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Poema El Amor de Víctor Corcoba Herrero



Digo que la paz se reduce al respeto
de los derechos del hombre
y se somete a la devoción
de que nadie es más que nadie
y de que nadie es menos que nadie
y de que todos somos alguien.

La paz se reafirma en el amor,
previo firmar la consideración
de adoptar una actitud de diálogo
y una aptitud de poeta.

Porque el poeta es la transmisión del yo,
se ratifica siendo para los demás,
lo que se es para uno:
un valor sin fronteras
y un frente sin valor de mercado.

Porque la paz no se puede construir
en falso, hay que llamar
a la armonía de los aires
para que limpien las discordias.

Lo primero es citarse
con los enemigos
y declarar la amistad
como horizonte
para todos los tiempos y edades.

En cielo tranquilo, sale el sol,
y al igual que en el mar,
a su paso, todo lo calma.

Porque todo pasa,
sólo la dulzura permanece.
Lo esencial es quedarse sin armas,
con el alma en donación,
para bañarse de versos
y declarar el estado del gozo.

Porque el gozo de la paz
es un mar siempre lleno
de níveas sonrisas,
tan puras como las de un niño
y tan inmensas como el cielo.



Poema Buscando A Dios de Víctor Corcoba Herrero



«Estas son tres formas elementales de la experiencia de Dios
y de la relación con Dios;
nosotros vivimos por obra de Dios,
ante Dios,
y podemos vivir con Dios»
(Gerhard Ebeling, «Sui Salmi», Brescia 1973, p. 97).

A Dios hay que buscarle
en el verso de la vida,
en la vida sigilosa
y en los latidos del alma.

Dios se halla en la pureza
del cielo y en el culto
a la verdad más nívea,
y en la luz más etérea
del eterno y cautivo verso.

Porque…
por amor, Dios creó al mundo,
y del mundo es su Señor,
manantial de orden moral,
río de alegría y mar de gozos.

A Él se llega
con las manos inocentes
y el corazón limpio,
con los labios abiertos
al lenguaje de la autenticidad,
con el abecedario de la entrega
a los últimos
y con los bolsillos vacíos.

Sólo Dios nos ama
con un amor alto y vivo,
comprensivo y paciente,
como un Padre amoroso,
que no tiene otro compás,
que la compasión y la piedad.

La mano de Dios,
es una mano que perdona,
y una voz que es camino,
y un camino que es esperanza.
Sólo hay que seguirle y abrazarle.



Poema Bajo Los Aires De Primavera (ii) de Víctor Corcoba Herrero



Primavera es un aire que serena,
y una sombra que asombra y sosiega.
Primavera es una luz que no ciega
y un timbre de tonos que se ordena.

En primavera la pena no es pena,
porque brota el amor y la entrega.
Rosa entre las rosas, nadie la niega,
todos quieren sus labios por condena.

Llena de alma y de suavidades viva.
Llena de Dios y de amor profundo.
Llena de luna, su faz me cautiva.

En su cristalina mirada me hundo,
y que el poeta lo escriba y reviva,
que primavera ha llegado al mundo.



Poema Bajo Los Aires De Primavera (i) de Víctor Corcoba Herrero



Nívea de fragancias y esperanza
nos despierta las ganas de vivir,
nos renace el amor y su latir
de versos, nos dona etérea danza.

Un dulce albor de vida se nos lanza
en primavera, sólo hay que sentir
la voz del Creador, y el alma abrir
a la estela de luz, que nos alcanza.

Nos retoña el amor entre las flores,
y las flores nos donan la alegría,
el gozo de los altos miradores.

Horizonte que nos renueva el día,
ante el animoso viento de amores,
que nos resucita en la poesía.



Poema Ante Deseos Envenenados de Víctor Corcoba Herrero



Descompensadas pasiones
se apoderan del mundo;
deseos de poder y podar,
de dominar y domar,
de someter y arremeter.

Adormecida la humanidad,
nada es lo mismo,
ni el amor sabe a rosa,
ni la rosa a poesía,
ni la poesía a vida,
ni la vida a manantial de luz.

Hacen falta corazones abiertos
al amor de los amores,
al amor de Dios,
en un tierra que entierra
la sonrisa de los niños
y se ciega a dar palos a los sordos.

Se precisan labradores
que cultiven labios de alma,
para que sus besos cautiven
el orbe y el urbe, el ser y el estar.

Si tú eres uno de ellos,
escríbelo en el aire,
abracemos miradas
y ciñamos corazones,
para que el poema de vivir
vuelva a la vida,
y en la vida viva y nos reviva.



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