Poema A Santa Teresa Sacando Unos Idolillos de Jose Lezama Lima
por hacerme placer, me vino a dar el idolillo, el cual hice echar luego en un río. SANTA TERESA: Vida Los ídolos…

Poema Ah, Que Tú Escapes de Jose Lezama Lima
Ah, que tú escapes en el instante en el que ya habías alcanzado tu definición mejor. Ah, mi amiga, que tú no querías…

Poema Brillando Oscura de Jose Lezama Lima
Brillando oscura la más secreta piel conforme a las prolijas plumas descaradas en ruido lento o en playa informe, mustio…

Poema Caída La Hoja Miro de Jose Lezama Lima
Caída la hoja miro, ya que tu olvido decrece la calidad del suspiro que firme en la voz se mece. La sombra de tu retiro no…

Poema Cuerpo Desnudo de Jose Lezama Lima
Cuerpo desnudo en la barca. Pez duerme junto al desnudo que huido del cuerpo vierte un nuevo punto plateado. Entre el…

Poema El Abrazo de Jose Lezama Lima
Los dos cuerpos avanzan, después de romper el espejo intermedio, cada cuerpo reproduce el que está enfrente, comenzando a…

Poema El Esperado de Jose Lezama Lima
Para José Rey Al fin llegó el esperado, se abrieron las puertas de la casa y de nuevo se encendieron las luces. Una…

Poema El Suplente de Jose Lezama Lima
Vendrá el suplente en agua a conversar. Se dirigirá hacia el norte donde tejen, desconocido llegará a los que lo protegen. Se…

Poema Es Inaudible de Jose Lezama Lima
Es inaudible, no podremos saber si las hojas se acumulan y suenan al encaramarse la mirona lagartija sobre la hoja….

Poema Esperar La Ausencia de Jose Lezama Lima
Estar en la noche esperando una visita, o no esperando nada y ver cómo el sillón lentamente va avanzando hasta alejarse…

Poema La Mujer Y La Casa de Jose Lezama Lima
Hervías la leche y seguías las aromosas costumbres del café. Recorrías la casa con una medida sin desperdicios. Cada…

Poema La N0che Va A La Rana De Sus Metales de Jose Lezama Lima
La noche va a la rana de sus metales, palpa un buche regalado para el palpo, el rocío escuece a la piedra en gargantilla que…

Poema Llamado Del Deseoso de Jose Lezama Lima
Deseoso es aquel que huye de su madre. Despedirse es cultivar un rocío para unirlo con la secularidad de la saliva. La…

Poema Los Fragmentos De La Noche de Jose Lezama Lima
Cómo aislar los fragmentos de la noche para apretar algo con las manos, como la liebre penetra en su oscuridad separando…

Poema Madrigal de Jose Lezama Lima
El tallo de una rosa se ha encolerizado con las avispas que impedían que su cintura fuese y viniese con las mareas cuando…

Poema Melodía de Jose Lezama Lima
Melodía de la sombra penetra la dureza de la piel acompañante y ya me pide un anhelar pasivo que la incline al borde…

Poema Minerva Define El Mar de Jose Lezama Lima
Proserpina extrae la flor de la raíz moviente del infierno, y el soterrado cangrejo asciende a la cantidad mirada del pistilo. Minerva…

Poema Muerte De Narciso de Jose Lezama Lima
Dánae teje el tiempo dorado por el Nilo envolviendo los labios que pasaban entre labios y vuelos desligados. La mano…

Poema Octavio Paz de Jose Lezama Lima
En el chisporreo del remolino el guerrero japonés pregunta por su silencio, le responden, en el descenso a los infiernos, los…

Poema Para Las Décimas De Nicolás Guillén de Jose Lezama Lima
Sin aumentar su poder, Júpier ya no merienda, y que el instante comprenda la lucidez sin ceder el rasguño de la venda. La…

Poema Retrato De Don Francisco De Quevedo de Jose Lezama Lima
Sin dientes, pero con dientes como sierra y a la noche no cierra el negro terciopelo que lo entierra entre el clavel y…

Poema Rueda El Cielo de Jose Lezama Lima
Rueda el cielo -que no concuerde su intento y el grácil tiempo- a recorrer la posesión del clavel sobre la nuca más fría de…

Poema Sobre Un Grabado De Alquimia China de Jose Lezama Lima
Debajo de la mesa se ven como tres puertas de pequeños hornos, donde se ven piedras y varas ardiendo, por donde asoma el…

Poema Son Diurno de Jose Lezama Lima
Ahora que ya tu calidad es ardiente y dura, como el órgano que se rodea de un fuego húmedo y redondo hasta el amanecer…

Poema Una Fragata, Con Las Velas Desplegadas de Jose Lezama Lima
Las velas se vuelven picoteadas por un dogo de niebla. Giran hasta el guiñapo, donde el gran viento les busca las hilachas. Empieza…