tu gran telaraña esperando la presa.

Lloras sin saber por qué lloras
Y nosotros lloramos creyendo saber por qué lloramos
Sufres sufres como sufren los hombres
Que oiga rechinar tus dientes en la noche
Y te revuelques en tu lecho
Que el insomnio no te deje calmar tus sufrimientos
Que los niños apedreen tus ventanas
Que te arranquen el pelo
Tose tose revienta en sangre tus pulmones
Que tus resortes enmohezcan
Y te veas pisoteado como césped de tumba

Pero soy vagabundo y tengo miedo que me oigas
Tengo miedo de tus venganzas
Olvida mis maldiciones y cantemos juntos esta noche
Hazte hombre te digo como yo a veces me hago mar
Olvida los presagios funestos
Olvida la explosión de mis praderas
Yo te tiendo las manos como flores
Hagamos las paces te digo
Tú eres el más poderoso
Que yo estreche tus manos en las mías
Y sea la paz entre nosotros

Junto a mi corazón te siento
Cuando oigo el gemir de tus violines
Cuando estás ahí tendido como el llanto de un niño
Cuando estás pensativo frente al cielo
Cuando estás dolorido en tus almohadas
Cuando te siento llorar detrás de mi ventana
Cuando lloramos sin razón como tú lloras

He aquí el mar
El mar donde viene a estrellarse el olor de las ciudades
Con su regazo lleno de barcas y peces y otras cosas alegres
Esas barcas que pescan a la orilla del cielo
Esos peces que escuchan cada rayo de luz
Esas algas con sueños seculares
Y esa ola que canta mejor que las otras

He aquí el mar
El mar que se estira y se aferra a sus orillas
El mar que envuelve las estrellas en sus olas
El mar con su piel martirizada
Y los sobresaltos de sus venas
Con sus días de paz y sus noches de histeria

Y al otro lado qué hay al otro lado
Qué escondes mar al otro lado
El comienzo de la vida largo como una serpiente
O el comienzo de la muerte más honda que tú mismo
Y más alta que todos los montes
Qué hay al otro lado
La milenaria voluntad de hacer una forma y un ritmo
O el torbellino eterno de pétalos tronchados

He ahí el mar
El mar abierto de par en par
He ahí el mar quebrado de repente
Para que el ojo vea el comienzo del mundo
He ahí el mar
De una ola a la otra hay el tiempo de la vida
De sus olas a mis ojos hay la distancia de la muerte



Poema Me Alejo En Silencio de Vicente Huidobro



Me alejo en silencio como una cinta de seda
Paseante de arroyos
Todos los días me ahogo
En medio de plantaciones de plegarias
Las catedrales de mis ternuras cantan a la noche bajo el agua
Y esos cantos forman las islas del mar

Soy el paseante
El paseante que se parece a las cuatro estaciones

El bello pájaro navegante
Era como un reloj envuelto en algodón
Antes de volar me ha dicho tu nombre

El horizonte colonial está cubierto todo de cortinajes
Vamos a dormir bajo el árbol parecido a la lluvia



Poema La Vida Es Sueño de Vicente Huidobro



Los ojos andan de día en día
Las princesas posan de rama en rama
Como la sangre de los enanos
Que cae igual que todas sobre las hojas
Cuando llega su hora de noche en noche.

Las hojas muertas quieren hablar
Son gemelas de voz dolorida
Son la sangre de las princesas
Y los ojos de rama en rama
Que caen igual que los astros viejos
Con las alas rotas como corbatas

La sangre cae de rama en rama
De ojo en ojo y de voz en voz
La sangre cae como corbatas
No puede huir saltando como los enanos
Cuando las princesas pasan
Hacia sus astros doloridos.

Como las alas de las hojas
Como los ojos de las olas
Como las hojas de los ojos
Como las olas de las alas.

Las horas caen de minuto en minuto
Como la sangre
Que quiere hablar.



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